La dramaturgia contemporánea surca caminos diversos, la define la complejidad, la diversidad, la colección con otros ámbitos que no es sólo la escritura en solitario que en algún punto, más tarde o temprano, se abre hacia el teatro o la escena, señaló la docente Silvia Peláez.

En la Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes, se llevó a cabo la mesa redonda Dramaturgas en la escena mexicana en el marco del IV Coloquio de Teatro Mexicano Contemporáneo, donde Elena Guiochins, Verónica Musalém y Gabriela Ochoa, bajo la moderación de Silvia Peláez, compartieron sobre los temas que les interesa escribir y su opinión sobre el teatro en México.  

Silvia Peláez, miembro del Sistema Nacional de Creadores del Fonca (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) del Conaculta, indicó que la dramaturgia mexicana está viva, activa, es propositiva en la cual actualmente conviven generaciones diversas. 

Para Elena Guiochíns, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte Fonca 2009-2012, la dramaturgia contemporánea es la que se está escribiendo hoy e indicó que ella para escribir tiene diferentes procesos como el trabajar alrededor de un texto y/o un tema que quiere explorar, o el investigar en relación a un personaje. 

“En términos de experiencia creativa he explorado muchísimas posibilidades y eso me ha revelado muchas maneras de abordar los temas, ya sea en laboratorio o solitario”, detalló.

La actriz y directora Gabriela Ochoa señaló que en su dramaturgia, ligada a la puesta en escena, trata de construir un lenguaje. “Estuve renuente al teatro de mucho texto, donde éste es lo más importante, hay un diálogo, pero siempre he querido que esté inclinado más hacia la acción”.

Agregó que la dramaturgia va hacia varias direcciones. “Pienso que las tendencias de la dramaturgia llegan con un retraso a México, y cuando sucede todos hacen lo mismo. Pienso que todo es válido, pero más válido es cuando los grupos investigan y eso es interesante, que el teatro se haga en colectivo, más que en vertical, con una investigación escénica real donde se vaya construyendo un lenguaje”.

Para Verónica Musalém son “increíbles” las voces de escritores que surgen en este momento. “Es un mosaico tan diferente y rico. Las nuevas generaciones vienen con potencia y energía, son creadores que escriben producen, dirigen, y actúan, por lo que el teatro es muy vivo con nuevas propuestas que rompen con esquemas que están en la pos teatralidad. El teatro mexicano tiene mucho aliento y juventud”, aseguró.

A las jóvenes dramaturgas se les preguntó cuál ha sido su mejor experiencia, Elena Guiochíns dijo que el momento más afortunado es el del presente. “El momento creativo es de regocijo aunque implique desafíos, cuando tengo problemas lo dejo, no me gusta sentirme incómoda en el proceso de escritura, si es en equipo es otra cosa, implica interrelación”.

Abundó en que algo que no le gusta pero ha tenido que hacer es el de montar la puesta, el levantar la producción. “Es el momento en que tengo que asumir otra responsabilidad y me tengo que enfrentar a la burocracia. No hay un ámbito de profesionalización estable”.

Al respecto Verónica Musalém indicó que para ella el momento más difícil en su trabajo lo que está escribiendo en este momento. “Me planteo retos, para mí el teatro que se hace hoy tiene mucho de fragilidad, ahora estoy escribiendo la obra que lleva más problemas y retos porque no la conozco aún, es un proceso no doloroso, disfruto mucho estar descubriendo ese universo, pero siempre es echarse al vacío”.

Respecto a la producción de sus obras, la creadora del Fonca apuntó es un trabajo arduo. “He estado involucrada en muchas de mis obras como productora, buscando los recursos. Los encuentros se dan con los directores, actores, yo no doy obra buscando a directores; es una labor de citas que me saca de los momentos de creación y me quita mucho tiempo, pero hay que hacerlo, porque los dramaturgos deben estar afuera promoviendo su trabajo”.

Sobre el Teatro Mexicano, Elena Guiochíns expresó es rico, variopinto y disímbolo. “Tiene tradición y rompe de manera frontal y sorprendente con formas establecidas. Es un teatro que está incursionando en una búsqueda permanente en donde veo muchas identidades, y generaciones con pasión por la escena, soy optimista a la perspectiva del teatro que se hace en México”.

Finalmente las dramaturgas coincidieron que la figura del actor es una materia prima para su proceso creativo, en ese sentido la docente de la CasAzul Artes escénicas y Argos indicó que ella  he aprendido mucho de los actores y que el texto como tal es un ente que muta permanentemente, inclusive con la puesta en escena y en temporada. “El texto se sigue ajustando, soy flexible en términos de darle posibilidad al actor de que reinvente, desintegre o proponga participar en él”.

Finalmente Silvia Peláez cerró la mesa comentando que la dramaturgia se ha ampliado en cuanto a conceptos  y que cada una de las creativas escénicas seguirá escribiendo para el teatro, “buscando diferentes procesos y caminos”.

Información: DAF

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