De padre japonés y madre mexicana, Luis Nishizawa (Cuautitlán, Estado de México, 2 de febrero, 1918 - 29 de septiembre, 2014)  asimiló a temprana edad el mestizaje cultural de ambas naciones, lo cual influyó en su formación artística. Enriqueció el ámbito plástico mexicano desde diversas disciplinas, pues fue pintor, ceramista, dibujante, vitralista, grabador, muralista, escultor y maestro de numerosas generaciones de artistas.

Con motivo del Centenario de su Natalicio, el Instituto Nacional de Bellas Artes recordará a Luis Nishizawa con una mesa redonda en la que Teresa Favela y Alicia Sánchez Mejorada, investigadoras del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), así como Abigail Aranda, académica de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, abordarán la vida y obra del creador. La cita es este viernes 2 de febrero a las 19:30 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

Además, en el primer semestre del año, se montará una exposición de su obra en el Centro Cultural Ignacio Ramírez El Nigromante de San Miguel de Allende, Guanajuato. 

Luis Nishizawa pasó sus primeros siete años de vida en el campo, lo cual lo llevó a estar en contacto con la naturaleza y apreciarla. El propio artista llegó a declarar: “Nací en un pueblo mexicano y mi padre tuvo un rancho donde había vacas, caballos y, sobre todo, hermosos paisajes. Desde niño iba con mi hermano a cuidar el ganado y eso influyó en mi obra”.

En 1925 se trasladó a la Ciudad de México con su familia e inició su vida como estudiante en 1942, cuando fue aceptado en la Academia de San Carlos. Ahí recibió la guía de grandes maestros, como Alfredo Zalce, José Chávez Morado, Benjamín Coria y Pastor Velázquez, entre otros.

Junto con José Chávez Morado, en 1949, formó parte del grupo fundador del Taller de Integración Plástica. Dos años más tarde realizó su primera muestra individual en el Salón de la Plástica Mexicana, figurando, desde ese momento, como uno de los más importantes exponentes del arte mexicano. En 1955 comenzó a impartir clases en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

A lo largo de su carrera, Luis Nishizawa trabajó el realismo, el expresionismo, el surrealismo, el gestualismo, el muralismo, el abstraccionismo y el figurativismo. El empleo de las técnicas que utilizó muestra la fusión de las culturas mexicana y japonesa. La primera, enriquece su producción con una paleta viva; la segunda es visible en el empleo de la estampa y las tintas.

La obra del artista se encuentra tanto en México como en Japón, Bulgaria y Estados Unidos, en colecciones públicas y privadas. En honor a su trayectoria, en 1992 se inauguró el Museo Taller Luis Nishizawa, en el Estado de México. Recibió numerosos premios, reconocimientos y nombramientos. 

En 1987 fue galardonado con la condecoración Tesoro Sagrado del Dragón que otorga el emperador de Japón y un año después fue acreedor al Premio Universidad Nacional de la UNAM, en el área de Aportación Artística y Extensión de la Cultura. En 1993 fue nombrado Creador Artístico Emérito por el Conaculta; en 1996 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes y fue nombrado Doctor Honoris Causa por la UNAM.

En noviembre de 2013 recibió la Medalla Bellas Artes por sus invaluables aportaciones a las artes visuales de nuestro país. Poco después de su fallecimiento, se le organizó un homenaje en la Secretaría de Educación Pública, en el salón que lleva su nombre. De igual forma, se le rindió un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes, en diciembre de 2014.

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