Morelos, Estado de México, Hidalgo y la Ciudad de México fueron testigos de cómo el espíritu integrador de la música mueve voluntades e incentiva el sentido de pertenencia de niños, jóvenes y adultos, tal y como lo mostró la Orquesta y Coro de Música Tradicional Mexicana, que, en cada recinto donde se presentó, bosquejó el rostro de México, a través de su canto y ejecución musical.

4 mil personas presenciaron los cinco conciertos que integraron esta gira, en los cuales, maestros del Sistema Educativo Mexicano y padres de familia, participaron de manera activa en esta actividad intersecretarial entre las Secretaría de Educación Pública y la de Cultura, inmersa en el programa nacional Cultura en tu escuela.

El Centro Cultural de Teopanzolco, el Palacio de Bellas Artes, el Auditorio Gota de Plata, el Exconvento de Acolman y la Biblioteca Vasconcelos, fueron las sedes de este recorrido musical realizado por esta singular orquesta integrada por un contingente de 259 miembros entre violines planecos y huastecos, jaranas, vihuelas, quintas huapangueras, arpas grandes, flautas, clarinetes, saxofones soprano, alto, tenor y barítono; así como por el saxor, cornos, trompetas, trombones, tubas, percusiones y la marimba tradicional.

Hacer comunidad, integrar a los padres de familia y maestros del Sistema Educativo de México fue el primer reto de este proyecto, ya que “si deseamos que la sociedad participe cada vez más en las expresiones artísticas debemos incentivar a los niños y a sus padres”, explicó Eduardo García Barrios, titular del Sistema Nacional de Fomento Musical de la Secretaría de Cultura y director artístico de la Orquesta y Coro de Música Tradicional.

“El lenguaje de la música es universal y sin duda extendió su magia de principio a fin durante este proyecto. La inclusión de los padres de familia y los maestros provocó una sinergia integradora, misma que sentimos sobre todo en la Biblioteca Vasconcelos, donde el formato en el que se presentó la orquesta fue el de concierto inmersivo (el público estaba sentado entre los atriles de la orquesta); el público se mimetizó y pudo sentir su latido desde el corazón de la orquesta, desde su centro”.

Y agregó: “Seguiremos trabajando, para que los niños y jóvenes del país, no sólo disfruten de la música, también para que participen en su quehacer, se dediquen o no a éste de manera profesional”.

En este sentido, Felipa Pais Pais, mujer chiapaneca de la región maya-chuj, aseveró que este proyecto representó la posibilidad de abrirle el mundo a sus hijos Alejandro y Emanuel Hernández Pais, quienes tocan la marimba en esta agrupación.

“Estoy agradecida porque nos dieron la oportunidad de conocer otros lugares y a otras personas, con las que difícilmente podríamos convivir, sobre todo por la distancia. Estar lugares para gente importante como el Palacio de Bellas Artes, fue algo muy bonito. En mi caso, cantar en ese lugar tan mágico -ella formó parte del grupo de padres que se integró al coro-, es algo que no puedo explicar con palabras, me sentí feliz y con muchas ganas de aprender más cosas; ver a mis niños tocar como grandes artistas tampoco lo podré pagar con nada”.

Por su parte, Leydi Estefani de la Cruz López, pequeña de 10 años originaria de Centla, Tabasco, expresó que su participación en esta agrupación la dejó muy satisfecha. “Aunque yo quiero ser doctora, la música es parte de mí, pues su magia iluminó cada uno de los días que estuve en el campamento y en la gira. No los olvidaré. Fue una experiencia bonita, porque pude tocar la marimba fuera de Tabasco y conocer música de otros lados del país”. 

Información: CBMR

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