Desde hace casi cuatro años, alrededor de 6 mil niños, cantan y tocan para transformar su mirada… su realidad… y han hecho de la música el vehículo idóneo para convertirse en protagonistas o agentes de cambio dentro de sus comunidades.

Agrupados en orquestas, bandas, coros y ensambles comunitarios sembramos a diario la semilla de la superación y la motivación de que cada vez más niños participen en actividades o sucesos que marquen la pauta del cambio en su entorno social, a partir de la revaloración de sus tradiciones y de sus costumbres, de concebir nuevos horizontes y compartir metodologías (conectividad) y así dejar de ser sólo espectadores del acontecer cotidiano.