Utilízalo para cubrir los gastos de transporte –como boletos de avión–, hospedaje y alimentación; o tener acceso a espectáculos artísticos y culturales, con las mejores condiciones crediticias del mercado, contribuyendo con esto al desarrollo del turismo social.

Desde luego, el crédito que otorga el Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores posibilita –en condiciones favorables para el trabajador que ejerce este derecho– la adquisición de otros bienes y servicios que elevan su calidad de vida y la de sus familias.

Algunos de estos bienes y servicios pueden ser: útiles y uniformes escolares, ropa, calzado, electrodomésticos, muebles, artículos de línea blanca, óptica, electrónica y telefonía; bicicletas y motocicletas; el pago de colegiaturas, el enganche de automóviles o servicios médicos y estudios de laboratorio; materiales de construcción para realizar arreglos o ampliación de la vivienda e incluso, solventar gastos imprevistos como servicios funerarios o liquidar deudas que merman la economía familiar.

Entre otros beneficios del crédito FONACOT destacan las tasas de interés más bajas del mercado, descuento vía nómina con plazos de hasta 30 meses, realización de los trámites de lunes a viernes de las 8 de la mañana a las 8 de la noche y de las 8:00 a las 16:00 los sábados y domingos en la mayoría de las sucursales.

La Reforma Laboral, vigente desde el 1 de diciembre de 2012, establece como una prestación de Ley el crédito FONACOT y la obligatoriedad para los centros de trabajo de afiliarse al Instituto, con el fin de que todos los trabajadores de la economía formal tengan el derecho de acceder al crédito.