La pesquería de “aguamala” como también se le conoce a esta especie, logró producir en 2017 alrededor de 35 mil toneladas. Este año se reportan a la fecha cerca de 23 mil t. de “bola de cañón” tipo ámbar, que han generado una derrama económica de 109 millones de pesos en menos de un mes desde que inició la temporada de captura, que respecto al mismo período de tiempo en 2017, que fue de solo 15 mil t.  

La captura de la medusa bola de cañón que se realiza durante los primeros días de junio hasta finales de julio, depende de ciertos factores, como lo son su ciclo de vida el cual es muy corto, así como de la temperatura y otros parámetros ambientales.

Por tal motivo, los pescadores salen a bordo de las embarcaciones menores a zonas cercanas a la costa para emplear artes de pesca selectivas, como es el caso de aros que asemejan una “cuchara”, con la cual capturan la bola de cañón de la superficie del mar.

Cada embarcación captura entre dos y tres toneladas por viaje, por ello se considera un recurso de alto potencial pesquero, por sus altos volúmenes de producción en poco tiempo y por la rentabilidad económica para los casi 6 mil pescadores, mil 500 empleos en el mar, más 4 mil 500 que participan en tierra en las diferentes plantas procesadoras, entre ellas mujeres, de las comunidades del Golfo de Santa Clara, Puerto Peñasco, Bahía de Kino, Guaymas, entre otras.

Para la pesquería de bola de cañón, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) emitió para este 2018, un total de 540 permisos para el mismo número de lanchas que realizan la pesca de “aguamala”.

Este producto de mar se comercializa principalmente en el mercado del continente asiático, siendo China, Japón y Corea, los países que utilizan la bola de cañón para la industria alimenticia, farmacéutica y cosmética.