El callo de hacha es el platillo que por diferentes causas se convierte en uno de los más codiciados productos de las marisquerías, ya sea en carretas o restaurantes, no hay gran diferencia, digan lo que digan.

Por su textura y sabor es sin duda alguna uno de los gourmets preferidos en el ramo de los mariscos y los puede degustar solos, con limón, sal y pimienta, en brochetas, capeados… Como quiera, guste y mande.

Los callos de hacha viven generalmente en bahías y lagunas costeras con fondos constituidos de arena fina y limo-arcilla a profundidades que van de 0.5 a 15 metros, y es comúnmente nombrado almeja, como son también llamados otro tipo de moluscos, cuya descripción más atinada sería la de organismos de concha ovoide, que podrían ser duras o suaves, definidas en su superficie por surcos o zigzags.

Se trata de un molusco muy noble, la creatividad es en realidad lo que le da forma al antojo que nos impulsa a probar este regalo del mar que es rico en minerales como el hierro y el zinc, y vitaminas como la A, B, C y D.