Ciudad de México, a 26 de agosto de 2016 (CONADE).- Una de las recomendaciones más importantes que se hacen a los jóvenes es evitar, a toda costa, el llevar una vida sedentaria, pero quienes deciden seguir el camino de la activación física deben enfrentar un reto ineludible, que es informarse acerca de las medidas preventivas que debe tomar para evitar lesiones.
Hipócrates de Cos, médico de la Antigua Grecia, decía: “lo que se utiliza se desarrolla, lo que no se utiliza se atrofia”, y es que el sedentarismo es la ausencia de actividad física que atenta contra la sociedad en general. Se considera sedentarismo cuando el individuo ejecuta menos de 30 minutos de ejercicio al día y menos de tres días a la semana; en ellos su gasto físico semanal no rebasa las 2 mil calorías.
Por lo anterior, es de suma importancia que la sociedad, en particular la juventud, no caiga en esta situación, y quienes se encuentren en dicho caso, salgan de este peligroso estilo de vida, por ello, presentamos algunas recomendaciones para erradicar la inactividad física.
Previo a realizar la activación, se considera vital:
1. Plantearse metas u objetivos
2. Paciencia a que tu cuerpo se adapte
3. Disfruta el ejercicio que realices
4. Fuerza de voluntad
BENEFICIOS
· Reduce el riesgo de muerte prematura
· Previene la obesidad hasta en 50 por ciento
· Disminuye 50 por ciento el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares
· Reduce hasta 50 puntos porcentuales señales de osteoporosis
· Ayuda a prevenir la hipertensión arterial
· Atiende el bienestar psicológico, muscular y articular; erradica la depresión, el estrés y la ansiedad.
Ser sedentario conduce a una de las principales causas de mortalidad y morbilidad, contribuyendo a instalarse en el segundo factor de alto riesgo que atenta contra la salud, solo por debajo del tabaquismo.
CONSECUENCIAS
· Causa diabetes tipo II
· Obesidad
· Hipertensión arterial
· Enfermedades cardiovasculares
· Osteoporosis
· Cáncer de mama y colon
Las rutinas para realizar ejercicio se deben llevar de menos a más, de lo contrario se sometería al cuerpo a un ritmo al que no está acostumbrado y podría provocar consecuencias. A continuación recomendamos una serie de pasos semanales que podrían ser de utilidad:
Primera semana: Camina tres o cuatro veces durante 20 minutos a un ritmo normal
Segunda semana: Camina tres o cuatro veces durante 30 minutos a un ritmo normal
Tercera y cuarta semana: Corre tres veces durante 35 minutos a trote
Quinta y sexta semana: Corre tres a cuatro veces durante 35 o 40 minutos; finaliza caminando 10 minutos para bajar y estabilizar el ritmo cardiaco.