"Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza."
Jean Jacques Rousseau, filósofo y naturalista franco-helvético (1712-1778)

El libro abierto de Rousseau, aunque disponible para todos, no es completamente descifrable para todos. Para leer y entender las páginas de la naturaleza se requiere conocer desde sus microscópicas letras escritas por los organismos unicelulares de vida fugaz que se completa en una pequeña gota de agua, hasta las gigantescas oraciones escritas por especies que recorren gran parte del planeta en sus migraciones anuales o las de los milenarios árboles que pueden ser testigos de varias generaciones de seres humanos. También hay que conocer los capítulos que se han escrito a través de miles de millones de años en donde desde su origen inanimado, la naturaleza se ha transformado en una variedad millonaria de formas, colores, texturas, hasta los capítulos que estamos escribiendo hoy en día con acciones trascendentales que modificarán el curso de la historia evolutiva en un planeta dominado por los humanos.  

Hace tan solo 30 mil años, los primeros habitantes del continente americano llegaron al nuevo paraíso con un legado muy amplio de conocimientos sobre la naturaleza. En esas épocas la falta de cultura sobre la naturaleza (bioanalfabetismo) era castigada con la muerte, directamente por la naturaleza. Uno tenía que probar su conocimiento diariamente seleccionando las plantas y animales para usar como alimento, como medicina, como vestido, como ornamento, en la construcción, en la fabricación de utensilios, y cuales debían de dejarse en paz. Seguramente la gran mayoría de las especies y sus propiedades se conocían personalmente y el conocimiento se transmitía de abuelos a padres a hijos y a nietos.

Los urbanitas del antropoceno

Actualmente, de acuerdo al químico holandés, Paul Crutzem (1933- ), quien compartió el premio Nobel de química con el mexicano Mario Molina en 1995, vivimos en el “Antropoceno”, una era geológica dominada por los impactos del ser humano sobre los ecosistemas del planeta. La aparición y desarrollo de la agricultura hace alrededor de 10,000 años, dio paso a la sedentarización y al crecimiento de cada vez más grandes asentamientos humanos. A partir de la revolución industrial en 1800, la población humana creció de mil millones a siete mil millones de habitantes el día de hoy. En México el aumento fue de alrededor de 6 millones en 1800 a 115 millones de habitantes.  Al mismo tiempo ha habido un cambio radical en la ubicación de la población. En 1950 el 42% de la población mexicana vivía en zonas urbanas y el 57% en zonas rurales. Actualmente el 78% vivimos en las ciudades y solamente el 22% vive en el campo. Once ciudades mexicanas rebasan el millón de habitantes.

Entre las características de la vida moderna del Antropoceno en los grandes centros urbanos podemos distinguir algunas relacionadas con la naturaleza o la falta de ella: nuestra distancia con la naturaleza ha aumentando y nuestro conocimiento personal hacia ella, ha ido disminuyendo, la pérdida de aspectos del desarrollo de niños y jóvenes relacionados al contacto con la naturaleza, y con lo anterior una gran falta de valoración y respeto hacia los seres vivos con los que compartimos el país y el planeta.

El Antropoceno ha traído también consecuencias positivas y unas de las más impresionantes son el rápido desarrollo de la tecnología de la información y comunicación. Vivimos una revolución tecnológica sobre estos temas que está cambiando no solo la forma de informarnos y comunicarnos, sino que ha penetrado en muchos otros aspectos de nuestra sociedad. Entre los principales motores de estos desarrollos están la combinación entre internet, redes sociales y  la fotografía digital.

El coctel de información y comunicación

La red de informática mundial (world wide web) se desarrolló alrededor de 1990 y crece a saltos agigantados.  En el mundo, alrededor del 34% de la población de 7 mil millones de habitantes utiliza internet. En México, el porcentaje alcanza 36% y el 23% de los hogares tiene internet.  La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) calcula que en 2012 hubo 45.1 millones de usuarios, donde los principales (62%) tienen entre 12 y 34 años. El tiempo promedio de conexión diario es de 5 horas y es utilizado en correo electrónico, búsqueda de información, redes sociales y mensaje instantáneos, principalmente.

Con la expansión de internet han surgido las redes sociales como Facebook, Twitter, Diaspora, Google+, MySpace entre otras. Estas redes han tenido un efecto creciente en la vida social y política del mundo. Por ejemplo la red social Facebook, fundada en 2004, aumentó de menos de un millón en ese año a más de 1000 millones de usuarios el día de hoy. Los principales usuarios (72%) tienen entre 13 y 34 años. México se encuentra entre los cinco países con más usuarios junto con Estados Unidos, India, Brasil e Indonesia. De los 33 millones de usuarios mexicanos de Facebook, la mayoría (70%) viven en el centro y norte del país en los estados de México, Distrito Federal, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Baja California, Guanajuato, Veracruz, Tamaulipas, Sinaloa y Coahuila.

Otro ingrediente reciente al coctel informático es la evolución de la fotografía digital que permite compartir fotos a través de internet. Con su aparición en los 70s y 80s, y su evolución en los 90s, el tiempo y costo de la fotografía disminuyeron sustancialmente, desplazando al mercado de fotografía química o analógica. Además, las cámaras digitales parasitaron a los teléfonos celulares a principios del nuevo siglo. Aunque las cámaras de los teléfonos inteligentes tienen menores capacidades que las cámaras digitales, su bajo costo y tamaño las hace que su distribución sea más generalizada. En México el 55% de los habitantes usa teléfono celular y nuestro país ocupa el segundo lugar en América Latina en el uso de teléfonos inteligentes después de Brasil. Se calcula que este año habrá en México alrededor de 18.5 millones de unidades y para 2015, siete de cada 10 teléfonos celulares serán inteligentes.

NaturaLista

¿Y qué tiene que ver todo esto con la naturaleza?

Tomando estos ingredientes de la tecnología de la información y comunicación nace NaturaLista www.naturalista.mx, una plataforma de internet ligada a redes sociales, en donde los participantes pueden compartir fotografías, de flora, hongos y animales silvestres. En la red participan principiantes y expertos compartiendo fotografías, con localización y fecha que se convierte en información relevante para los científicos. En este juego de compartir observaciones, ambos jugadores, principiantes y conocedores, intercambian información por conocimiento. La plataforma desarrollada como proyecto de tesis de maestría de estudiantes de California ha sido ampliada por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) para incorporar una serie de aspectos para facilitar el conocimiento de las especies de la naturaleza mexicana.

NaturaLista incluye una lista de entre 70 mil y 80 mil especies mexicanas de los catálogos de la CONABIO. A muchas de éstas se les ha incluido uno o varios nombres comunes, para que las búsquedas se puedan hacer por nombres vernáculos o por nombres científicos. Para algunas de las especies, sobre todo los vertebrados terrestres se incluyen mapas de distribución potencial de CONABIO o de otras fuentes científicas internacionales.

NaturaLista también incluye catálogos de especies en riesgo, que provienen de la Norma Oficial Mexicana 059 de especies en riesgo (SEMARNAT 2010) y de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN 2013). Se han incluido también la lista oficial de especies exóticas (introducidas al país) y el total de las áreas naturales protegidas.

NaturaLista cuenta con cinco módulos: Observaciones. Se pueden ver las observaciones (fotos y grabaciones) de todas las especies o hacer selecciones por grupo taxonómico (Clase, Orden, Familia, Género, Especie) y por lugar (Localidad, Ciudad, Área protegida, Municipio, Estado, País, Continente); Especies. Se pueden buscar las especies de hongos, plantas y animales a través de un buscador usando nombres comunes o científicos o a través de un árbol filogenético (de relaciones de parentesco) por medio de fotografías; Proyectos. Cualquier usuario puede crear un proyecto que combina un lugar (desde un jardín hasta el planeta entero) con un grupo taxonómico (desde una especie hasta un reino); Lugares. En este módulo es posible ver las observaciones hechas en los distintos lugares; y finalmente Gente. Este módulo incluye las cuentas de los usuarios con sus perfiles y las estadísticas de participación ya sea compartiendo fotografías o ayudando a su identificación.

En esta época en donde una gran parte de la información y de la comunicación se hace a través de internet y de teléfonos inteligentes, la plataforma NaturaLista está disponible como red social, enciclopedia, guía de campo, mapoteca, herramienta de monitoreo, como pasatiempo educativo y como ciencia ciudadana. Es una manera de hacer un álbum de estampitas de la vida real y compartirlas con el mundo, contribuyendo a su conocimiento. A su vez, es una mejor opción educativa en comparación a los juegos que utilizan redes sociales o aplicaciones para teléfonos móviles.

El explorador inglés Robert Falcon Scott (1868-1912) fue el último sobreviviente de la expedición “Terra Nova”. Sus cuatro compañeros fueron muriendo tras el intento de regresar del Polo Sur. Entre las cartas que Scott escribió se encontró una dirigida a su esposa la escultora británica Kathleen Bruce (1878-1947, alumna de Auguste Rodin) donde le recomendaba: “Si puedes, has que el niño se interese en la historia natural, es mejor que los juegos”.  Al parecer Kathleen siguió al pie de la letra la sugerencia de su marido ya que su hijo Peter, que entonces tenía dos años, se convirtió en ornitólogo, comunicador de la ciencia y pintor. Además fue uno de los fundadores de la World Wildlife Fund (WWF) conocida por su logo del panda, que fue diseñado por él mismo. La breve recomendación de Robert Scott de hace cien años cobra el día de hoy más actualidad.  Saca a ese naturalista que tienes dentro y regístrate en NaturaLista www.naturalista.mx.

Carlos Galindo Leal