Rafael Marín Mollinedo: Buenos días, señor Presidente de la República, compañeros, funcionarios que nos acompañan en el presidio, amigas y amigos todos de Oaxaca y de la zona del Istmo de Tehuantepec y de Veracruz. El Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec marca el inicio de un viraje profundo en la estrategia de desarrollo económico del país. Las pautas de desarrollo de las últimas cuatro décadas privilegiaron a determinados grupos, sectores y regiones de la sociedad, la economía y la geografía nacional. Como resultado, aumentaron las inequidades entre grupos sociales, entre sectores de la economía nacional y entre espacios del territorio nacional. Tenemos ahora a un país en condiciones de desigualdad, desequilibrio, bajo crecimiento económico y poca capacidad de ofrecer oportunidades. El país no puede seguir por la misma ruta sin poner en riesgo la viabilidad política, económica y social del país. El rescate de las condiciones de deterioro en que se desenvuelve la región sur-sureste del país y en especial algunas regiones como el Istmo de Tehuantepec, es una tarea urgente. Las causas y consecuencias del rezago económico y la marginación social son evidentes: niveles bajos y decrecientes de inversión pública y privada, mercados locales débiles, estructuras económicas frágiles y poco diversificadas y pobreza, marginación y migración en busca de oportunidades.
El proyecto alternativo de nación ha hecho evidente la necesidad de reorientar el modelo de desarrollo, redimensionar y relocalizar las prioridades de la inversión pública, de tal manera que puedan darse las condiciones indispensables para generar el gran impulso que desde hace décadas requiere esta región del país. El Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec parte de la iniciativa propuesta durante muchos años por el licenciado López Obrador para reparar las evidentes desigualdades entre grupos sociales del país mediante la creación de ambientes propicios para la inversión, el trabajo productivo y la vida con bienestar.
Se propone recuperar la capacidad de generar dinámica económica de la inversión pública para crear condiciones que atraigan la inversión privada, con lo cual se rehabilitará la capacidad del Estado de dirigir la economía y orientarla hacia la generación de bienestar generalizado para la población. El programa debe abrir, además, la posibilidad de que la población más vulnerable de la región participe directamente de los beneficios generados por el desarrollo para atender el mandato de que sean los grupos menos favorecidos los que en el futuro aprovechen los beneficios del progreso. Al mismo tiempo, mediante la generación de oportunidades, más empleo y mayor ingreso, el desarrollo permitirá arraigar a la población y evitará la migración involuntaria. En la región del Istmo sólo debe haber migrantes por voluntad propia, no por necesidad; más que expulsar, debe atraer población trabajadora. Con este propósito se crearán zonas libres a lo largo del Istmo para atraer inversiones del sector privado, las cuales se dotarán de infraestructura y se garantizará el abasto de energía, agua, conectividad digital y otros insumos básicos para cubrir las necesidades de las empresas y de la población trabajadora. Entre muchas obras de infraestructura destaca la construcción de un gaseoducto para abastecer a empresas y a consumidores domésticos de combustible de menor precio en los mercados y apoyar así la competitividad internacional de nuestros empresarios. Además, a lo largo del Istmo se tenderá una línea de fibra óptica para fortalecer la conectividad digital de la región, no solamente para ofrecer el servicio a establecimientos comerciales e industriales, sino sobre todo para dar acceso gratuito a Internet en espacios públicos y a las comunidades que carecen de él. El poder de las Tecnologías de la Información no será útil al país si no nos ayuda a comunicar y a vincular a la población que ha permanecido al margen de estos avances y si no permite el acceso a quienes aún no han podido utilizarla para su desarrollo personal y que aún no se benefician del avance tecnológico. El Programa toma como eje de la dinámica económica el concepto de corredor multimodal interoceánico para aprovechar la posición geoestratégica del Istmo de Tehuantepec y competir en los mercados mundiales de movilización de mercancías a través del uso combinado de diversos medios de transporte. La primera tarea que hemos emprendido ha sido diseñar y desarrollar el concepto de corredor multimodal con capacidad de operar como un proceso único integrado, operado y dirigido con un propósito orientado a la generación de valor utilizable para apoyar sectores y grupos sociales de mayor rezago.
Integrar y desarrollar el corredor para aprovechar su capacidad de generación de valor implica realizar inversiones públicas para modernizar el ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz y fortalecer la infraestructura carretera y de caminos rurales. El corredor servirá para utilizar en beneficio del Istmo y del país la posición estratégica en un mundo ávido por contar con más Centros de Vinculación Interoceánica debido a la intensificación de flujos comerciales que obligan a recurrir a mercados cada vez más lejanos de la forma más rápida posible y al menor costo. Sobre todo, el programa busca impulsar el desarrollo económico sustentable de la región, potenciando su capacidad productiva en todos los sectores de actividad, utilizando sus propios recursos, no solamente ofreciendo al mundo un medio de transporte de mercancías eficientes, rápido y de bajo costo. Las primeras acciones se iniciarán en 2019 y de algunas otras se están desarrollando los estudios que permitirán su conclusión durante los dos primeros años de la administración. El objetivo es que a partir de 2020 el corredor pueda competir en costos y tiempos frente a otras opciones de transporte interoceánico. Para reforzar el frente social del desarrollo del Istmo se focalizarán los programas gubernamentales para atender las necesidades de las familias, las personas en edad de trabajar, de los adultos mayores y se impulsará la creación de oportunidades para jóvenes y niños en edad escolar.
Tenemos claridad de objetivos, compartimos la visión del futuro de la región y contamos con recursos para emprender las acciones requeridas; otros países y regiones del mundo lo han logrado y nosotros tenemos la voluntad, la capacidad y los recursos para hacerlo, estamos ya sobre la tarea. El Presidente de la República da una gran importancia a la participación directa de propietarios y propietarias de predios, trabajadores y trabajadoras, emprendedores y emprendedoras del Istmo en los beneficios del progreso. Estamos analizando las diversas opciones para que este principio se cumpla a cabalidad. En especial tenemos claro que el verdadero desafío es lograr las metas de crecimiento de la economía regional con pleno respeto a la historia, la cultura y las tradiciones de la región. El programa se propone el fortalecimiento de la identidad regional, estamos seguros que esto es posible. La deuda y el compromiso de la nación son especialmente fuertes con los pueblos y comunidades asentados ancestralmente a lo largo y ancho del Istmo oaxaqueño y veracruzano. Chontales, huaves, mixes, zapotecas, zoques, nahuas y popolucas, el programa debe involucrarlos y favorecerlos antes que a nadie.
Con este objetivo y pleno respeto y reconocimiento a sus culturas y tradiciones, el gobierno de la República instrumentará la consulta previa, libre e informada que la ley mandata para que de manera soberana construyamos con y para ellos una ruta compartida hacia el bienestar de la región. Así, el Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec se hace parte de la cuarta transformación de la vida nacional, propuesta a la nación por el presidente licenciado Andrés Manuel López Obrador. Muchas gracias.