Fuentes históricas marcan el origen de la caricatura política en México, unos cuantos años después de la consumación de la independencia, con la publicación del periódico Iris, en 1826, del cual no existen copias debido a su periodicidad esporádica. A pesar de ello se sabe que fue pionero de aquellas formas de ilustración con leyendas explicativas que hacían sátira de las principales estructuras de poder, influencia de lo que se hizo en su momento en los semanarios europeos con la guerras napoleónicas.[1]

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Así comenzó a insertarse una herencia de importante tradición gráfica en los diarios de circulación nacional en México. Ésta marcó una tendencia que desarrolló las funciones de la sátira como un arma de crítica en contra de cualquier actor político o institución sin importar el tipo de ideología, dándose una dualidad que podía ser utilizada tanto para tendencias liberales como conservadoras. Tales periódicos marcaron un testimonio histórico resguardado dentro del acervo hemerográfico que resguarda el Archivo General de la Nación. A partir de ellos compartimos algunos de los más significativos.

Para finales de la década de 1840, fue que se introdujo el uso de la caricatura política de manera más regular, con publicaciones periódicas como Don Simplicio (1845) y El Calavera (1847), se empezó a construir dentro del universo periodístico el recurso de la caricatura como ejercicio de opinión crítica en las luchas por el poder, teniendo en sus cartones habitualmente a personajes del clero y de la esfera política como Antonio López de Santa Anna y Lucas Alamán.

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Pero no fue hasta el año de 1861 que la caricatura política tomó su auge con la que es considerada una de las mejores publicaciones satíricas en la historia de la prensa mexicana, como lo fue La Orquesta. Este semanario, aun cuando fue de ideas liberales, se opuso a través del humor satírico que lo caracterizó a los gobiernos juarista y lerdista, aunque en la etapa de la intervención francesa apoyó al bando liberal al enfrentarse al clero. El primer número de La Orquesta apareció en marzo de 1861 y dejó de imprimirse en el año de 1873. [2]

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Las últimas tres décadas de finales del siglo XIX, la producción de publicaciones de estilo satírico acompañada del dibujo caricaturesco comenzó a acrecentarse con el surgimiento de alrededor de 31 a 34 diarios que adoptaron la caricatura política como su estandarte periodístico, así fue surgieron publicaciones como Juan Diego, El Padre Cobos y El Ahuizote. Estos enarbolaron una ideología liberal que no les impidió criticar a los gobiernos de Juárez, Lerdo de tejada y los inicios del porfiriato.[3]

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Títulos como El Ahuizote fueron influencia para que Daniel Cabrera y Manuel Pérez formaran el periódico de sátira política de mayor relevancia durante el porfirismo, El Hijo del Ahuizote. Éste fue instituido en 1855 con una ideología que combatió el régimen de Porfirio Díaz, alcanzo a un público más popular que otros periódicos a través de sus caricaturas y agresivos artículos, temas que ocasionaron que las autoridades persiguieran y encarcelaran a todos sus colaboradores. Así, como consecuencia de la censura porfirista desapareció en 1902.

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Ciertamente, los cartones de este semanario jugaron un importante papel de oposición al gobierno porfirista y aumentaron la fuerza creciente de los ideólogos de la Revolución. Y animaron a publicaciones como El Colmillo Público a continuar con la forma editorial del uso de la caricatura contra las figuras de poder.[4]

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Con la entrada del siglo XX y el estallido de la Revolución en 1910 el estilo satírico de los periódicos se fue acortando. Si bien surgieron grandes artistas y grabadores que plasmaron su trabajo en diversas publicaciones que resistían la censura y la inestabilidad del país. Tal era el caso del grabador José Guadalupe Posada. Éste estilo periodístico se fue acortando a pequeñas secciones que dieron paso a los conocidos “moneros” o “cartoneros” de los periódicos más representativos del siglo XX.[5]

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[1] Salvador Pruneda, La caricatura como arma política, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1958 (consúltese en la Biblioteca Ignacio Cubas del Archivo General de la Nación).

[2] Fernando Ayala Blanco, “La caricatura política en el Porfiriato”, Estudios Políticos, México, UNAM, vol. 9, núm. 21, septiembre-diciembre, 2010, pp. 63-82. Disponible en línea. En: https://www.redalyc.org/pdf/4264/426439542003.pdf [fecha de consulta: 2021-09-30]

[3] Fausta Estela Gantús Inurreta,  Caricatura y poder político: crítica, censura y represión en la ciudad de México, 1876-1888, Instituto Mora El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 2009.

[4] Ayala Blanco, op. cit.

[5] Todos los periódicos se pueden consultar en el acervo hemerográfico del Archivo General de la Nación.