Una vez restablecido el orden constitucional con la promulgación de la Constitución de 1917 y la llegada al poder del grupo sonorense encabezado por Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, el país comenzó a experimentar una paz, la cual fue aprovechada por un sector empresarial que buscaría a través del turismo poder captar una parte del capital extranjero.

Es así como inicia, a través de algunos medios impresos, una campaña a favor del desarrollo del sector turístico, el cual englobaba la participación de medios de transporte, de comunicación y difusión, así como hoteles y zonas recreativas, entre las cuales se encontraban las playas del país. Por ejemplo en el periódico El Pueblo apareció un artículo intitulado “El turismo después de la guerra”, en donde señalaba que tras la Revolución Mexicana y el final de la Primera Guerra Mundial, era importante comenzar una reconstrucción comercial e industrial de la nación, siendo la atracción del turismo “uno de los medios para que en los centros del dinero y de los hombres de trabajo, se despierte el interés por nuestro país y venga capital con miras sanas, buscando inversiones honestamente lucrativas”1.

Uno de los elementos que favorecería el crecimiento del sector turístico, fue la gran variedad de climas y paisajes del territorio, pues el turista podía disfrutar desde las heladas cumbres de las montañas hasta las calurosas costas del Golfo o del Pacífico, proporcionando así “las más bellas perspectivas al viajero”2.

Según el estudio que fue presentado en el periódico El Pueblo para poder captar la atención de los turistas, se debía de llevar a cabo acciones como la creación de una Junta o Comité encargado del fomento del turismo, tal como se habían establecido en España y Francia. Asimismo, dentro del país se debía de trabajar en el desarrollo de las vías de comunicación tanto de tramos ferroviarios como en el levantado moderno de carreteras. Otra de las tareas que tendría que ser atendida era la creación de sitios de hospedaje, tales como hoteles, casas privadas o posadas para los viajeros más limitados en sus gastos.

Aunado a todos los anteriores puntos, el turismo en México debía de contar con un programa de difusión, por lo cual los medios impresos como los periódicos debían de sumarse a la misión de comunicar sobre los lugares más atractivos para visitar, ya fuera por su paisaje, arquitectura o historia.

Las revistas especializadas en turismo fueron otro de los medios que coadyuvaron en el fomento y el desarrollo turístico en nuestro país. Por ejemplo, en aquel periodo comenzaron a circular revistas en donde los viajeros podían obtener información sobre el país, tales como: rutas y horarios de medios de transporte, lugares de interés para visitar, un poco de la historia de México, algunos aspectos culturales de lo que propiamente era considerado como mexicano e incluso algunos de los productos más consumidos en el país, ya que los comerciantes aprovechaban estos medios para promocionar sus mercancías al viajero, señalando que eran productos muy consumidos o usados en nuestro país.

En el AGN se resguardan varias de las revistas de turismo que fueron editadas en aquella época que dan cuenta del desarrollo del sector turístico en México.

1 “El turismo después de la guerra”, en, El Pueblo, 31 de enero de 1919. consultado en http://www.hndm.unam.mx/consulta/resultados/visualizar/558a330f7d1ed64f168f7802?resultado=4&tipo=pagina&intPagina=5&palabras=turismo

2Op. cit.