El inicio de la lucha por la Independencia se señala que oficialmente fue el 16 de septiembre de 1810, día en el cual, tras darse aviso sobre la denuncia de la junta de conspiración de Querétaro, el cura Miguel Hidalgo y Costilla alentó a la gente de Dolores, Guanajuato, a levantarse en armas en contra de las autoridades de la Nueva España. La lucha se extendería por varias partes del Virreinato y se prolongaría por un largo tiempo.

Sin embargo, la consumación de la Independencia llegó hasta 1821, periodo en el cual la reinstalación de la legislación liberal atentó contra los intereses y privilegios de las élites de la Nueva España, ocasionando que surgieran conjuras en contra el gobierno español, la más conocida de ellas fue La Profesa. Dicha confabulación no logró evitar el restablecimiento de la Constitución de Cádiz por el virrey Ruiz de Apodaca, pero si consiguió que Agustín de Iturbide fuera designado comandante de las fuerzas del sur.

A pesar de que Iturbide se había mantenido alejado por cuatro años de las armas, su reconocida trayectoria en el Ejército Realista convenció al entonces virrey de ser el general idóneo para terminar con la lucha que aún sostenía el insurgente Vicente Guerrero. No obstante, el actuar de Agustín de Iturbide se apegó a los intereses de la jerarquía que se oponía a la legislación de España que afectaba directamente a la Nueva España, comenzando así una negociación directa con las fuerzas insurgentes para pactar la paz, dando como resultado una alianza entre Iturbide y Guerrero

El 24 de febrero de 1821 se proclamó el Plan de Iguala el cual consistían en 24 artículos que defendía la religión católica, la independencia de la Nueva España y la igualdad, tres garantías que serían sostenidas por un nuevo ejército denominado Trigarante. Este fue el primer documento que dio cuerpo al proceso de la consumación de la lucha independentista.

Bajo este plan logró adherir a gran parte de la población novohispana a la causa, obligando a que el 24 de agosto de 1821 el capitán general don Juan O'Donojú firmara los Tratados de Córdoba, documento en el que, de manera no oficial, la Corona de España reconocía la independencia del Imperio Mexicano.

El 27 de septiembre, con la entrada del Ejército Trigarante a la capital del país, se consumó la independencia de la nación. Los habitantes de esta Ciudad se dispusieron a decorar las calles con flores y vistosas colgaduras que ostentaban los colores adoptados en Iguala (blanco, verde y rojo), para dar una cálida bienvenida al ejército y al gobierno que protegerían y dirigirían a la nueva nación. La comitiva llegó al actual Palacio Nacional en donde se declamaron los dos documentos antes promulgados[1]: el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba.

No obstante, a la recién nación soberana todavía le hacía falta un documento que fuera firmado por las “autoridades que regirían provisionalmente el país”[2]. Esta sería la primera tarea de la Junta Provisional Gubernativa la cual se estableció el día 28 de septiembre de aquel año, ese mismo día durante su primera sesión celebrada en Palacio Nacional cerca de las siete de la noche se pronunció el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, documento que en síntesis recogía todos los principios que en Iguala fueron expresados y en Córdoba ratificados.

Dos ejemplares idénticos fueron firmados y ambas Actas de Independencia representaban el “monumento más glorioso de la nación”,[3] por lo cual se destinaron a dos espacios solemnes para su resguardo, una en el recinto Legislativo, lugar donde residiría la representación de la soberanía popular y se promulgarían las leyes que regirían a este país, mientras que la otra permanecería resguardada por la Junta Provisional Gubernativa.

En la actualidad el Archivo General de la Nación resguarda el Plan de Iguala, los Tratados de Córdoba y la Acta de Independencia que fue recuperada en 1961. Documentos que dan cuenta de la independencia y soberanía de la nación mexicana.

 

[1]Gaceta Imperial de México, 30 de octubre de 1821, t. I, núm. 16, p. 116

[2] RUIZ DUEÑAS, Jorge y otros. Encuentro con el Acta de Independencia. Ciudad de México, Archivo General de la Nación, 2018, p.28

[3] Diario de las sesiones de la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano [En Línea]. México, Imprenta Imperial de D. Alexandro Valdés, 1821, p. 351. Consultado en: https://bit.ly/2ngj4j3