Antes de la llegada de los españoles, algunas culturas prehispánicas tenían esclavos; sin embargo, luego de la conquista se estableció un sistema de esclavitud que funcionaba con base en el color de piel y el origen, así que los grupos más vulnerables fueron aquellos que estaban conformados por personas provenientes del África Occidental y Central.

Un incontable número de mujeres africanas fueron comercializadas como esclavas en la Nueva España porque justamente en África se estableció un mercado de trata de personas a través de las factorías portuguesas. Las esclavas primero llegaban a la península ibérica en donde se comprobaba que estuvieran evangelizadas y de ahí pasaban a manos de la Casa de Contratación de Sevilla o de algún particular autorizado por la Corona de España para transportar esclavos cristianos a las posesiones de ultramar. Tras sortear el tormentoso viaje y llegar a la Nueva España, eran forzadas a desempeñar diversas actividades económicas, principalmente de carácter doméstico, comercial y textil.

En algunos casos realizaban tareas que ponían en riesgo su vida, como lo muestra el testimonio de la esclava Josefa de la Encarnación, quien le pidió al corregidor de la Ciudad de México un papel de venta para su sobrina llamada Bernarda, mulata esclava, para librarse de su esclavista, Domingo de Leita Cantabrana, quien la obligaba a trabajar en los obrajes a pesar de encontrarse embarazada (imagen 1).

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Imagen 1. Josefa de la Encarnación pide que su sobrina sea vendida a otro esclavo por su condición de salud, Chalco, 1718

Aunado al trabajo forzado, las mujeres esclavizadas sufrieron distintos tipos de violencia, como el maltrato físico, que llegó a cobrar la vida de más de una mujer. Tal es el caso que se encuentra en el expediente 4 del volumen 550 del fondo Criminal, en el que se relata que la afrodescendiente Josefa Luisa fue asesinada a manos de Domingo Álvarez. El hecho fue denunciado por la madre de Josefa tras conocer que su hija había perdido la vida por haber sido azotada durante dos días seguidos por el supuesto motivo de haber atacado a su ama (imagen 2).

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Imagen 2. María Candelaria Morena denuncia el asesinato de su hija a manos de un esclavista, Villa de Córdoba, Veracruz, 6 de octubre de 1804

Ante la denuncia, las autoridades llevaron a cabo una investigación, misma que se estancó en un interminable interrogatorio a los demás esclavos que trabajaban en la hacienda de Domingo Álvarez, quienes, al parecer, habían sido coaccionados por el esclavista para negar que Josefa había sido azotada. Pese a que se intentó encubrir el delito, algunas personas manifestaron que, en efecto, Josefa había sido brutalmente azotada al punto de desgarrarle la piel, incluso la hermana de la víctima le había pedido al flagelador que parara el castigo, pero solo terminó siendo lacerada también (imagen 3).

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Imagen 3. Declaración de María de la Luz sobre el asesinato de su hermana, Villa de Córdoba, Veracruz, 8 de octubre de 1804

Tras varios días de investigación, las autoridades concluyeron el caso con algunas sencillas recomendaciones: vigilar la hacienda y el trato que el esclavista daba a las personas que tenía a su cargo. Cabe señalar que los principales sospechosos de ocasionar la muerte de Josefa nunca fueron interrogados, lo que nos permite ver la protección de la que gozaban los esclavistas (imagen 4).

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Imagen 4. Recomendaciones de José Antonio de Juárez al subdelegado de la Villa de Córdoba sobre el caso de Josefa Luisa, Villa de Córdoba, 17 de octubre de 1804

Debido al alto grado de violencia que sufrían las y los esclavos, su única vía de salvación era escapar de sus dueños, así que no resulta extraño encontrar un considerable número de denuncias de esclavistas que solicitaban la ayuda de las autoridades para buscar a quienes habían logrado huir. Lamentablemente, estos expedientes no nos permiten conocer las verdaderas causas que motivaban la fuga, pues las autoridades jamás indagaron en el trato y vida que las personas esclavizadas toleraban, no obstante, se puede conjeturar que la violencia moral y física eran algunos de los principales motivos que las orillaban a buscar su libertad.

Las y los esclavos también podían obtener su libertad a través de recursos legales, por ejemplo, los testamentos. Si bien era común que se heredaran a otros familiares, pues se consideraban como parte de los bienes del finado, también ocurría que, para descargar su conciencia, el patrón asentaba en su testamento que les otorgaba la libertad.

Pese a la garantía que otorgaban las Siete Partidas con respecto a la obtención de la libertad, no se podía evitar que algunas personas o instituciones buscaran lucrar con la situación vulnerable de los individuos para reducirlos nuevamente a la esclavitud, incluso ocurría que los hijos de mujeres que habían sido esclavas también eran vendidos o esclavizados (imagen 5). Uno de los lugares en donde llegó a ocurrir esto fue en los conventos, pues la Iglesia justificaba la esclavitud africana como medio de evangelización, además, llegó a castigar con pena de excomunión a las personas que llegaron a proteger o esconder esclavos que se habían escapado. 

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Imagen 5. Denuncia de María Luciana Isabel por la venta de sus dos hijos como esclavos, Villa de Córdoba, 1820 

Las mujeres esclavizadas, junto con sus hijos, fueron uno de los sectores más vulnerables dentro del sistema de esclavitud, pues no contaban con protección jurídica, social ni religiosa; rescatar parte de su historia es una deuda histórica que como México multicultural y pluriétnico tenemos.

Referencia de imágenes:

Imagen 1. Josefa de la Encarnación denuncia los malos tratos que sufre su sobrina, Chalco, 1718, en AGN, Indiferente Virreinal, caja 5038, exp. 93, f. 1.

Imagen 2, 3 y 4. Denuncia, declaración y recomendaciones por el homicidio de Josefa Luisa a manos de Domingo Álvarez, Villa de Córdoba, Veracruz, 6 de octubre de 1804, en AGN, Criminal, vol. 550, exp. 4, f. 189, f. 192 y f. 200, respectivamente.

Imagen 5. Denuncia de María Luciana Isabel por la venta de sus dos hijos como esclavos, Villa de Córdoba, Veracruz, 1820, f. 1. AGN, Indiferente Virreinal, caja 4955, exp. 35, f. 1.

Bibliografía Consultada:

Apodaca-Valdez, Manuel, “Raza, género y poder colonial en la Nueva España (siglos XVI-XVII)”, Figuras revista académica de investigación, vol. 2, núm. 2. [Consulta: 1 de julio de 2023]

Salgado Ocampo, Javier, Con ánimo de que esté separado el santo matrimonio: impedimentos para la vida maridable a negros esclavos en la Ciudad de México, siglo XVII, tesis de licenciatura, Ciudad de México, UNAM, 2018. [Consulta: 2 de julio de 2023]