México no escapó a su influencia pues al calor de la represión del movimiento estudiantil-popular de 1968 y la inauguración de los XIX Juegos Olímpicos, la rebeldía internacional se filtró en el evento organizado por el Estado autoritario mexicano.

Uno de los momentos más emblemáticos que se vivió durante los XIX Juegos Olímpicos de la era moderna, celebrados en la Ciudad de México durante octubre de 1968, fue el simbólico acto de protesta de los atletas afroestadounidenses Tommie Smith y John Carlos, quienes durante la ceremonia de premiación alzaron el puño envuelto en un guante negro mientras comenzaba a sonar el himno nacional de su país.

Este breve gesto se interpretó como un emblemático y heroico saludo del Black Power. Este movimiento social, que entre 1960 y 1970 vivió su cenit en los Estados Unidos de América, formó parte del histórico activismo afroestadounidense contra el racismo, la segregación racial y por el reconocimiento de los derechos civiles de dicha comunidad.[1] Dicho movimiento fue representado por distintos activistas estadounidenses como James Meredith, Stokely Carmichael y Richard Wright, entre otros. El movimiento Black Power se desarrolló en diversas vertientes tanto radicales como pacíficas.

Tommie Smith y John Carlos tuvieron un desempeño muy destacado tras conseguir el oro y el bronce, respectivamente, en la prueba de 200 metros planos. Sin embargo, ambos atletas fueron sancionados tanto por el Comité Olímpico Internacional como por el Comité Olímpico Nacional de los Estados Unidos de América, quienes determinaron darlos de baja del equipo norteamericano.

Ante tal resolución, otros nueve atletas afroestadounidenses tomaron la decisión de solidarizarse con sus compañeros, por lo cual se retiraron de la competencia olímpica a manera de protesta frente a las medidas tomadas contra Tommie Smith y John Carlos.

Algunos atletas tuvieron que guardar silencio por el temor a las posibles represalias que el Comité Olímpico Nacional de los Estados pudiera tomar sobre ellos. Un caso particular fue el corredor estadounidense Lee Evans quien, al momento de ser entrevistado por su medalla de oro en la prueba de los 400 metros, aprovechó para hacer eco de la discriminación, racismos y desigualdad social que se presentaba en los Estados Unidos de América en relación con el color de piel. Cuando se le cuestionó sobre el porqué del alto rendimiento que los atletas afroestadounidenses estaban exhibiendo en los Juegos Olímpicos, respondió que era la única manera en la cual un atleta de color podía a acceder a los privilegios de la elite blanca, en los siguientes términos: “Yo no iría a la universidad de otra manera porque no soy rico. Por eso soy rápido porque si no, no obtengo la beca para mis estudios en la universidad. Algunos ricos pagan a sus hijos la carrera universitaria, pero yo, si no gano los 400 metros, no tengo beca.”[2]

Con respecto a la posición que tomó el Comité Olímpico Nacional de México, se puede señalar que llegó a ser cortés al respetar la estancia de los atletas afroestadounidenses mientras se encontraran dentro de la Villa Olímpica. Esto no significaba una tolerancia del Estado mexicano sobre cualquier expresión o miembro de este movimiento. Se debe de recordar que las autoridades mexicanas mantuvieron una estrecha colaboración con las norteamericanas sobre cualquier movimiento social que representara una amenaza para el statu quo de ambas naciones. Tan sólo en agosto de aquel mismo año el gobierno mexicano había llevado a cabo la detención y expulsión de los estadounidenses David Hillard, George Mason Murray, Landon Williams,  Anthony Willard y Anthony Ashlers,[3] miembros de la Organización de Black Panther Party (Partido Pantera Negra), grupo político radical afroestadounidense formado dentro de la etapa del Black Power.

/cms/uploads/image/file/680081/George_Mason_Murray.JPGGeorge Mason Murray, detenido y deportado por las autoridades mexicanas el 12 de agosto de 1968. Fue uno de los más influyentes organizadores contra la guerra de Vietnam en el estado de San Francisco, al sostener que la guerra en Vietnam era racista al estar usando soldados negros, soldados blancos pobres y soldados mexicanos con engaños para luchar contra la gente de color en Vietnam.  

Cabe señalar que el gobierno de los Estados Unidos de América observaba con preocupación los movimientos sociales afroestadounidenses. De tal manera, propiciaron la persecución política de las distintas organizaciones y sus principales miembros a través de la implementación de programas de contrainteligencia y espionaje. Estos involucraban una colaboración con otros países como fue el caso de México a través de sus cuerpos de inteligencia. Uno de los temores principales de los norteamericanos fue que los movimientos sociales de su país se vincularan con otros movimientos sociales y revolucionarios de América[4]. Por tal motivo la Dirección Federal de Seguridad (DFS) mantuvo una vigilancia sobre cualquier individuo perteneciente al Black Power que pisara suelo mexicano, tierra que servía de vía de paso con Cuba en donde algunos afroestadounidenses encontraban apoyo para impulsar el movimiento del Black Power en otras latitudes, tal como se puede documentar en el fondo de Investigaciones Políticas y Sociales del Archivo General de la Nación.

/cms/uploads/image/file/680568/2_Direcci_n_Federal_de_Seguridad__Panteras_Negras_siendo_deportadas__Ciudad_de_M_xico__12_de_agosto_de_1968..JPGDirección Federal de Seguridad, Ciudad de México, 12 de agosto de 1968, en, Archivo General de la Nación, Fondo Investigaciones Políticas y Sociales, caja 2962 D, expediente 13,

A manera de conclusión, podemos señalar que el movimiento Black Power llegó más allá de los Estados Unidos de América, extendiéndose a otras zonas de América. Sin embargo, para hacerlo tuvo que romper el cerco de los programas de contrainteligencia estadounidenses que involucraban la cooperación de otros estados autoritarios de aquella época como fue el caso de México. No obstante, los eventos públicos masivos fueron espacios en donde algunos afroestadounidenses encontraron la oportunidad para manifestar su rechazo al racismo y a la segregación racial que se presentaba tanto en su país como en otras latitudes del mundo.

 

[1] Carolina Saldaña, Agosto Negro, México, SubVersiones, 2016. En línea, consultado en: https://subversiones.org/PDFs/agostonegro.pdf 

[2] Luis F. Bustamante, “Evans, James y Freeman de EU  1-2-3 en los 400 metros planos”, en El Nacional, Ciudad de México, 19 de octubre de 1968, sección 3, p. 5. Biblioteca y Hemeroteca Ignacio Cubas, AGN.

[3]Dirección Federal de Seguridad, Panteras Negras siendo deportadas, Ciudad de México, 12 de agosto de 1968, en, Archivo General de la Nación, Fondo Investigaciones Políticas y Sociales, caja 2962 D, expediente 13, p. 40. En línea, consultado en: https://m68.mx/coleccion/35089

[4] Valeria L. Carbone, “Estados Unidos, el Black Power y el Tercer Mundo: un análisis de las implicaciones de la visita de Stokely Carmichael a Cuba, en agosto de 1967”, Universidad de La Habana, La Habana, 2017, núm. 284, pp.51-67. En línea, consultado en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0253-92762017000200004