Como parte del protocolo, se rindieron honores a la bandera por parte de la banda de guerra de la Policía Federal y se izó a media asta la bandera Nacional, en señal de duelo y luto.
Posteriormente se realizó el depósito de una ofrenda floral por parte del presídium, así como una guardia de honor, para rendir homenaje al presidente Francisco I. Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez, quienes fueron asesinados, el 22 de febrero de 1913, detrás de la Penitenciaría de Lecumberri, la actual sede del Archivo General de la Nación.
Jesús Torres Gómez, jefe de la Oficina de la Secretaría de Gobernación, dirigió unas palabras a los presentes, señalando que Francisco I. Madero es uno de los personajes más admirados por el pueblo de México, el cual es un ejemplo y una guía para todo presidente mexicano. Con su muerte física, a manos del usurpador Victoriano Huerta, su figura se volvió invencible, pues su ideal democrático no murió ese día y su espíritu campea entre nosotros, inspirándonos y fortaleciéndonos.
En el evento estuvieron presentes Eric Suzán Reed, titular de la Unidad de Desarrollo Político y Fomento Cívico; Jesús Torres Gómez, jefe de la Oficina de la Secretaría de Gobernación; Pedro Salmerón Sanginés, director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México; Gregorio Guerrero Pozas, titular de la Unidad de Administración y Finanzas de Segob; Martín Salvador Morfín Ruíz, comandante de la Primera Zona Militar; Fernando Molinar Bustos, titular de la dirección General de Cultura Democrática y Fomento Cívico de Segob; María Fernanda Treviño Campero, directora de Publicaciones y Difusión del AGN; y familiares de Francisco I. Madero.