A inicios de noviembre de 1813, dos días después de la proclamación del Acta Solemne de lDeclaración de la Independencia de la América Septentrional, el ejército insurgente —comandado por el llamado Siervo de la Nación; y acompañado de sus lugartenientes más importantes: Mariano Matamoros y Hermenegildo Galeana—, se dirigió a Valladolid. Los resultados fueron devastadores, tras ser sorprendidos en las serranías de Lomas de Santa María por el coronel Agustín de Iturbide.

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Tras la derrota, el ejército insurgente se trasladó a  Puruarán, donde se atrincheraron para frenar el alcance de los realistas, pero la defensa que encabezaba Mariano Matamoros no resistió, ocasionando su captura, aunque permitiendo la huida de José María Morelos.

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Después de 21 días se concluyó con la interrogación, teniendo como resolución la sentencia de muerte, por los graves delitos en contra de la Corona de España. Matamoros fue notificado del dictamen emitido por Ciriaco de Llano y Garay, comandante general del ejército del norte; y autorizado por el Virrey Félix María Calleja del Rey. Finalmente, el 3 de febrero de 1814, a las once de la mañana, fue fusilado en la Plaza de la Constitución de Valladolid.

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El Archivo General de la Nación (AGN), resguarda en la Biblioteca Ignacio Cubas un facsimilar que incluye relevantes documentos sobre los últimos momentos del insurgente.

¡Ven, visita el AGN! Y consulta la biblioteca del AGN.

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