Si bien su uso ha sido más empleado para satirizar a determinados personajes de la política, así como sus polémicas decisiones y aquellos acontecimientos autoritarios del Estado que han quedado en la memoria colectiva de la sociedad mexicana, no son los únicos temas exclusivos de la caricatura, sino prácticamente podemos señalar que todo acontecimiento o persona puede quedar enmarcado por la mano de un caricaturista.
Para la segunda mitad del siglo XX era un hecho que la caricatura había encontrado un lugar en los principales periódicos de aquel tiempo, al igual que reconocidos caricaturistas que a partir de su trabajo fueron mostrando lo que se buscaba callar; cobrando el dibujo un papel considerable como herramienta de conciencia para hacer memoria dentro de la sociedad.
"Unidos en la desgracia" por Rruizte, en, El Nacional, 20 de septiembre de 1985, Biblioteca - Hemeroteca "Ignacio Cubas", AGN.
Como tal estos profesionales o afines a ese arte han estado presentes en diversos hechos de la historia de México, determinados acontecimientos podemos ver representados en ese estilo, especialmente aquellos que cimbraron a la sociedad como lo hizo el sismo de 1985.
"Desastre" por Oswaldo Sagastegui, en, Excélsior, 20 de septiembre de 1985, Biblioteca - Hemeroteca "Ignacio Cubas", AGN.
El 19 de septiembre de aquel año a las 7:19 a.m. la Ciudad de México cambió al igual que sus habitantes, cuando fue devastada por un sismo de 8.1 grados de magnitud en la escala de Richter, la duración del movimiento fue de aproximadamente un minuto y medio, tiempo que fue suficiente para hacer visible la fragilidad de una ciudad moderna, pero también la fuerza de una sociedad que manifestó por instinto aquellos valores propios de la sociabilidad y la humanidad, el amor al prójimo y la solidaridad motivaron a miles de personas a prestar ayuda sin mirar a quien.
"Luto", anónimo, en, La Prensa, 20 de septiembre de 1985, Biblioteca - Hemeroteca "Ignacio Cubas", AGN.
Los medios impresos que se mantuvieron activos después del sismo se enfocaron, como era de esperar, en dar a conocer toda la información referente a la catastrófica situación de la Ciudad de México. En las primeras planas de los periódicos las noticias informaban sobre los edificios colapsados, las labores de rescate y, sobre todo, las muestras de solidaridad que se podían ver en las calles con la presencia de personas removiendo escombros con el único fin de encontrar señales de vida.
"De todo corazón" por Jake, en, El Nacional, 24 de septiembre de 1985, Biblioteca - Hemeroteca "Ignacio Cubas", AGN.
La imagen visual del estado en el cual se encontraba la capital fue otra de las cuestiones que ocupó a los periódicos, estas imágenes fueron desde fotografías hasta dibujos. Los cartones plasmaron a su modo la realidad dolorosa que en ese momento se podía vivir y ver en la Ciudad de México, la cual después del sismo había quedado irreconocibles pues donde antes se levantaba una unidad habitacional, un hotel, una cafetería, un hospital y otros tantos edificios, quedaban solamente ruinas.
"Resurrección" por Marino, en, Excélsior, 27 de septiembre de 1985, Biblioteca - Hemeroteca "Ignacio Cubas", AGN.
Caricaturistas como Oswaldo Sagastegui, Luis de la Torre Ruiz, Marino Sagástegui Córdova, Rafael Ruiz “Rruizte”, por mencionar sólo algunos, publicaron en sus respectivos medios la imagen que ellos consideraron que delineaba aquella desastrosa realidad. Ciudad destruida, la bandera nacional a media asta y una mano resurgiendo de los escombros, fueron algunos de los cuadros que se dejaron ver el día después del sismo.
"El Hotel Regis en escombros" por Mateo Rocha, en, La Prensa, 29 de septiembre de 1985, Biblioteca - Hemeroteca "Ignacio Cubas", AGN.
En los días siguientes del mes de septiembre la caricatura fue narrando la situación que sus autores presenciaban dentro de esta sociedad moderna que tras ser afligida por un desastre natural despertaba temporalmente de ese estado de alienación que era particular de quienes vivían en la gran urbe, para dar paso a la muestra más sincera de solidaridad humana de los capitalinos, dispuestos a sumarse a las filas de la Cruz Roja fungiendo como voluntarios, las manos entrelazadas fue una de las expresiones más utilizada por los caricaturistas para simbolizar esa unidad entre individuos.
La mañana de aquel fatídico día miles de personas iniciarían un día aparentemente normal y maquinal, saldrían a sus respectivos lugares a realizar sus correspondientes actividades sin embargo se verían sorprendidos por uno de los sismos más mortíferos y destructivos de toda la historia de México. "Puntual asistencia" por Cees, en, El Nacional, 23 de septiembre de 1985, Biblioteca - Hemeroteca "Ignacio Cubas", AGN.
La destrucción apagó la vida de miles de personas, sin embargo este acontecimiento mostró esa enorme fuerza de la población orientada hacia el bien. Gente de toda clase salió para ayudar, miles fueron las manos anónimas voluntarias que movieron escombros en busca de víctimas atrapadas, prepararon comida, donaron medicamentos, trasladaron heridos en autos particulares y otras tantas acciones que denotaron la calidad del pueblo mexicano ante la catastrofe."Solidaridad" por Jake, en, El Nacional, 22 de septiembre de 1985, Biblioteca - Hemeroteca "Ignacio Cubas", AGN.
A nivel mundial la fraternidad no se hizo esperar decenas de brigadas de diversas partes del mundo se sumaron a prestar ayuda humanitaria para el rescate de personas, así como brindar recursos materiales como medicamentos, vestimenta y productos de primera necesidad a los damnificados, esta situación también fue bien presentada en los cartones, por varios días aparecieron muestras visuales de agradecimiento a la solidaridad brindada hacia el pueblo mexicano.
¡Ven! Visita el Archivo General de la Nación y consulta el material bibliohemerográfico de la biblioteca Ignacio Cubas, donde puedes conocer a detalle cómo este arte representó la tragedia que marcó a la Ciudad de México.
