En 1979 para conmemorar el centenario del natalicio del general Emiliano Zapata, quien fijó los principios de la justa distribución de la tierra al frente del Ejército Libertador del Sur, se creó el "Comité Coordinador para la celebración del Primer Centenario del Natalicio del General Emiliano Zapata", un organismo que encabezó todas las actividades del festejo, así como la creación de medios culturales, como libros, revistas, estatuas, imágenes, entre otros; destinados a informar a los ciudadanos sobre la persona e ideología del adalid del sur y  proyectar su figura a todos los ámbitos del país.

/cms/uploads/image/file/489710/Marzo.JPGLeopoldo Méndez, Retrato de Emiliano Zapata, ca. 1950.

Entre los medios culturales que fueron editados por el Comité sobresale la colección Periódico Mural. Tres mil días de efemérides de la Revolución, una publicación quincenal conformada por 26 números, destinada a rememorar todas las acciones de Zapata, así como incluir corridos, opiniones y documentos que enaltecieran la figura del General. Además, para ilustrar cada número se recopilaron las imágenes del revolucionario, realizadas a lo largo del tiempo, por parte de reconocidos dibujantes, grabadores, ilustradores y pintores. La edición de este periódico fue dirigida a las escuelas del estado de Morelos, para que los jóvenes reconocieran en Zapata a uno de los principales defensores de los pueblos de aquella entidad.

/cms/uploads/image/file/489704/Febrero_2.JPGMoreno Capdevila, Tierra y libertad, s.f.

Jesus Sotelo Inclán señala en Raíz y Razón de Zapata, que en torno a la figura de este personaje se acentuaron dos representaciones, una como el “Atila del Sur” y la otra como “El paladín de los campesinos”. La primera sería exhibida desde el inicio de la Revolución Mexicana por medio de la caricatura contrarrevolucionaria. Un caso particular resultó ser José Clemente Orozco; quien, en sus primeras obras dentro del género de la caricatura, llegó a realizar algunos cartones para El Ahuizote, semanario de carácter antimaderista, para satirizar a Emiliano Zapata, tal como se deja ver en su dibujo humorístico “Tal para cual”. Años después, el mismo Orozco reconocería en su obra las virtudes de Zapata, dejando ver lo que Henry Gil y  Monique Joly, en Las representaciones del tiempo histórico, han denominado como la manipulación de la historia por parte del artista, quien ejerce el poder de un modo totalitario, inventando a un tiempo el objeto a analizar y las reglas del juego.

/cms/uploads/image/file/489697/Agosto_3.JPGJosé Clemente Orozco, Tal para cual, 1911.

/cms/uploads/image/file/489717/Septiembre.JPGJosé Clemente Orozco, Emiliano Zapata, 1930.

 

En contraposición a la imagen oscura del caudillo se fueron desarrollando grabados más realistas del jefe revolucionario del estado de Morelos, que se hicieron tomando como referencia algunas fotografías, como la icónica imagen atribuida a Hugo Brehme, que se trata de un retrato de cuerpo entero de Zapata, donde se muestra firme, portando sus armas de combate: una carabina 30-30 y un sable. Ésta fue publicada en El Imparcial el 16 de abril de 1913 y se volvió modelo de la representación simbólica del líder campesino, la cual se comenzó a reproducir en las imprentas de la Ciudad de México, entre ellas la de Antonio Vanegas donde trabajó José Guadalupe Posada.

/cms/uploads/image/file/489719/Zapata.JPGHugo Brehme, Retrato de Emiliano Zapata, 1911.

/cms/uploads/image/file/489714/Noviembre.JPG José Guadalupe Posada, Emiliano Zapata, 1913.

 

Jacqueline Covo-Maurice reconocería que esos elementos, inmovilizados en la fotografía de Brehme relacionados al combate subversivo del zapatismo, serían posteriormente “retocados” con signos referenciales del tiempo presente. Un claro ejemplo sería el grabado de Arturo Garcia Bustos Y tú qué has hecho (1953), en la cual Zapata se encuentra señalando al frente mientras sostiene su fusil al lado, sin duda una severa crítica al conformismo social e indiferencia política.

/cms/uploads/image/file/489716/Octubre_2.JPGArturo Garcia Bustos, Y tú qué has hecho, 1953.

Fue precisamente en el Taller de Gráfica Popular donde se hicieron algunos de los trabajos gráficos masivos más importantes sobre la imagen de Zapata, pues tal como señaló Bustos: los avances de la revolución entusiasmaron a los artistas del taller, quienes todos los viernes por la noche se reunían con dirigentes sindicales, escritores y amigos del taller.

/cms/uploads/image/file/489695/Abril.JPG"La táctica y estrategia del movimiento revolucionario y de las perspectivas de la Revolución Mexicana, permitirán al marxismo mexicano jugar un papel decisivo en la unificación, depuración y democratización del movimientos sindical y campesino."  Leopoldo Méndez, El Popular, 24 de enero de 1947.

 

Las obras gráficas de Angel Bracho, Alberto Beltrán, Adolfo Mexiac, Francisco Moreno Capdevila, Jesús Álvarez Amaya, Leopoldo Méndez y Raúl Anguiano, fueron recopiladas y sirvieron para ilustrar el periódico mural con la imagen de Emiliano Zapata como “El paladín de los campesinos”, representación que se fue generalizando años después de su muerte.

/cms/uploads/image/file/489711/Mayo_2.JPG "Zapata es uno de los espíritus más limpios y altruistas, junto con Pancho Villa –con todos sus claroscuros-, los demás generales que participaron porque ya no soportaron la dictadura porfiriana estaban haciendo su propia carrera política; en cambio, en el caso de Zapata no entró en componendas ni con la persona que apoyó al principio, me refiero al presidente Francisco I. Madero. Zapata tenía la idea de cuidar la tierra y repartirla, es un líder que trasciende."  Entrevista con el artista Adolfo Mexiac, Otras Voces en Educacion, 09 de Septiembre de 2016.

El gobierno emanado de la Revolución Mexicana reconocería hasta 1931 al extinto Caudillo del Sur como un héroe nacional, quedando grabado, con letras de oro, su nombre en el muro de honor del Salón del Pleno de la Cámara de Diputados. Tal medida había nacido de la consideración de que era tiempo de perdonar los errores para reconocer y presentar a la niñez mexicana —aquella que no había vivido los horrores de la guerra—, al “Líder Máximo del Agrarismo”.

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Erasto Cortés, Zapata a caballo, ca. 1950.

Así, la imagen del Caudillo del Sur quedó estrechamente relacionada a la historia de la lucha agraria y su figura combativa sería retomada por el Estado, quien reconocería en Zapata al dirigente que dio contenido social e histórico al artículo 27 de la Constitución de 1917. El nuevo gobierno se adjudicó el encargo de ser el defensor del reparto agrario que se debía a los campesinos mexicanos.

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Ignacio Aguirre, Emiliano Zapata, el gran líder del movimiento revolucionario campesino, 1948.

Sin embargo, la realidad era otra. Mientras en los recintos oficiales del Estado, como la Escuela Nacional de Agricultura, Chapingo; la Secretaría de Educación Pública y el Palacio Nacional, el muralista Diego Rivera pintaba las primeras representaciones de Zapata como insigne de la reforma agraria, los campesinos de Anenecuilco, tierra que vio nacer a varios zapatistas, entre ellos a su líder, sufrían un mezquino reparto de tierra; pues los hacendados aún eran dueños de sus grandes fincas. Aún en 1970, aquella región era, en palabras de Sotelo Inclán, “la historia de un pueblo trágico que nunca ha recibido la justicia por la que tanto ha luchado y sufrido”.

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Diego Rivera, Zapata líder agrario, 1931.

 

El 10 de abril de 1919 la vida del líder militar y campesino llegó a su fin a manos del coronel Jesús Guajardo, en una hacienda cerca de Chinameca; su cadáver estuvo a la pública expectación, en el Palacio Municipal de Cuautla para acallar cualquier rumor, medida que no tuvo el efecto esperado; ya que pronto se corrió la voz, dentro de la tropa, de que su cuerpo no tenía las señas particulares de su caudillo, como era el lunar en forma de manita que tenía en el pecho o que no le faltaba el dedo que a Zapata sí. Algunos más decían que estaba escondido para regresar después, tal como cantaba una estrofa del Corrido a la muerte de Emiliano Zapata de Baltasar Dromundo: 

 

  1. Enterraron a Zapata 
  2. en una profunda tumba 
  3. pues creían que se saldría 
  4. para volver a la lucha. 

 

 

A cien años de su muerte el Caudillo del Sur no ha "brotado de las entrañas de la tierra para volver a la lucha"; sin embargo ¡Zapata Vive!, su imagen sigue vigente dentro de la sociedad mexicana. Como plantea Ávila Espinosa:

Zapata se convirtió en símbolo de lucha y de rebeldía para los campesinos y para el movimiento popular mexicano. 

Ávila Espinosa Felipe Arturo "Zapata, Emiliano", en, Diccionario de la Revolución mexicana, México, UNAM, 2010, p.381.

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Colofón

El muralista Arturo Moyers Villena, fue comisionado para realizar en 1978, en el marco de la celebración del Centenario del Natalicio del General Emiliano Zapata, un mural alusivo a la vida del Caudillo del Sur en la ciudad de Cuernavaca, Morelos. La obra fue ejecutada en tres paredes, en las cuales pintó: el retrato de Zapata, el problema agrario y el dolor del pueblo ante la muerte de su paladín.  De acuerdo a Manuel Alberto Morales Damián, el infortunio crecimiento de Cuernavaca y el vandalismo destruyeron esta obra de gran envergadura. Por fortuna el Comité Coordinador, utilizó uno de los dibujos del extinto mural de Moyers, para ilustrar el número 10 del Periódico Mural. Tres mil días de efemérides de la Revolución

/cms/uploads/image/file/489712/Mayo.JPGArturo Moyers, Zapata, 1979.

"Al hablar de la revolución mexicana, su referente principal es Zapata, hombre de palabra, hombre tierra, hombre pueblo. Sus comentarios acerca del revolucionario nos explican la transparencia y sinceridad con que lo ha pintado en varias ocasiones. Pero tras los temas revolucionarios se manifiesta el tema esencial de su vida, la realización espiritual del hombre."  Manuel Alberto Morales Damián, La trayectoria pictórica de Arturo Moyers Villena, Revista Xihmai VI (12), 99-114, Julio-diciembre de 2011.