El afamado compositor de origen veracruzano consolidó una reconocida carrera dentro del campo de la música y la radio mexicana. Desde muy joven se encaminó a Nueva Orleans lugar con una amplia gama de cultura musical misma que utilizó para su capacidad de experimentar con otros géneros musicales y no quedar encasillado en el bolero que llegó a ser la música más popular de su época con artistas consolidados como Agustín Lara.
Su traslado a la Ciudad de México sería durante la primera mitad del siglo XX justo en esa transición hacia la modernidad de la urbe. La nueva etapa marcaría la ampliación de espacios recreativos como el teatro, el cine, los clubes y las estaciones de radio, las cuales fueron el área oportuna para los compositores, músicos y voces con gran talento para introducirse en los hogares familiares; pues la radio pronto se consolidó como uno de los principales instrumentos de entretenimiento dentro de la casa.
Entre esos programas que comenzaron a proliferar se encontró uno dirigido por Francisco Gabilondo Soler, el cual enfocando su talento a la música infantil logró captar la atención de miles de niñas y niños, así como del público adulto que terminó encantado con las letras de carácter infantil.
Pronto el exitoso programa de Francisco Gabilondo Soler adoptó el nombre de Cri-Crí palabra onomatopeya utilizada para designar el sonido del grillo. Aquel personaje resultó uno de los hitos más populares del siglo XX al estar muy relacionado con la infancia de miles de mexicanos; pues su cortinilla de entrada fue emitida a lo largo de todo el territorio: ¿Quién es ese que anda ahí?, es Cri-Crí, es Cri-Crí, ¿Y quién es ese señor? El Grillo Cantor.
La lírica de Gabilondo Soler nació a partir de todo un mundo de fábula que incluyó una gran diversidad de insectos y animales los cuales imitaban o recreaban el sonido a través de la onomatopeya, enviando mensajes claros que buscaban fomentar y fortalecer valores en los niños o simplemente expresar sentimientos.
El programa de radio dirigido por el grillito cantor resultó toda una conquista pues sumó dentro de la audiencia radiofónica al sector infantil que hasta ese momento no había sido considerado, razón por la cual Francisco Gabilondo Soler fue uno de los primeros locutores que dedicó parte de su vida a entretener a la niñez mexicana.
El sentido pedagógico de sus canciones fue reconocido por la audiencia adulta quienes consideraron que los recursos musicales y el mensaje de la letra de las canciones de Cri-Crí coadyuvaban con la formación de los infantes. Aquella decena de cantos que fueron interpretados en la radio pronto llegaron a otros espacios como fue el caso de las aulas escolares. Las canciones fueron lanzadas como materiales didácticos para los maestros en periódicos como El Nacional, de ahí que la gran mayoría de las niñas y niños, entonaran durante sus primeros años escolares canciones como: Abuelito, El chorrito, El ratón vaquero, La patita, Caminito de la escuela, Papá elefante, El perrito, Negrito bailarín, Los tres cochinitos, entre otros tantos éxitos del grillito cantor que han formado parte de miles de festivales escolares y tablas rítmicas.
