El 8 de febrero de 1994 en la ciudad Culiacán, Sinaloa, falleció la cantautora mexicana María Amparo Ochoa Castaños, mejor conocida como Amparo Ochoa. Nació en la localidad de Costa Rica, perteneciente al municipio de Culiacán, Sinaloa, el 29 de septiembre de 1946, en una familia dedicada al campo.

Su contacto con la canción popular lo tiene desde muy pequeña. Se dice que aprendió a tocar los primeros acordes de guitarra, gracias a las enseñanzas de su padre y hermanos, quienes una vez terminadas las faenas agrícolas, se disponían a entonar las canciones de la música tradicional mexicana. Aunque hay quien argumenta que fue su abuelo quien le dio las primeras lecciones musicales.

En la búsqueda de ser ella misma, se cuenta que primero fue enfermera –en un asilo de ancianos– posteriormente se tituló y trabajó como maestra rural, para finalmente –con el apoyo de la familia–trasladarse a la Ciudad de México en 1969, para inscribirse en la Escuela Nacional de Música de la UNAM. En ese mismo año, ganaría el primer lugar en un concurso de aficionados organizado por una conocida emisora de la Ciudad de México.

En los años que siguieron, recorre cafeterías y bares –ya que en ese tiempo todavía no existían las peñas- hasta que conoce a toda una generación de cantautores dedicados a la música de contenido social, quienes la invitarían a los festivales de oposición. Había nacido de esta forma la imprescindible Amparo Ochoa.    

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En esta ocasión, seleccionamos cinco canciones de Amparo Ochoa –de entre el gran número de obras que grabó- en las que el tema de lo rural está presente.

  • El árbol: esta canción es una trova yucateca, en la que describe de manera precisa, la relación que guardamos con toda la naturaleza.

Sobre la tierra que pisas puede brotar un árbol

que te dará sus flores que te dará sus frutos

que te dará su sombra, la vida, la vida, la vida.

A tú manera serán mis pasos,

mi sombra amiga, botón de viento,

por la ladera por la llanura, serás mi aliento.

  • Jacinto Cenobio: interpretación clásica en donde habla de la tristeza y la condición a la que se resigna Jacinto Cenobio –un campesino- que ha perdido a su esposa y su tierra, al infierno de la ciudad.

Que yo ya no quiero

volver pa' allá

al fin ya no tengo

ni a 'ónde llegar.

Murió tu madrina

la Trinidad

los hijos crecieron

¿y dónde están?

Perdí la cosecha

quemé el jacal

sin lo que más quiero

¿qué más me da?

  • Juan sin tierra: es un corrido que tiene como personaje principal a todos aquellos “Juanes” que lucharon en la revolución por la reforma agraria. En un tono sarcástico, retrata el olvido de esta gesta para las siguientes generaciones.

Voy a cantar el corrido

de un hombre que fue a la guerra

que anduvo en la sierra herido

para conquistar su tierra.

El general nos decía

"peleen con mucho valor

les vamos a dar parcelas

cuando haya repartición"

Mi padre fue peón de hacienda

y yo un revolucionario

mis hijos pusieron tienda

y mi nieto es funcionario.

  • La tierra húmeda: canción expone las condiciones de pobreza y explotación, en la que han vivido las comunidades indígenas.

En la tierra húmeda nació

en la tierra húmeda nació

el indio Manuel

a la luz de la mañana.

Con la piel de lodo y los ojos de obsidiana

en la tierra húmeda creció

en la tierra húmeda creció

en un mar de color

café, maíz y frijol

silencio, incienso y dolor.

En la tierra húmeda murió

en la tierra húmeda murió

por ella lo mataron

al querer defender

la tierra que en un tiempo le heredaron.

  • Se me reventó el barzón: aunque esta canción tuvo varios intérpretes, Amparo Ochoa, le dio un sello personal. La canción habla de la explotación de los campesinos y del funcionamiento de las tiendas de raya como mecanismo para que se mantuvieran siempre endeudados:

Se me reventó el barzón y sigue la yunta andando

cuando acabé de piscar, vino el rico y lo partió

todo mi maíz se llevó, ni pa'comer me dejó

me presentó aquí la cuenta:

Aquí debes veinte pesos, de la renta de unos bueyes

cinco pesos de magueyes, una nega, tres cuartillos

de frijol que te prestamos, una nega tres cuartillos

de maíz que te habilitamos, cinco pesos de unas fundas

siete pesos de cigarros, seis pesos, pues no sé de qué.

Pero todo está en la cuenta

además de los veinte reales, que sacaste de la tienda

con todo el maíz que te toca, no le pagas a la hacienda

pero cuentas con mis tierras, para seguirlas sembrando.

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A finales de 2021, el director Modesto López, presentó el documental: Amparo Ochoa. Se me reventó el barzón, como un homenaje a la trayectoria de la cantante sinaloense y en el que se recrea de alguna manera su vida. De entre los diversos testimonios que se presentan, destaca el de un compañero de generación, que resume de forma precisa lo que fue Amparo Ochoa:

“…es sin duda el referente fundamental de la canción folklórica, de la canción política mexicana, por varias razones. La primera, es su tono de voz maravilloso, en segundo lugar por su presencia escénica que embelesaba a todo mundo. En tercer lugar, por la elección de su repertorio, Amparo siempre fue muy cuidadosa al elegir canción por canción, es decir, aquellos que no somos compositores, tenemos que ser muy cuidadosos de dar una voz cercana a lo que ellos han querido decir. Pero lo más importante de Amparo Ochoa era su congruencia, cantaba lo que ella sentía en el corazón, en el estómago y en la cabeza. Cuando uno escucha a Amparo sabe que estamos oyendo una canción y una voz verdadera.”

En éste su aniversario luctuoso, te invitamos a escucharla.