Gracias. Muy buenas tardes a todas y a todos. Es un muy grato honor participar en esta exposición y congreso sobre energía en México.

Quiero agradecer particularmente la invitación y la anfitrionía del doctor Jesús Reyes Heroles, a quien además me da mucho gusto saludar. A lo mejor algunos de ustedes lo sabrán, la mayoría no, lo conozco desde hace muchos años; Jesús fue sinodal en mi examen profesional de licenciatura, hace ya algunos años. Esto lo digo al mismo tiempo que lo libero de cualquier responsabilidad por mis actos y dichos posteriores a partir del día de mi examen profesional, incluyendo todo lo que diga hoy, Jesús. Pero me da mucho gusto, como siempre, verte y estar aquí en esta muy importante oportunidad para hablar del sector energético y más ampliamente de la economía mexicana.

Sé que en estos últimos días han hablado de muchos temas a profundidad del sector energético, la parte de hidrocarburos, el upstream downstream la parte de electricidad, las muchas oportunidades y las cosas que están pasando. Quiero aprovechar este espacio para dedicarme fundamentalmente a dos temas.

En primer lugar referirme al contexto macroeconómico, particularmente en la coyuntura que estamos viviendo y, segundo, referirme a algunas de las estructuras que hemos desarrollado, estructuras jurídicas para facilitar la inversión en infraestructura, particularmente en el contexto de la implementación de la reforma energética y, al final, si me lo permiten, también quiero hacer un comentario particularmente sobre la situación financiera de petróleos mexicanos.

Empezando con el entorno económico, primero, sin duda hoy estamos atravesando todas las economías emergentes en el mundo un momento de gran incertidumbre en los mercados financieros internacionales. Se trata de un fenómeno global, generalizado, que está afectando a todos los activos en riesgo y que ha implicado que el inicio del año ha sido particularmente abrupto en los mercados financieros, con caídas pronunciadas en los mercados de valores, por supuesto en los mercados de materias primas incluyendo el mercado por el petróleo crudo, y también en las divisas de los países emergentes incluyendo el peso mexicano.

Creo que podemos distinguir en particular tres elementos que contribuyen a generar este entorno de incertidumbre y de profunda aversión al riesgo. En primer lugar una desaceleración del crecimiento económico global, particularmente relacionada con la economía china. Si bien  la economía china sigue siendo una economía que crece a tasas importantes, existe una gran incertidumbre sobre cuál es el estado real y las expectativas futuras de la economía china, y también sobre la reacción de política pública, especialmente en política monetaria y cambiaria respecto a ese país. Es un factor muy importante que está generando incertidumbre relevante.

En asegundo lugar, por supuesto las materias primas, particularmente el petróleo crudo. Hay que recordar que el precio del petróleo crudo, tomando como referencia el punto máximo en 2014 de la mezcla mexicana de exportación, ha caído 78% comparado con el precio de  cierre al día de ayer. Éste es un efecto que está generando particularmente presión en todos los activos relacionados con la industria y en los países que somos productores de petróleo.

Finalmente, y hoy es un día en que toma relevancia este tercer factor, hay una incertidumbre en todo el mundo con respecto a la política monetaria de las economías avanzadas, particularmente la divergencia en política monetaria entre el Banco Central Europeo y el Banco de Japón, por un lado, y por el otro la Reserva Federal de los Estados Unidos.

Hace unos minutos, a la una de la tarde, la Reserva Federal de los Estados Unidos emitió su comunicado de política monetaria, confirmando lo que era la expectativa del mercado respecto a no elevar las tasas de interés en esta ocasión, pero al mismo tiempo reconociendo que existe una enorme incertidumbre y un deterioro de las condiciones financieras en el mundo, lo cual pudiera someter a revisión sus decisiones futuras de política monetaria. Es decir, la propia Reserva Federal está reconociendo que estamos en un entorno global complejo, de mayor incertidumbre que hace apenas algunas semanas.

¿Cómo está México respondiendo ante este fenómeno? Estamos respondiendo a partir de una estrategia basada en tres pilares. Primero, y esto sin duda es relevante al tratarse de un fenómeno macroeconómico, a partir de fortalecer nuestros fundamentos macroeconómicos, a través de una política fiscal, una política monetaria prudente y responsable. Segundo, implementando de manera exhaustiva y rápida las reformas estructurales, incluyendo por supuesto la reforma energética, que ha sido un tema fundamental en este congreso. Y en tercer lugar reconociendo que somos nosotros, desde el punto de vista económico, integrantes de la plataforma norteamericana y que éste es un momento más que oportuno para profundizar nuestra integración con las economías de Estados Unidos y de Canadá.

Entrando al primero de estos pilares, los fundamentos macroeconómicos. Me refiero en primer lugar a la política fiscal. Una vez que llegamos a la conclusión hace un año, en enero del año pasado, de que la caída en los precios del petróleo iba a ser de larga duración, decidimos tomar medidas estructurales y no financiar la caída en los ingresos petroleros como si se tratara de un evento transitorio; al contrario dándole un tratamiento desde el punto de vista de respuesta macroeconómica, como un choque permanente y, por lo tanto, no lo hicimos por la vía de incrementar la deuda o financiarlo a través de emisión de deuda, sino rediciendo el gasto público.

Ustedes recordarán, en enero del año pasado hicimos una reducción del gasto público programable de alrededor de 0.8 % del producto interno bruto. Ésta fue en ese momento una reducción preventiva, y al enviarse el paquete económico a la Cámara de Diputados para este año 2016, esto fue en septiembre del año pasado, se propuso una segunda reducción del gasto público, que en total sumadas representan una reducción de 1.5% del producto interno bruto, reducción en el gasto programable.

Es decir, reaccionamos a tiempo, reaccionamos de manera oportuna y creo que esto es algo que han reconocido ampliamente los mercados financieros internacionales, las agencias calificadoras y el propio Fondo Monetario Internacional.

El objetivo a final de cuentas es que México continúe siendo, como lo es hoy, un país de bajo endeudamiento, y esto se logra a través de reducir nuestras necesidades de financiamiento y, por eso, la necesidad de reducir el gasto público.

En este contexto en el cual los flujos hacia mercados emergentes, los flujos de capital serán menos abundantes que en el pasado, debemos reducir las necesidades de financiamiento del gobierno, y lo estamos haciendo por la vía del gasto público.

Finalmente quiero referirme a una modificación que se hizo el año pasado a propuesta del Ejecutivo a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, un tema que para la opinión pública en general creo que pasó desapercibido, tal vez por tratarse de algo de carácter eminentemente técnico-financiero, pero que tiene una enorme importancia para el fortalecimiento de las finanza públicas ahora y en el futuro, que es que se propuso a la Cámara de Diputados y así lo aprobó el Congreso de la Unión, darle un destino específico a cualquier remanente de operación del Banco de México que reciba el Gobierno Federal.

Cuando existe una depreciación cambiaria, el Banco de México genera utilidades ¿Por qué? Porque las reservas están denominadas en moneda extranjera; es  decir, hay una ganancia cambiaria por el Banco de México y, por ley, ésta debe transferirse, así lo dice la ley del Banco de México desde 1993, debe transferirse al Gobierno Federal.

Lo que no estaba establecido en el pasado es qué hacer con esos remanentes, y  cuando se han recibido en el pasado fundamentalmente se han utilizado para financiar gasto público.

Creemos que éste es el momento oportuno para mandar una señal clara de responsabilidad hacendaria, y por lo tanto propusimos al Congreso de la Unión que a partir de 2016 cualquier remanente que se reciba, se destine para reducir la deuda pública, para reducir el déficit fiscal a través de una aplicación directa a la reducción de la deuda pública.

Para el año 2016 esto será muy relevante, porque dada la depreciación cambiaria que tuvimos en 2015, es de esperarse, obviamente el monto habrá de definirlo el propio Banco de México y esto será en el mes de abril, que exista un monto transferido al Gobierno Federal, a la Secretaría de Hacienda un monto relevante, que habrá de aplicarse a la reducción del déficit público y específicamente a la reducción del endeudamiento público. Ésta es una medida más que confirma que México le está dando una altísima prioridad a la estabilidad macroeconómica.

Un segundo elemento en las finanzas públicas que debemos considerar, es que en un lapso corto de tiempo, a partir de la reforma hacendaria aprobada por el Congreso de la Unión en 2013, se ha logrado uno de los objetivos fundamentales de dicha reforma, que es reducir nuestra dependencia y me refiero a las finanzas públicas, del precio de los ingresos petroleros.

Una de las debilidades históricamente señaladas de las finanzas públicas mexicanas, es su dependencia de los ingresos petroleros. Tan solo en 2012, 40%, específicamente 39.2% de los ingresos del Gobierno Federal provenían de ingresos petroleros, en solo tres años, consecuencia por supuesto de la caída del precio del petróleo, pero también de un muy importante incremento de los ingresos tributarios, los ingresos en 2015, los ingresos petroleros, pasaron a ser solamente 19.6%; es decir, en tres años pasamos de depender del 40% al 19% de los ingresos petroleros. Esto sin duda contribuye de manera muy importante a la fortaleza de las finanzas públicas y de la macroeconomía mexicana.

Cuando me refiero a que hubo un importante incremento en la recaudación tributaria, lo pueden ver también en las láminas que están en la pantalla, pasaron de ser los ingresos tributarios no petroleros, de representar el 8.4 % del Producto Interno Bruto, que por cierto era la cifra más baja en la OCDE y en América Latina, al año pasado representaron 12.4%, es decir, 4 puntos del producto interno bruto de incremento en tres año en los ingresos petroleros.

La reforma hacendaria, sin duda una de las más polémicas o la más polémica de las reformas estructurales, ha cumplido ya uno de los objetivos, que es reducir de manera significativa nuestra dependencia de los ingresos petroleros.

Otra medida que hemos tomado, otra medida prudencial para enfrentar la caída de los precios del petróleo, y que sin duda distingue a México, es la contratación oportuna de coberturas petroleras. El año pasado, en los primeros días de diciembre, el gobierno mexicano recibió un depósito de seis mil 300 millones de dólares ¿Por qué? Porque ejecutamos las coberturas petroleras que habíamos comprado para cubrir el precio del petróleo en 2015.

Esto quiere decir que las coberturas funcionan, y gracias a esos ingresos pudimos ejecutar el gasto público, pudimos cubrir las necesidades de gasto público.

Para este año, para el año 2016, les recuerdo que hemos cubierto y esto lo hicimos desde el mes de junio del año pasado, cubrimos un precio de 49 dólares por barril. Hoy la mezcla mexicana está por ahí de los 22 dólares, 23 dólares por barril, sin embargo, los ingresos del Gobierno Federal están cubiertos a un precio de 49 dólares por barril. Ésta es una protección excepcional que tiene México, con la que no cuentan otros países productores de petróleo y contribuye decididamente a distinguir a nuestro país en el contexto de los mercados emergentes. La práctica de cubrir nuestro riesgo petrolero data de los años 90 y es algo que México hace y seguirá haciendo.

Es muy importante destacar en el ámbito de la responsabilidad macroeconómica, que México cuenta con una autoridad monetaria no solamente extraordinariamente competente, como es el Banco de México, sino con una gran credibilidad, y que ha logrado darle credibilidad a las metas inflacionarias.

Sin duda esto se refleja en los históricamente bajos niveles de inflación que tenemos al día de hoy. La inflación en el año 2015 es la más baja desde el registro, desde que se mide como se mide hoy la inflación, a partir de 1970, 2.13 por ciento. Y un dato relevante, la inflación en la primera quincena del mes de enero, es decir, ya en el contexto financiero que estamos viviendo en el inicio del año, es también la más baja que se haya tenido en registro para una primera quincena del mes de enero. La inflación anualizada es de 2.48 por ciento.

Esto quiere decir que la respuesta macroeconómica del país ante la situación global que estamos viendo en los mercados financieros, es muy diferente a lo que era hace apenas un par de décadas, donde una depreciación cambiaria frente al dólar estadounidense se reflejaba de manera casi automática en los precios al consumidor.

Hoy no estamos viendo esto, está creciendo la economía, se están generando empleos, y de hecho el motor principal de crecimiento de la economía hoy es el mercado interno, es el consumo de las familias mexicanas.

Cabe destacar que una de las razones por las que la inflación ha tenido una tendencia claramente descendente, son las propias reformas estructurales. La disminución en los precios, por ejemplo de la telefonía móvil, de la larga distancia, y por supuesto de la electricidad, o ahora este año de las gasolinas, tiene una incidencia directa en el Índice Nacional de Precios al Consumidor, es decir, en el costo de la vida para las familias mexicanas.

Un elemento más de fortaleza macroeconómica de la economía mexicana tiene que ver con decisiones prudenciales que ha venido tomando México a lo largo de los últimos años, y esto tiene que ver con asegurarnos que tengamos suficiente liquidez para enfrentar incluso los choques macroeconómicos más adversos.

Y esta liquidez, que en total asciende a alrededor de 240 mil millones de dólares, se compone de dos fuentes. La primera, reservas internacionales por un monto de alrededor de 175 mil millones de dólares, que no se utilizan para defender un nivel particular de la moneda, como ocurría cuando estábamos en los 70, en los 80, a principios de los 90, en un régimen de tipo de cambio fijo, sino que se utilizan para asegurar el funcionamiento ordenado y líquido del mercado cambiario.

Y por otro lado, y esto es algo muy especial porque solamente tres países lo tienen en el mundo, una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional, y es una línea muy grande, son 65 mil millones de dólares que tenemos disponibles de manera incondicional para enfrentar cualquier situación de falta de liquidez en los mercados internacionales.

Para poner en contexto el tamaño de esta línea de crédito, que está ahí lista en caso de ser necesaria, hay que recordar que en el año 95, cuando el gobierno de los Estados Unidos dio una línea de emergencia a México en condiciones de altísimo estrés económico y financiero, fue de 48 mil millones de dólares.

Esta es una línea que está lista, son 65 mil millones que tenemos en caso de cualquier eventualidad en los mercados financieros internacionales. Solo tres países en el mundo tienen esta línea: Polonia, Colombia y México.

Pasando al tema del crecimiento económico, es muy importante señalar que si bien México tiene una tasa de crecimiento sin duda menor de la que todos quisiéramos, la economía en su conjunto está teniendo un desempeño claramente mejor al de otros países emergentes, sin duda a la del promedio latinoamericano.

Y si hacemos un acercamiento a cómo está creciendo la economía mexicana, vale la pena distinguir dos componentes, lo que tiene que ver con la industria petrolera, no solamente la propia producción de PEMEX, sino por ejemplo la construcción asociada a petróleo, que en su conjunto representa poco menos del 6% del producto interno bruto, y cómo está creciendo el otro 94% del producto interno bruto, el sector servicios, las manufacturas, la construcción, el sector primario, el comercio.

Consistentemente, como ustedes lo pueden ver en las láminas, desde hace cuatro trimestres el resto de la economía, el 94% de la economía está creciendo a tasas superiores al 3 por ciento. De hecho en el tercer trimestre que es el dato más reciente, está creciendo al 3.4 por ciento.

La razón por la que estamos teniendo un crecimiento en promedio por debajo del 3% tiene que ver precisamente con el componente de minería en el sector industrial, y dentro del sector minero estamos hablando fundamentalmente de la producción de petróleo.

Es decir, es muy importante, porque cuando vemos como le está yendo por ejemplo a las tiendas de autoservicio, como le está yendo a la industria automotriz, a los textiles, a distintas actividades en el sector servicios, vemos una historia claramente de dinamismo, nos lo dicen los empresarios de los distintos sectores de manera ya muy contundente.

Sin embargo las cifras del producto interno bruto dan una imagen de un crecimiento menos dinámico, éste está claramente ubicado en un sector que es fundamental, por cierto, para la actividad que ustedes desarrollan y el tema de esta conferencia, que es el sector petrolero.

El crecimiento de la economía, como lo decía hace un momento,  está claramente sustentado en una mejora, en la capacidad de compra de las familias mexicanas. Y les doy algunos datos que lo acreditan.

Primero, no sé si ustedes lo tengan claro, pero 2015 fue un año record para el sector automotriz y no me refiero a las exportaciones que también fue muy bueno, me refiero a las ventas en México. Las ventas en el número de vehículos vendidos en México crecieron 19% con respecto al 2014, en 2015 se vendieron  un millón 350 mil vehículos, una cifra histórica que no habíamos visto nada cercano desde hace exactamente 10 años, en 2006.

Si las familias mexicanas tienen la capacidad y toman la decisión de comprar un vehículo nuevo, es porque tienen el poder adquisitivo y la confianza para hacerlo, y estamos viendo un incremento también muy importante en general en los bienes durables, incluyendo los electrodomésticos y los bienes electrónicos.

Las cifras de consumo privado lo acreditan, ayer INEGI dio a conocer las cifras de ventas al menudeo en el mes de noviembre que fueron mejor de lo esperado, y también el día de ayer la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, que incluye los supermercados, las tiendas de conveniencia, dieron a conocer sus cifras de cierre del año y, es de destacarse que las ventas de las tiendas de autoservicio departamentales crecieron en términos reales, es decir, por encima de la inflación en 7.4%; es decir, hoy el mayor dinamismo de la economía mexicana tiene que ver con el consumo de los propios mexicanos, y esto es muy importante por el entorno internacional que estamos viviendo, donde la demanda externa por la desaceleración de la economía global, tiene menor dinamismo que en otros años.

Sin duda algo que ha contribuido de manera decisiva a reducir los índices inflacionarios y a generar oportunidades de inversión  y empleo, es la aplicación  de las reformas estructurales.

La reforma energética en la cual no me quiero detener porque ya ustedes han estado hablando del tema durante los dos últimos días, pero, es de destacarse que aún -es el único dato que quiero yo destacar- aún en un contexto de ya muy bajos precios del petróleo, a finales del año pasado, en diciembre, tuvimos una exitosa licitación de campos terrestres, donde se colocaron los 25 campos que fueron licitados.

Nuestras expectativas eran que, estaríamos licitando, y así lo dijo el Secretario de Energía, que si se colocaban entre 8 y 10 campos hubieran sido, -dadas las condiciones del precio del petróleo, hubiera sido una licitación muy exitosa. Se colocaron 25 de 25, superando cualquier expectativa.

Y no solo eso, las condiciones económicas expresadas en las regalías propuestas al Gobierno fueron muy superiores a lo que esperábamos. En promedio, es una realidad el 61% como nosotros estábamos esperando, por lo menos en los mínimos que dio a conocer la Secretaría de Haciendas previo a la licitación, estábamos en niveles de alrededor del 15% y estuvimos en los 60 en el mercado.

Esto quiere decir, que existe una evidente confianza de quienes han tomado decisiones de inversión en el sector energético, en las oportunidades que hay en México, y también en el proceso de aplicación  de la reforma.

Pero también otras reformas están funcionando, por ejemplo la reforma financiera, mucho menos conocida, mucho menos debatida en la opinión pública que algunas otras de las reformas, pero igualmente importante. Una reforma cuyo objetivo fue que en México haya más crédito y más barato, fundamentalmente logrando una mayor competencia entre los bancos.

Hoy lo estamos viendo, el saldo del crédito bancario al sector privado ha crecido como porcentaje del PIB, de 25% a 31 en solamente tres años y, lo más importante, es que están reduciéndose las tasas de interés, tanto en el crédito hipotecario, el crédito personal, el crédito automotriz y algo muy importante, el crédito  que más está creciendo, el segmento del crédito que está creciendo más, es a las pequeñas y medianas empresas, que por supuesto es el objetivo fundamental de la reforma financiera.

En materia de telecomunicaciones, la reforma cuyo eje también es promover mayor competencia en el sector, ha logrado ya traer jugadores muy importantes, inversiones de miles de millones de dólares al sector y reducir de manera ya muy perceptible las tarifas, por ejemplo hay una disminución del 17% el año pasado en las tarifas de telefonía móvil en promedio y de 40% en la larga distancia internacional.

Finalmente me refiero a nuestra integración a América del Norte, porque esto es algo que nos distingue de manera muy importante, por ejemplo, de los países del cono sur en América Latina. Piensen ustedes en economías por supuesto como Brasil, pero también como Perú, o como Colombia, la propia Argentina, cuya estructura de exportación es fundamentalmente materias primas y el destino principal o uno de los principales destinos en sus exportaciones es Asia, incluyendo a China.

Vean ustedes cual es la composición de las exportaciones mexicanas: el 81% de nuestras exportaciones es a los Estados Unidos de América y un 3% adicional a Canadá; en contraste, solamente el 4% de nuestras exportaciones, solamente el 4% de nuestras exportaciones son a Asia.

Es decir, nuestra dependencia a la economía China es muy pequeña, y estamos indisolublemente ya integrados a la economía que hoy tiene las mejores perspectivas de crecimiento hacia delante, que es la economía de Estados Unidos. Es decir, ésta es una gran ventaja y una gran diferenciación de la economía mexicana con respecto a otras economías.

Una consultoría, no es mi intención hacerle publicidad a ninguna consultoría pero una consultoría muy prestigiada a nivel internacional, hace algunas semanas dio a conocer un índice global de competitividad en los costos manufactureros, dividiendo a los principales economías del mundo en cuatro categorías: las que tienen mejores perspectivas, las que están bajo presión, las que están perdiendo competitividad y aquéllas que están manteniendo su nivel. Solamente dos fueron ubicadas en la  categoría de mejores perspectivas: la economía mexicana y la economía de los Estados Unidos.

Esto quiere decir que hoy México se ha colocado ya como una de las economías, ya no emergentes, sino como una de las realidades más atractivas para la competitividad manufacturera.

Recuerden ustedes un dato muy impresionante. En 1985 más del 80% de nuestras exportaciones eran petróleo crudo; hoy el 89% de nuestras exportaciones son manufacturas, petróleo crudo solamente son 6% de nuestras exportaciones, incluso ya un poco menos a estos precios naturalmente.

Me refiero ahora específicamente a algunas oportunidades de inversión en el sector energético, y específicamente a los vehículos de inversión que hemos desarrollado, nuevas estructuras jurídicas para facilitar el flujo de capital y financiamiento al sector de infraestructura, destacadamente el sector energético. Recordar que la reforma energética es una reforma integral, no solamente se refiere a petróleo crudo, se refiere a todos los segmentos de la industria de hidrocarburos y al sector eléctrico, como ha sido ampliamente expuesto aquí.

Primero, recordar que existen oportunidades de inversión muy importantes con las empresas productivas del Estado, con Petróleos Mexicanos y con la Comisión Federal de Electricidad, con PEMEX a través de la figura que es conocida en el mercado como farmouts donde a partir de los campos de la reservas asignadas en la Ronda Cero, las asignaciones a PEMEX, ahora la empresa tiene la capacidad jurídica de desarrollarlas en asociación con el sector privado, y ésta es una de las grandes oportunidades  en el corto plazo, pero en el mediano y largo plazos también, de darle una mucho mayor competitividad a Petróleos Mexicanos atrayendo capital, atrayendo tecnología, especialización que hoy no necesariamente tiene.

Segundo, está el financiamiento de proyectos, Project Finance, donde PEMEX tiene la capacidad de ser el tomador de la demanda, ser el uptaker en las estructuras, y estoy seguro que muchos de ustedes están trabajando ya en este tipo de diseño de estructuras y, por supuesto, a través de distintos tipos de alianzas estratégicas.

Para ello, hemos y quiero destacar, hemos diseñado y ya puesto en operación dos figuras que creemos pueden ser atractivas para la inversión como vehículos de inversión en el sector energético, ya sea en asociación con PEMEX y CFE o en proyectos en los que participa por su  cuenta el sector privado.

Por un lado está la Fibra E; la Fibra E es un vehículo que permite capitalizar el valor de activos maduros, activos que ya están produciendo ¿Por qué le llamamos Fibra E? Porque jurídicamente tiene estructura similar y el tratamiento fiscal es análogo al de las Fibras, que han sido muy exitosas en el sector inmobiliario, en particular tienen transparencia fiscal de tal manera que el régimen tributario es el que aplica a los inversionistas y no al vehículo de inversión.

Sabemos por nuestra comunicación diaria tanto con PEMEX como con CFE que están trabajando en el desarrollo de proyectos a través de la Fibra E con PEMEX, particularmente todo lo que tiene que ver con upstream y downstream, ductos, plantas predeterminadas, etcétera, que están ya en proceso de estructuración. CFE está viéndolo particularmente en materia de transmisión y distribución, en el futuro podría ser incluso en materia de generación, y también el sector privado que tiene activos maduros que están ya generando flujo, pueden utilizar la figura de la Fibra E, como lo han estado utilizando los desarrolladores inmobiliarios  con mucho éxito en las fibras tradicionales del sector inmobiliario.

Por otro lado tenemos una segunda figura, una segunda figura que es el CERPI. El CERPI es una evolución del CKD, que lo que busca es facilitar la atracción de capital de riesgo, en este caso no es para proyectos maduros sino es para proyectos que están en desarrollo.

Lo que estamos buscando es particularmente poder atraer a la industria internacional de capital privado para que pueda generar estructuras jurídicas similares a las que se desarrollan en el mundo y que podamos ver a los inversionistas de capital, tomadores de riesgo, entrar a los proyectos nuevos, a los proyectos green field, a los proyectos en desarrollo, en el sector energético y en toda la economía.

Ambos instrumentos han sido ya puestos en vigor y nos da mucho gusto que tanto la Comisión Nacional Bancaria y de Valores como la Secretaría de Hacienda, estamos constantemente recibiendo consultas de parte de inversionistas nacionales e internacionales y de las empresas productivas del Estado para el uso de estas figuras.

Antes de concluir, quiero hacer un comentario sobre la situación financiera de Petróleos Mexicanos, que creo es un tema de la mayor importancia y éste es un foro muy oportuno para hablar del tema.

PEMEX hay que decirlo, enfrenta hoy una gran oportunidad, una gran oportunidad que deriva de la propia reforma energética, hoy PEMEX tiene la capacidad jurídica de hacer cosas que antes eran inimaginables, hoy PEMEX tiene un horizonte de opciones de asociación con el sector privado, de atraer capital, de atraer tecnología como nunca antes las había tenido y, en segundo lugar, hoy PEMEX tiene una autonomía  frente al Gobierno Federal que antes tampoco tenía.

Históricamente PEMEX, y mucha gente en la opinión pública con justicia demandaban que el sector público, el Gobierno de la República y específicamente la Secretaría de Hacienda, tuvieran una menor intervención en Petróleos Mexicanos y que la empresa trabajara como empresa, no como una dependencia burocrática.

Hoy se han dado esos pasos desde la constitución en la ley y PEMEX hoy funciona como una empresa donde las decisiones se toman desde el Consejo de Administración. Sin embargo PEMEX también enfrenta el enorme reto, como lo enfrentan todas las empresas petroleras del mundo, de una caída muy abrupta, muy pronunciada en el precio del petróleo.

Me han preguntado más de una vez en México y en el extranjero acerca del respaldo del Gobierno Federal a nuestra empresa productiva del Estado, Petróleos Mexicanos, que no quepa ninguna duda, el Gobierno Federal respalda y respaldará siempre a Petróleos Mexicanos, como un activo fundamental, no solamente de las finanzas públicas sino de la economía mexicana. Queremos tener una empresa pública competitiva, sana y moderna.

En este contexto, el Gobierno Federal está preparado y estamos, por supuesto, discutiendo opciones con la empresa para manifestar este apoyo financiero, que la empresa necesitara. Sin embargo, la empresa debe al mismo tiempo enfrentar con responsabilidad el contexto y los desafíos que tiene frente a sí; particularmente la empresa y así lo exigen la ley y las circunstancias de mercado, debe de hacer una revisión en sus costos, debe de ajustar su programa de gasto y debe ser más eficiente.

Debe utilizar la reforma energética, debe asociarse a plenitud con el sector privado, debe de concentrarse en lo que es rentable y dejar que el mercado haga otras actividades que hoy para PEMEX ya no son de rentabilidad; es decir, debe entrar en el mismo proceso que están atravesando hoy las empresas petroleras del mundo.

Tenemos el más alto grado de confianza en la empresa, en su Consejo de Administración, en su Dirección General y, por supuesto, en los trabajadores de que habrán de estar a la altura de este reto, y el Gobierno de la República habrá de darle el respaldo correspondiente a Petróleos Mexicanos, una empresa que es y seguirá siendo orgullo de México.