El Centro Oncológico de Campeche no solo pone a disposición de los seis mil pacientes que recibe mensualmente un equipo médico–humano y de alta tecnología– tanto para la consulta externo como para aquellos que reciben tratamientos de radioterapia o quimioterapia, sino que cuenta con un grupo de cinco mujeres que se han convertido en el rostro amable de la atención médica.
Yolanda Mena, Diana Raquel Chable Villanueva, Amy Mut Rodríguez, Erika Flores Montejo y la más joven de ellas, Akemy Ortega forman el grupo de Asesoras de Apoyo, una figura esencial de los servicios de salud que viven muy de cerca el sentir de los pacientes mientras se someten a exámenes de detección de un cáncer, esperan los resultados de sus pruebas, reciben el diagnóstico de un cáncer, les fijan las fechas de sus tratamientos de quimioterapia o radioterapia, en una dura batalla que, muchas veces, se pierde.
Todas coinciden: el cáncer es una enfermedad que crea fuertes vínculos con el paciente deseoso de ser escuchado, orientado y sentir que no es un paciente más, que es un ser humano. Por eso, ellas están ahí para recibirlos con una sonrisa, animarlos, guiarlos y ayudarlos a salir adelante en todo el proceso de su enfermedad.
Además afirman que ambas partes reciben diariamente una importante lección de vida que les ha enseñado a agradecer por todo eso que, a veces, las personas ya no se detienen a reflexionar ni a valorar, principalmente, la salud.
Las asesoras conviven con los pacientes hablan con ellos, escuchan su sentimientos, conocen su vida, sus carencias, su dolor, lo mismo si se trata de niños, jóvenes, mujeres y hombres que llegan a la institución con la firme esperanza de recuperar su salud. Una convivencia que, sin duda alguna, les afecta emocionalmente pero también les deja grandes satisfacciones y recuerdos.
Como el caso de una de ellas, Diana Raquel, quien cuenta que uno de los pacientes lamentablemente falleció y, tres meses después de su deceso, un familiar la buscó para entregarle una carta le escribió agradeciéndole todas sus atenciones.
O lo que está labor significa para otra de las asesoras, Amy Mut Rodríguez, quien a siete años de dedicar su trabajo a esta institución, considera a sus pacientes y a sus compañeras de trabajo como una familia por el trato diario que hace indispensable escuchar y brindar, al menos, esa palabra de alivio que tanto se necesita.
E insisten, lo más importante es mantener un pensamiento positivo, trasmitirlo a los pacientes, animarlos, darle la fuerza para salir adelante y complementar así la coordinación y el gran esfuerzo que día a día lleva a cabo el personal médico para salvar la vida a una persona con cáncer.
Son, entonces, el rostro amable, sensible de la atención a la salud en el Centro Oncológico de Campeche, ese que lo distingue por su excepcional trato humano.
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