Ser un atleta olímpico es el sueño de todo aquel que ha sido testigo en vivo e incluso por televisión de la Gloria Olímpica. La admiración que despierta la explosión humana de fuerza, de potencia y destreza, por sumar a aquellas clásicas virtudes de la antigua Grecia: más rápido, más alto, más fuerte.
El pódium, la lucha, el camino de disciplina y ciencia, la inversión colosal que hoy deben aplicar los países para desarrollar el deporte social y de ahí el largo camino hacia el alto rendimiento en un mundo cada vez más competitivo, más exigente, más vigilado, más transparente para encaminar de forma ética el uso de las ciencias del deporte y el movimiento, la mecánica de materiales, la psicología del deporte, las tecnologías de nutrición, recuperación y desarrollo muscular del cuerpo humano.
De aquellos que han decidido dedicar sus vidas para competir y representar a sus países en los grandes acontecimientos deportivos, en los grandes espectáculos globales y significar ante el mundo la identidad de México. Nuestros héroes y embajadores del esfuerzo de una nación, ese nacionalismo positivo donde los muchos nos significamos por esos pocos mexicanos extraordinarios que poseen la talla olímpica.
La Delegación Mexicana que asiste a los juegos olímpicos y paralímpicos de Río 2016 es histórica, la más grande de los últimos 40 años y la que compite en la mayor cantidad de disciplinas en un momento histórico en que la evolución del deporte y la ciencia del cuerpo humano ha dado saltos enormes con respecto al siglo XX.
Estamos en una auténtica era de diferenciación en que los mejores del mundo son definidos por el acceso a la ciencia y el desarrollo, en estos ámbitos las neurociencias poseen también un papel determinante, sustancial que raya en la mitología del superhombre, de lo humanamente posible, donde lo posible no reside ya más únicamente en la voluntad del atleta sino en el trayecto todo del sistema deportivo que lo define.
Cada uno de los 126 atletas Olímpicos y los 66 atletas Paralímpicos que estarán en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 son mexicanos extraordinarios, 9 atletas entre los primeros 3 lugares del mundo y 27 entre los primeros 8 del ranking mundial.
Sin embargo, en unos Juegos Olímpicos se compite por más de 300 medallas de oro, la cantidad de números uno del mundo es enorme y pocos tenemos en mente esa magnitud, la dimensión competitiva como de oportunidad en el largo plazo es ese número y esa debe ser la meta de nuestra transformación sin olvidar el significado social del deporte en un país de más de 120 millones de mexicanos, debemos dignificar nuestro potencial humano.
Hemos hecho la labor para que Río 2016 sea el inicio de una nueva etapa para el alto rendimiento mexicano. A todos nuestros seleccionados nacionales les reconozco su esmero y les expreso mi respeto, admiración y compromiso institucional como Director General de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, ustedes son nuestros embajadores de la grandeza, disciplina y pasión de México.

Lic. Alfredo Castillo Cervantes
Director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte.