Del mismo modo que en la naturaleza, nosotros nos desarrollamos invariablemente por ciclos ya que nacemos, crecemos, maduramos y creamos, envejecemos y por último morimos, al menos este es el ciclo natural, aunque también pueden ocurrir eventos intermedios que pueden truncar alguna de las etapas.

Haciendo una analogía de los ciclos de vida de las personas con las estaciones del año, podríamos decir que justamente en primavera y particularmente en verano es cuando debemos de crear un patrimonio en bienes, monetario o en seguros para poder enfrentar el invierno natural que a todos en algún momento nos llegará.

El estar afiliado en algún Instituto de Seguridad Social es un gran paso pero insuficiente si no hacemos algo adicional, como complementarlo con algunas actividades que nos permitan llegar a ese invierno lo mejor preparados posible, ya sea haciendo ejercicio, cuidando nuestra dieta, realizando chequeos médicos rutinarios y particularmente  ahorrando para ese invierno, es decir; ahorrando para el retiro.

En lo particular la estación del año que más me agrada es el invierno por las fiestas, las vacaciones, la familia, etc. La reflexión es precisamente esa, debemos de cuidarnos y ahorrar para poder disfrutar del próximo invierno, sí, ese invierno que a todos nos debe de llegar alguna vez en la vida y que debemos de planear durante las otras estaciones de nuestro ciclo natural para que cuando llegue se disfrute lo mejor posible.