La deserción escolar, el atraso estudiantil y los bajos índices de desempeño académico son algunas de las preocupaciones más apremiantes del gobierno, las instituciones públicas como el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) y padres de familia, pues reduce de manera significativa la calidad de vida de niños y jóvenes y merma su desarrollo pleno e integral.
De acuerdo a la “Encuesta Intercensal 2015” del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la asistencia escolar entre las y los jóvenes varía considerablemente de acuerdo al grupo etario, pues mientras el de 12 a 14 años presenta un porcentaje de asistencia del 93.3%, el de 15 a 19 años del 62.4%, el de 20 a 24 años del 25.5% y el de 25 a 29 años del 7.2%.
El promedio de escolaridad para las y los jóvenes de 15 a 29 años son 10.3 años, lo que equivale a tener el primer o segundo grado de educación media superior, por arriba de los 9.1 años escolares del promedio total. De acuerdo a los grupos de edad, es el de 25 a 29 años el que presenta el promedio más alto, lo que hace notar la acumulación de años escolares.
Por nivel de escolaridad máximo alcanzado, se observa que el nivel más representativo entre los jóvenes de 15 a 29 años de edad en las 32 entidades federativas es la secundaria (34.8%) seguido de la educación media superior, preparatoria o bachillerato general (28.7%) y de la licenciatura (15.8). Sobresale que sólo el 12.3% no haya completado la educación básica.
Es en este respecto, y con el fin de asegurarle a todas y todos los jóvenes una educación, que mediante el Programa Nacional de Juventud (Projuventud) 2014-2018, se busca trabajar de manera transversal con actores públicos, privados y sociedad en el diseño de acciones y estrategias para reducir la deserción escolar y garantizar una educación de calidad.
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