A 73 años de su fundación, El Colegio de México (Colmex) se mantiene como una institución vital, animada por la idea de propiciar el desarrollo de las disciplinas sociales y las humanidades dentro de un marco de libertad y apertura a todas las corrientes del pensamiento universal y de la búsqueda permanente de la excelencia académica como una forma adecuada y necesaria de contribuir a fortalecer la cultura nacional.

Entre los fines de la institución está el realizar investigaciones en los diversos campos de las ciencias sociales; impartir educación superior para formar investigadores y profesores universitarios; editar libros y revistas sobre materias relacionadas con sus actividades, y colaborar con otras instituciones nacionales y extranjeras para la realización de objetivos comunes.

En opinión de la doctora en historia Anne Staples Dean, la importancia de El Colegio de México radica en haber juntado a lo largo de más de siete décadas a un grupo de académicos dedicados y con la vocación de resolver problemas de forma académica, sin meterse en cuestiones políticas.

“El Colmex ha sido un lugar de mucha especialización, de mucho hincapié en problemas muy específicos, en reunir a investigadores de alto nivel con buena preparación académica a pensar creativamente de manera original en los problemas de la cultura en México y el mundo occidental”, explicó.

La investigadora y docente dijo en entrevista con Conaculta, que en El Colegio de México no se trata de abarcar todo el conocimiento, pues no es un lugar donde se estudien las ciencias.

“Mediante seminarios de tesis, a través de la presentación de libros, y conferencias todos los investigadores vamos comentando y reflexionando sobre el trabajo de los colegas. Ese esfuerzo en común creo ha sido muy productivo a lo largo de los años como modelo para otras instituciones”, apuntó.

Antecedente: La Casa de España en México

El triunfo del franquismo en marzo de 1939 en España coincidió con la culminación de la Revolución Mexicana en el cardenismo; el éxodo de intelectuales republicanos españoles a raíz de la caída de la República tuvo lugar al mismo tiempo que el régimen revolucionario mexicano construía nuevas estructuras e instituciones con miras al desarrollo fuera del país.

Entre la derrota de la Segunda República Española y la consolidación del triunfo del nuevo régimen mexicano surgió la idea de crear en México una institución independiente que diera albergue a un grupo selecto de científicos, pensadores, humanistas y escritores mexicanos identificados con la causa republicana.

En 1936 el historiador Daniel Cosío Villegas (Ciudad de México, 23 de julio de 1898 - 10 de marzo de 1976), fungía como encargado de la delegación mexicana en Portugal y se mantenía al tanto de lo ocurrido en España, particularmente sobre la suerte de profesores e intelectuales. Le escribió a Luis Montes de Oca sugiriéndole que hablara con el presidente Lázaro Cárdenas para proponerle que el gobierno de México invitara a un grupo de intelectuales a trasladarse a México y proseguir en esta nación sus actividades normales, mientras la República Española se sobreponía a los sublevados franquistas. 

Un año después, en 1937, el mismo Daniel Cosío Villegas se dedicó a elaborar listas de invitados a partir de informes del Instituto de Cooperación Intelectual de París y de la Junta de Ampliación de Estudios de Londres; posteriormente, el 20 de agosto de 1938 aparecería el decreto de creación de la Casa de España que decía: 

“El señor presidente de la República dispuso que se invitara, previo el conocimiento y la conformidad del Gobierno de la República Española, a un grupo de profesores e intelectuales españoles para que vinieran a México a proseguir los trabajos docentes y de investigación que han debido interrumpir por la guerra”.

Fue así que a La Casa de España en México, se creó en 1938 llegando a ella algunos de los más ilustres españoles lo que formó las primeras comunidades académicas en la historia moderna del país, “lo que fue muy provechoso para darle un gran empujón a la vida académica en México”, indicó Anne Staples.

El exilio no sería pasajero. En consecuencia la Casa de España debió transformarse y el 8 de octubre de 1940 se convirtió en una institución de carácter permanente que cambió su nombre por el de El Colegio de México teniendo como socios fundadores a: el gobierno federal, el Banco de México, el Fondo de Cultura Económica, y la Universidad Nacional Autónoma de México.

El cambio de nombre llevó también a un cambio en la orientación de las áreas de trabajo de la institución. Los profesionales y los artistas de la Casa de España abandonaron El Colegio de México que pronto se convirtió en un centro para humanistas, literatos y especialistas de las ciencias sociales. Desde un principio se decidió que la naciente institución tenía que ser y permanecer pequeña, especializada y preocupada en la calidad.

Fue así que la Casa de España, que oficialmente duró del 1 de julio de 1938 hasta el 16 de octubre de 1940, tuvo que transformarse en El Colegio de México una institución de altos estudios. 

El 8 de octubre de 1940 el Patronato de la Casa de España se reunió en la Notaría 57 para elaborar “las bases constitutivas y estatutos” que darían nacimiento legal al Colegio de México. Ocho días después, el 16 de octubre, después de ser leída, se firmaba formalmente el acta constitutiva que regiría la vida jurídica de la nueva institución, la cual tiene una proyección hacia el futuro y una influencia profunda en el desarrollo cultural de México.

El Colegio de México

En sus inicios, El Colmex, sin ser una universidad, impartía cursos avanzados cuya excelencia reconocían la UNAM y la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Sin ser un instituto de investigación, investigaba mucho, armonizando la docencia con la preparación de investigadores profesionales y llenando huecos que en el conocimiento mexicano no abordaban otras instituciones.

Posteriormente, el 7 de noviembre de 1962, el presidente Adolfo López Mateos firmaba un decreto en el que reconoce al Colegio como: escuela de tipo universitario que podrá impartir todos los conocimientos que desee, que elaborará libremente sus planes de estudio, programas y métodos de enseñanza, pero que no podrá ponerlos en vigor sin la previa autorización de la Secretaria de Educación Pública.

El lugar que El Colmex supo hacerse en el ámbito mexicano se logró paso a paso, a lo largo de los años. Formalmente la institución es una escuela libre de tipo universitario, personalidad jurídica y patrimonio propio que celebra 73 años de vida institucional ininterrumpida 

Actualmente la institución está organizada en siete centros de estudio, el primero fundado por Silvio Zabala denominado Centro de Estudios Históricos (CEH, 1941); siguieron el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios (CELL, 1947); el Centro de Estudios Internacionales (CEI, 1960); el Centro de Estudios de Asia y África (CEAA, 1964), Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales (CEDUA, 1964); el Centro de Estudios Sociológicos (CES, 1973); y el Centro de Estudios Económicos (CEE).

Sus presidentes

Alfonso Reyes presidió la Casa de España, de 1938 a 1940, después el Colmex, hasta su muerte, en 1959; le siguió Daniel Cosío Villegas, de 1960 a 1963, quien antes fungió como secretario del colegio durante la gestión de Alfonso Reyes. De 1963 a 1966 estuvo al frente Silvio Zavala.

Víctor L. Urquidi fue el presidente durante 19 años, de 1966 a 1985. Antes, en 1964, tuvo el encargo de fundar el Centro de Estudios Económicos y Demográficos. Como presidente apoyó el desarrollo de otros centros: el de Estudios Sociológicos, el de Economía, desvinculado de la demografía, y creó el nuevo Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano.

En 1985, Mario Ojeda fue nombrado. Ejerció el cargo hasta 1995, fue uno de los participes en la fundación del Centro de Estudios Internacionales; Andrés Lira estuvo 10 años al frente de la institución, entre 1995 y 2005 y actualmente Javier Garciadiego Dantán la dirige desde el 20 de septiembre de 2005.

Anne Staples, investigadora de la institución desde 1976, espera que El Colegio de México siga trabajando por muchos años, acomodándose siempre a las nuevas corrientes intelectuales. “El Colmex es el centro de mi vida profesional, ha sido realmente lo que ha dado un sentido a mi vida porque entendí que como extranjera tenía que estudiar la historia de México para entender un poco el país en el que iba a vivir”, apuntó.
   
En un ensayo realizado por la investigadora Clara E. Lida, con motivo del aniversario 70 de la institución la cual ha recibido varias distinciones, entre ellas el Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales, en 2001, expresa es un ejemplo vivo de compromiso intelectual y académico con la creación y trasmisión de conocimientos en las diversas áreas de docencia e investigación que desarrolla. 

“El prestigio ganado es un homenaje a las mujeres y hombres que desde los primeros pasos de la Casa de España hasta la actualidad han pasado por sus aulas enseñando y aprendiendo, y forjando como investigadores un importante corpus científico de primera importancia, testimonio de su compromiso y quehacer cotidianos”.

Información: DAF

Documentos

Descarga el PDF Kit de prensa