A una hora de la cabecera de Guachochi se encuentra La Soledad y Anexos, ejido compuesto por 68 familias. El 90 por ciento de ellos son de origen tarahuamara.
Elsa Yadira Cruz Bustillo es una de las pocas habitantes que sabe leer y escribir español, razón por la que se interesó en enseñar.
Elsa se desempeña como promotora forestal comunitaria y es una de las 39 personas que la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) en Chihuahua capacitó como gestores de sus ejidos durante 2016.
Su funcion es dar seguimiento a la aplicación de los recursos federales que se otorgan a los ejidos para verificar el cumplimiento oportuno en favor de las personas beneficiadas.
Hasta hace poco, solo algunos de los habitantes de La Soledad y Anexos sabían leer por lo que tener a alguien de confianza, como Elsa, que vigile que los recursos de los programas federales se apliquen correctamente, los hizo acercarse a solicitar nuevos apoyos que generan empleos en sus localidades.
Para ser promotor, los ejidatarios nombran y avalan, mediante una asamblea, a un representante de su comunidad ante la CONAFOR. La persona seleccionada recibe capacitación para conocer los programas a los que pueden acceder, obtenga conocimientos técnicos básicos para el aprovechamiento del bosque y las reglas de operación correspondientes.
“Lograr el empoderamiento como ejido es uno de los principales beneficios que alcanzamos en La Soledad. Por ejemplo, aprendimos a negociar en el precio de venta de la madera que produjimos, ya que antes se fijaba a voluntad del comprador”, comenta Elsa.
Durante un mes, Elsa y sus compañeros recibieron capacitación de académicos, funcionarios de gobierno y técnicos sobre temas de gestoría y conocimientos de reglamentación del manejo forestal, además estudiaron opciones para obtener apoyos para el desarrollo de sus comunidades.
Con la integración de los 39 nuevos elementos, suman un total de 85 promotores forestales comunitarios en todo el estado.
“El programa es un éxito en Chihuahua. Te permite un manejo más trasparente al estar en contacto directo con la CONAFOR cuando eres beneficiario; ayuda a conocer de primera mano las necesidades de los ejidatarios, así como al técnico forestal que los asesora para que posean mayor información y dominio sobre sus propiedades”, señaló Jorge Ramón Ochoa, promotor del ejido Baborigame.
