- “Es absurdo no financiar a las empresas que aún no son formales”
- “La pequeña y mediana empresa debería aspirar a ser grande”
- “España: Cofinanciamos a pymes con hasta 150 millones de dólares”
Enrique de la Madrid dirige el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) desde diciembre de 2012. Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y máster de Administración Pública por Harvard, su carrera profesional ha estado siempre muy ligada a los asuntos financieros. De la Madrid se muestra optimista con las reformas estructurales aprobadas en México, y ha hecho un alto en el camino para responder a las preguntas de El Economista en Madrid.
¿Cuál es su valoración sobre las reformas estructurales que se han aprobado?
Todas las reformas que ha hecho el presidente, también la financiera, tienen el propósito de liberar los obstáculos al crecimiento. Y uno de los más importantes ha sido la falta de financiamiento; si tomamos la penetración financiera, en México ronda el 28 % del PIB. El promedio en América Latina es 44 %. ¿Qué quiere decir eso? Pues que muchas familias no tienen acceso al crédito y eso genera menos demanda de la economía. Pero también que una empresa tiene que crecer a partir de sus propios ingresos, o de su capital, y no genera nuevas inversiones. Poco consumo y poca inversión generan poco crecimiento económico.
¿Qué acciones se han tomado para ampliar ese financiamiento?
Se han modificado 34 leyes, entre ellas las leyes de banca de desarrollo, concretamente la del Banco Nacional de Comercio Exterior. Los bancos de desarrollo dependemos de la Secretaría de Hacienda, y tradicionalmente ha habido demasiada supervisión y seguimiento de parte de las autoridades financieras sobre la administración de los bancos. Las nuevas leyes financieras nos están dando mayor autonomía de gestión, y eso yo creo que ya ha servido porque este banco en particular creció el año pasado un 35 % respecto a 2012. Y en lo que va del año, al mes de abril, hemos crecido cerca de un 38 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Ha habido una serie de modificaciones cuyo propósito fundamental es, como dice el presidente, que tengamos más crédito y, sobre todo, más barato. Sí está creciendo el financiamiento en México, pero tiene que crecer mucho más y yo creo que estas leyes van en el sentido correcto.
Combatir la economía informal
México tiene un evidente problema de informalidad, esto es, de empresas en situación irregular, que no pagan cotizaciones sociales a la Seguridad Social? ¿Cómo se puede paliar esa situación?
Tenemos que hacer todo en México para seguir incorporando a los informales a la formalidad. Tenemos que dar más incentivos a ser formal y menos a ser informal, aquí nos falta mucho más. En los últimos años en México a veces ha sido al revés: le hemos dado más beneficios a la informalidad que a la formalidad. Los formales pagan impuestos a la Seguridad Social, a diferentes entidades, y los informales acaban recibiendo beneficios cada año. La reforma fiscal que se ha hecho en este año pretende ir dando incentivos a la formalidad: se modificó el régimen de pequeños contribuyentes, los “repecos”, que pagaban los impuestos más bien por cuotas, en función del tamaño, y se les está dando un periodo de transición para que se vayan inscribiendo al registro de contribuyentes y que establece un sistema gradual de contribuciones. Los bancos no podemos esperar a que yo te preste hasta que te vuelvas formal. Es un absurdo, porque lo que más existe hoy en día en México son esas empresas informales, e informal no quiere decir que no tenga ingresos, sino que muchas veces no tiene la forma de acreditarlos. Yo creo que la banca tiene mucho que hacer para incorporar a esa economía y darle financiamiento y de esa manera poder formalizarla.
¿Eso ayudaría a solventar el problema de la sobreabundancia de pymes?
Es un tema distinto, aunque a veces están muy ligados. Todos los Gobiernos, si te fijas, decimos que las pequeñas empresas son la esencia de la economía, ¿no? Están haciendo una descripción de hechos, no necesariamente diciendo que ese es el mundo óptimo. Yo soy de los que sostienen que no, que las microempresas deberían pretender ser pequeñas, las pequeñas medianas y las medianas grandes. Realmente el discurso de la pequeña empresa tendría que ser un discurso de transición. A las pequeñas empresas en el mundo, salvo que estés en negocios de muy alto valor, les cuesta más trabajo competir, no tienen economías de escala. Por lo mismo no alcanzan ciertos niveles de productividad.
En México la tasa de microempresas el del 95,5 %, según la OCDE… Mayor que en ninguna otra economía grande de la región.
Sí, es una cosa enorme. Es más grande que nuestro socio en Estados Unidos, y además los tamaños no son los mismos: cuando hablamos de una micro en México es micro, micro. Y cuando hablan de micros en Estados Unidos o en Europa no son los mismos números.
De menos de 10 empleados, es el criterio de la OCD
Sí, pero también está en función de ventas. Muchos países de América, además, usan sus propios criterios. En lo que coincido contigo es en que si la mayoría de los empresarios están vinculados con empresas pequeñas y la mayoría de esas empresas pequeñas no están en áreas de alto valor agregado, lo que hay que hacer es toda una estrategia para vincularlas con las medianas y las grandes. Y en eso está muy metido el Banco Nacional de Comercio Exterior. La mayoría de las grandes empresas mexicanas exportadoras son clientes nuestros. Nosotros estamos trabajando en una estrategia de desarrollo de proveedores, de desarrollo de cadenas globales. Por ejemplo, tenemos por cliente a General Motors en México: pues lo que nosotros estamos trabajando con
General Motors es que nos presente a sus proveedores para desarrollar y fortalecerlos, y ellos a su vez nos presenten a los proveedores de sus proveedores. Y así nos vamos para abajo. Conocemos a los grandes, a los que están conectados con el mundo, a los que traen importación del exterior y lo que nosotros queremos hacer es cómo enganchar a más empresas establecidas en México con este vagón. Hay que incorporar a más empresas medianas y pequeñas a estas cadenas globales y hay que tener una política para transitar, repito, de micros a pequeñas, pequeñas a medianas y medianas a grandes.
Lazos con España
Hablando ya de España, Bancomext ha suscrito un acuerdo de cofinanciación de pymes con España, con el Instituto de Crédito Oficial (ICO). ¿Qué repercusión tendrá?
El motivo del convenio es que podamos cofinanciar los dos. Cuando vinimos hace un año, las condiciones en España estaban más difíciles, los bancos apenas prestaban en México (bueno, ni en España). Por eso pensamos que nosotros podríamos apoyar a las empresas españolas con nuestros recursos. Ahora que las condiciones están cambiando y que han mejorado significativamente para España existe la posibilidad de que los dos financiemos a una misma empresa en México. O pudiera ser que yo le preste a una empresa mediana española en México y puedo ejercer la garantía del ICO. Los países hemos desarrollado esquemas para promover nuestras exportaciones y nuestra inversión en el exterior. Este vínculo entre Bancomext y el ICO va a facilitar que no solamente las grandes empresas lleguen a nuestro país sino que también empresas más medianas puedan irse allá sabiendo que cuentan con los dos financiamientos, que es hasta 150 millones de dólares, y para que también le podamos dar al ICO financiamiento en pesos para que a una empresa española en México le puedan prestar en pesos.
¿Cómo ve la relación entre España y México, en particular tras esta visita de Estado que ha contado con una notable delegación empresarial?
La relación entre España y México es muy fuerte. Comercialmente intercambiamos como 11.000 millones de dólares al año. Desde el punto de vista de inversión, las de España en México son algo así como 43.000 millones de dólares, y las de mexicanos en España han venido creciendo y crecieron mucho sobre todo el año pasado. Nosotros vemos que eso va a seguir creciendo. Las empresas españolas que ya vieron que haberse diversificado les sirvió se van a seguir diversificando. Lo mismo pasa con las mexicanas. Hay muchos sectores o muchas empresas en México que ya no pueden seguir creciendo, que ya tienen cierta dominancia en el mercado o también simplemente les conviene diversificar sus operaciones, y España resulta un mercado muy atractivo.
Conocemos bien al mercado español. Con la crisis, por qué no decirlo, hay ciertos precios que se volvieron atractivos?
¿El auge de las multilatinas mexicanas en España va a continuar o está condicionado, digamos, por la crisis económica en España?
Yo creo que en este caso se juntaron las dos. Tú no vendrías a comprar una empresa simplemente porque sea barato, si no le vieras potencial de crecimiento en el futuro. Y yo creo que las empresas ven la manera de entrar no solamente a España, sino al mercado europeo. Si las cosas van como van debemos ver más empresas en el exterior, y en concreto en España. Ahora que estuve en este viaje acompañando al presidente también en Portugal, creo que una relación más cercana con España y con Portugal nos debería traer beneficios para poder entrar a también a África. México está muy lejos de África, México no conoce bien África. Y, sin embargo, en países vecinos, por ejemplo los brasileños, tienen toda una estrategia de crecimiento en África.
Vínculos regionales
México está, por razones evidentes, volcado en Estados Unidos desde el TLCAN/NAFTA del año 94; ¿cree que esa relación cambiará con el tratado de libre comercio EEUU-Unión Europea que ahora se discute?
En México, con la caída de los precios del petróleo en el año 82 y la subida de las tasas de interés la economía quebró. Y una de las muchas cosas que se hicieron para enfrentar la crisis y que México saliera adelante fue abrir la economía. Ese año nos incorporamos al GATT, al acuerdo general para aranceles: ahí empieza ese proceso. Y luego con el presidente Salinas en el año 94 efectivamente se firma el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. Un tratado muy importante porque México había venido abriendo su economía, pero de manera unilateral, y no tenía los beneficios de la negociación. Para darnos una idea: mientras que en el 80 el país exportaba 18.000 millones de dólares, el año pasado exportamos 380.000 millones; mientras que en los 80 cerca del 70 % de nuestras exportaciones eran petróleo, el año pasado este no superó el 15 %. Y cerca del 80 % de nuestras exportaciones son manufacturas de mediana y alta tecnología, y nosotros exportamos 60 % más de manufactura que toda América Latina junta. Con China tenemos un comercio como de 65.000 millones de dólares -España es 11.000 millones, recordemos-; claro, importamos 55.000 millones. La parte buena es que mucho de lo que importamos es maquinaria y equipo, importamos cosas para luego exportar. México sí ha visto en la exportación su motor de desarrollo. Por lo tanto no nos queda más que seguirnos abriendo y buscar mercados.
Finalmente, ¿cuál es su visión de la Alianza del Pacifico? ¿Cree que se extenderá a más países?
Primero, ha sido muy difícil lograr acuerdos multilaterales últimamente en el mundo: por eso se dan esos acuerdos regionales. Pero la cercanía en políticas con Colombia, Perú y Chile ha facilitado que nos animemos ahora a transitar a un acuerdo que no
solamente es comercial, sino que también lo es de tránsito de personas y de capital. Ya van más allá, son estos que les llaman acuerdos “de nueva generación” que para ustedes, los europeos, no son nuevos. Yo creo que no se va a quedar en una expectativa, el hecho de abrir embajadas comunes en países lejanos para tener economías de escala es un indicio interesante. México toma la presidencia de la Alianza del Pacífico la próxima semana, hay unos eventos la semana que entra en México, y yo noto que esa relación va a tener efectos políticos y económicos muy atractivos para los cuatro países.