El académico explicó que “el conocimiento científico,
la producción de la ciencia, es una práctica social, lo que
eso significa es que es una actividad socialmente condicionada,
una actividad de unos sujetos y una época concreta,
que viven en el marco de una cultura y que cumplen con
una función determinada”.
Agregó que el pensamiento de una cultura no sólo es
científico, “es una de las formas por las que una cultura
llega a desarrollarse. Podemos decir entonces que junto con
el pensamiento científico está el arte, el sentido común,
incluso el pensamiento religioso y otras formas o maneras
de saber que cumplen otras funciones, así que todas estas
formas de saber y entender el mundo colaboran al sostenimiento
de la cultura de la que forman parte”.
Saber y poder
Señaló que estas maneras de saber están muy ligadas con las relaciones de poder que existen en la
misma cultura, es decir, “saber y poder no son asuntos desligados, y este es el caso de la ciencia, pues
de una forma u otra contribuye a la reproducción de esa cultura y al sostenimiento de las relaciones de
poder que en esa cultura tienen lugar.
“Si esto no fuera el caso, entonces estaríamos hablando de una crisis, de una contradicción entre las
relaciones de poder y las visiones del mundo que se producen en esa cultura”.
El doctor De la Torre Gamboa sostuvo que la ciencia es una de las formas en las que los seres humanos
construyen soluciones a los problemas de la supervivencia, pero estas soluciones no son siempre las mismas.
Entre dichas soluciones se encuentra el lenguaje y en éste, además de la comunicación, se da el proceso
de la comprensión. Explicó que, de acuerdo con Iuri Lotman, “es un dispositivo estandarizante estructural
por excelencia que permite el paso del mundo abierto de lo real al mundo cerrado de los nombres. Es el que
fija el modelo de estructuración de lo real”.
La ciencia moderna es un rompimiento con otros saberes
Así mismo, sostuvo que el desarrollo de la humanidad no es un proceso único, continuo y homogéneo,
por lo que el conocimiento científico y tecnológico no ha sido la excepción.
La ciencia griega, por ejemplo, no es la ciencia moderna, también son diferentes sus objetos de estudio,
sus métodos, los propósitos de la investigación y los usos del conocimiento que produce.
En realidad, la ciencia moderna y el saber tecnológico son el fruto de un rompimiento con otros saberes
y formas de resolver los problemas de la vida social.
Consecuentemente, los actores del
hacer científico no han sido siempre los
mismos. La figura del filósofo griego no
es la del científico o el profesional actual.
Lo mismo pasa con la Edad Media,
allí la figura del filósofo o sabio de
la Antigüedad fue sustituida por la del
teólogo o doctor.
Al igual que en la Grecia clásica, en
el Medievo la élite intelectual no tenía
una relación directa con el mundo del
trabajo ni con una intención de transformar,
dominar o aprovechar la naturaleza
para satisfacer las necesidades humanas.
La crisis del conocimiento
A partir de los siglos XV y XVI grandes
transformaciones sacudieron profundamente
a Europa. Todo el conocimiento
entró en crisis y acabó por imponerse la
convicción de que el mundo no observa
un “orden necesario e inmutable”, sino
que está en continuo desarrollo y que
sólo depende de sí mismo en cuanto al
modo y a la naturaleza de sus cambios.
Las cruzadas primero y la colonización
europea de América y África
después, significaron la posibilidad
de un contacto con las ideas de los
antiguos griegos y de todo el antiguo
Oriente, así como de las culturas indígenas
de América.
La ciencia no será más el saber de
una élite cultural, ahora se ocupará
de los procesos del mundo del trabajo
y la manipulación de la naturaleza
con fines económicos; estará al alcance
de un círculo de actores más amplio,
pues debe servir para resolver los problemas
de productores, navegantes,
comerciantes, políticos, reformadores
sociales, entre otros.
La ciencia se convirtió en una fuerza
productiva. El nuevo tipo de científico se
situó como el sujeto social especializado
en la comprensión científico-técnica del
mundo y de su aplicación a los procesos
productivos.
El método científico
Respecto a la creación del método científico, el ponente explicó que los primeros
en aparecer en la historia fueron los métodos deductivos e inductivos, que
fueron teorizados por primera vez por Aristóteles.
Más tarde, los métodos de análisis y síntesis fueron utilizados por los geómetras
griegos y en el Renacimiento italiano, esta metodología se contrapuso a la silogística
aristotélica. Luego vino una profunda renovación de los métodos científicos
(Galileo, Descartes, lógica de Port Royal, Leibniz, Newton, entre otros), que afectó
a muchas ciencias, pero la idea de método para la ciencia moderna se consolida y
populariza hasta comienzos del siglo XVII.
Así, desde el siglo XVII se ha desarrollado y promovido una diversidad muy
amplia de métodos en la generación de nuevo conocimiento:
a) Los experimentales, los empírico-observacionales, los de medición y los
de clasificación (o taxonomías).
b) El axiomático y los diversos métodos matemáticos (algebraicos, estadísticos,
digitales, entre otros), muy utilizados en matemática y lógica.
También aplicados en otras ciencias.
c) Los métodos heurísticos, que parten de simulaciones, hipótesis o conjeturas
no comprobadas para intentar extraer consecuencias de más fácil
tratamiento y, en general, para ampliar la problemática de una determinada
ciencia.
d) El método hipotético-deductivo, que combina la reflexión racional (formulación
de la hipótesis y, luego, la deducción) con la observación empírica
(recopilación de datos y su interpretación).
f) El método histórico comparativo, que está basado en la comprensión de
la voluntad de los actores, sus intenciones, intereses y expectativas respecto
de los fenómenos estudiados, sus contextos y su historia; indispensable
en muchas de las ciencias humanas.
g) Los métodos hermenéuticos, que se proponen una comprensión de lo
humano, al incorporar el lenguaje, la significación, las prácticas sociales
discursivas, la semiótica, imprescindibles para el estudio de fenómenos
históricos y socioculturales.
Las próximas actividades que realizará el spine se llevarán a cabo en junio
próximo, por ejemplo, se presentará el taller La aventura de publicar en revistas de
prestigio, que será coordinado por el filósofo español Juan Luis Fuentes.