Con temas en zapoteco y maya y obras clásicas, el ensamble coral y la orquesta sinfónica de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), cerraron su segunda temporada de conciertos en el auditorio Lauro Aguirre de esta casa de estudios. 

El concierto comenzó a cargo del ensamble coral con el tema La llorona, un son característico del istmo de Tehuantepec (Oaxaca). No tiene un autor conocido, pero muchos intérpretes han creado o copiado versos que lo convierten en una historia de amor y dolor muy representativa de la época de la Revolución mexicana.

La segunda melodía interpretada fue La muerte de Aase, obra del compositor noruego Edvard Grieg, quien la escribió para la obra de teatro Peer Gynt (drama de Henrik Ibsen). Está considerada por muchos como la mejor descripción de una agonía que jamás se ha compuesto.

Tras la ovación del público, las voces del coro, acompañadas por el pianista Tonatiuh de la Sierra, interpretaron un arreglo de dos pirekuas, cantos tradicionales de Michoacán, una de ellas en purépecha y otra en español.

La orquesta sinfónica y el ensamble coral se unieron para interpretar dos valses de la obra Liebeslieder Walzer Op. 52 (Canciones de amor en vals), que es una colección de 18 poemas puestos en música para dos pianos y cuarteto vocal. Fueron publicados en 1869 y constituyen un acercamiento muy especial a la música del norte de Alemania, de donde era originario el compositor Johannes Brahms (1833-1897). 

Posteriormente, la sinfónica interpretó los movimientos 1 y 2 de la Sinfonía no. 29, de Wolfgang Amadeus Mozart, la cual, junto con la Sinfonía no. 25, es una de las más conocidas de sus obras tempranas.

La pieza central del recital fue la canción llamada La última palabra o La otra mansión (Guenda nabáani, en zapoteco), tema que nació en Juchitán, Oaxaca.

El programa continuó con dos piezas de La misa de coronación, de Mozart: Kyrie y Gloria, que incluye a la orquesta y al coro. Al respecto, el maestro Francisco José Grijalva Vega, director de la sinfónica y del ensamble coral, contó una anécdota sobre una carta que Mozart escribió, la cual decía, “padre, agradezco al señor que me ha dotado de una particularidad: puedo ver mi obra totalmente terminada como si fuera una escultura frente a mí y lo único que hago es dibujarla”. Ese, consideró Grijalva Vega, es el cerebro de un genio que sabe que lo es.

Para terminar, la orquesta sinfónica y el ensamble coral volvieron a unir su talento para interpretar un tema en maya titulado Chi’ibauj

El concierto sinfónico coral de la sinfónica y el ensamble coral de la uacm, fue dedicado a la memoria de los damnificados del pasado sismo del 19 de septiembre de 2017.

La orquesta sinfónica de la uacm nació en septiembre de 2016, mientras que el ensamble coral tiene 13 años de existencia. Ambos son dirigidos por el maestro Francisco José Grijalva, quien también es fundador de ambas agrupaciones. El ensamble coral está integrado por alumnos, maestros, trabajadores y personas cercanas a la comunidad UACM; en tanto que la sinfónica integra a estudiantes de los diferentes planteles de la Universidad y a alumnos de instituciones musicales de nivel medio y superior.