Con un marcado uso de colores primarios, con los que plasma tanto imágenes religiosas como flora silvestre y retratos, la artista Brigitte Loire presentó su exposición titulada Irradiando colores, que engalanó las escaleras y el vestíbulo de rectoría de esta casa de estudios a lo largo de un mes.

Victorina Reyes, curadora de la muestra pictográfica, explicó durante la inauguración que “en la obra de Brigitte [los espectadores] encontrarán un cierto misticismo, pues muchas de sus pinturas parecen tener una iluminación interna; ella descubre esa luz interior en su obra tanto abstracta como humana”.

Brigitte Loire comentó que “esta exposición es como una fiesta para compartir, un fruto de otoño para mí y un fruto de primavera para los jóvenes. Celebramos la comunicación, la amistad, el encuentro, la alegría de dialogar a partir de algunas expresiones pictóricas, a pesar de que a menudo digo que una obra de arte no se explica, se contempla, pues irradia por sí sola.

“Es mi deseo que estas pocas pinturas aquí presentes puedan irradiar y contarles sus secretos: la alegría, la paz, la armonía, la búsqueda y también la angustia del porvenir, la melancolía, el buen humor o la tristeza. En este lugar donde la pedagogía está a la orden del día, pasemos a la acción, pasemos a la fiesta de los colores”.

En el programa de mano de esta exposición, Victorina Reyes escribe que “las pinturas de Brigitte nos recuerdan a Goethe cuando habla de los efectos cromáticos debidos al desplazamiento de imágenes, de cómo nacen las imágenes de la combinación de contorno y superficie […] en ellas se observan las relaciones de las superficies con sus bordes y limbos.

“Los efectos incluyen series cromáticas que van del azul y el amarillo al azul y el rojo, el rojo y el amarillo, el azul rojizo, de pronto un verde vegetal, sensaciones cromáticas posibles de múltiples repeticiones, variaciones, intensidades, degradación y combinación. Siempre lo primario, lo sustancial”.

Las temáticas de la artista francesa se centran en el ser humano, en sus relaciones con el mundo, entre ellos, la introspección; le encanta lo oaxaqueño y en diversas ocasiones lo representa en sus aspectos étnicos. Brigitte Loire nació en Chartres, Francia, en 1935. Proviene de una familia de vitralistas y desde muy joven elabora vitrales, esculturas, cerámicas, grabados y pinturas. En 1972 llegó a México y a partir de entonces se ha dedicado a la docencia y a continuar con su obra artística.