Los estudiantes colombianos Jhonatán Echeverría Toro y Geraldine Lisset Hernández Pulido, realizaron un semestre de su licenciatura en la Unidad Ajusco de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

Además, Jhonatán Echeverría Toro también será recordado como el primer estudiante invidente que llega por medio del programa de intercambio académico entre la UPN-Colombia y la UPN-México.

En entrevista para la Gaceta UPN, Echeverría Toro explicó que “sabía que había personas con discapacidad acá [en Ajusco], pero no estaba enterado de que soy el primero que pidió un intercambio. Espero que mi estancia sirva para que se abran más espacios, que los estudiantes los aprovecen y que no se pongan trabas si alguien tiene una discapacidad”.

Sobre su experiencia como estudiante de intercambio, Jhonatán explicó que las diferencias más notorias entre su vida universitaria en México y en Colombia empezaron con la infraestructura porque “esta Universidad es más grande que la de Colombia, tiene sus interconexiones entre edificios, es todo un laberinto. Aún me cuesta mucho recorrerla, pues creo que no la conozco toda.

Teoría y práctica

“En metodología es muy distinta, pues aquí imparten mucha teoría y en Colombia existe más una unión entre teoría y práctica, aunque eso no significa que sea malo”.

En este punto, concordó Geraldine Lisset Hernández Pulido, quien llegó de intercambio a México al mismo tiempo que Jhonatán.

“La forma en que enseñan los maestros acá en México es bien diferente. Además, las metodologías cambian mucho, pero creo que todos los profesores con los que tuvimos clases nos apoyaron y siempre nos tenían en cuenta. Todos nos recibieron bien.

“Estamos acostumbrados a cierto tipo de cátedras, pero tener este tipo de enseñanza también nos enriquece mucho porque la teoría te servirá al momento de hacer la práctica”. 

Durante su estancia, Jhonatán tuvo la oportunidad de visitar el Centro Quetzalcóatl, que se encarga de capacitar y formar a personas con discapacidad visual.

Más interconexión 

“[El centro] tiene poca difusión. Es necesario crear un vínculo con toda la comunidad, ayudaría a promover proyectos muy interesantes… sería bueno que el centro apoyara a los estudiantes con alguna discapacidad para que se animen a realizar un intercambio estudiantil a otro país.

Agregó que “el centro es muy bonito y tiene muchas tecnologías, algunas las tenemos en Colombia y otras no. César [Javier Jiménez Sánchez, responsable del Centro Quetzalcóatl] es muy amable y muy atento. Y el espacio es muy amplio, es incluso más grande que el de Colombia, por eso deben de aprovecharlo, para que sigan generando muchos proyectos, como el de inglés y lenguaje de señas. 

“Creo que es importante que no sólo los ciegos se involucren, lo importante es difundir el mensaje, pues si sólo llegan ciegos y sordos, qué clase de gracia tiene eso si no hay una relación social con otros mundos”.

Conocer de antemano los servicios y apoyos

Jhonatán también recomendó que “para lograr que los estudiantes se puedan adaptar de una mejor manera, la oficina de intercambio tendría que ir más allá de dar la bienvenida, porque hace falta que nos den, en mi caso, un recorrido por el campus e indicarnos qué instancias pueden apoyarnos si necesitamos algún servicio.

“Nosotros venimos con nuestros propios recursos y fuerzas, y nos ayudaría mucho que nos pudieran apoyar al menos con un desayuno o una comida, porque quizá esos cinco pesos me pueden ayudar para un pasaje. 

“Haría falta consolidar esos apoyos, pues aquí nos han dado la credencial y la tira de materias, pero en mi caso deberían decirnos cómo es la estructura de la Universidad y cómo podemos movernos dentro de ella. Así como conocer sus beneficios en su totalidad, pues yo llegué acá y después de unos días me enteré de que tenían un gimnasio dentro de la escuela.

La cultura y la comida es algo que siempre impacta a los alumnos que llegan de intercambio, Jhonatán y Geraldine no fueron la excepción. 

Geraldine Hernández recuerda que “la comida fue un cambio muy difícil, porque cuando llegamos a la Universidad desde el principio íbamos al comedor y nos dimos cuenta de que casi todo tenía picante, pero así es su cultura y tienes que acostumbrarte. Ahora el problema es que cuando nos regresemos a Colombia vamos a extrañar las tortillas”.

Sismo del 19 de septiembre 

Desafortunadamente, para Geraldine y Jhonatán no todas las experiencias que se llevan de México son buenas, pues aquí les tocó vivir el sismo del 19 de septiembre pasado.

“Yo estaba saliendo del departamento y tenía dolor de cabeza, di unos pasos sobre la banqueta cuando pasó un camión, de repente sentí que el camión venía hacia mí y sentí un fuerte mareo. Pensé que estaba muy enfermo, pero en eso escuché cómo se empezó a caer todo: ramas, vidrios. Quise colocarme al centro de la calle, pero sentí que un auto me iba a llevar, fue un pánico total”, narró Jhonatán. 

Lejos de ahí, Geraldine también vivió una experiencia impactante: “Fue un pánico muy fuerte que no había vivido nunca porque [Jhonatán y yo] estábamos separados, fue cuando me puse a pensar en mi familia, en Jhonatán, en toda la gente de acá de la upn. Fue tanto el pánico que no fui consciente de la magnitud de lo que pasó hasta después. Nuestros padres estaban muy preocupados y no nos pudimos comunicar con ellos hasta el día siguiente”. 

A pesar del sismo, ambos estudiantes se mostraron muy agradecidos por el recibimiento y apoyo tanto de sus maestros como de los que ahora son sus amigos en México.

Gracias a la comunidad UPN

“Nos vamos agradecidos con México, con la UPN, con los maestros y nuestros compañeros porque nuestra estadía en la Universidad no hubiera sido posible sin ellos. 

“La gente y las personas son geniales, desde el principio los chicos que conocimos fueron muy amables y es bacano saber que la gente te aprecia en tan poco tiempo. Estuvimos cinco meses y nos llevamos grandes amistades y muchos aprendizajes, tanto personales como profesionales”, explicó Geraldine. 

“Quisiera decirles que se animen a vivir la experiencia del intercambio. Mucha gente me dice que no aguantaría estar tanto tiempo fuera de su casa, pero el arrojarte al vacío hace que enfrentes todas esas cosas y te vas desenvolviendo poco a poco”, finalizó Jhonatán.

Por su parte, Geraldine puntualizó que “ahora que sabemos que Jhonatán es el primer invidente que llega al Ajusco en intercambio, se debe tratar de difundirlo para que otros estudiantes se animen a venir”.