La Licenciatura en Educación Indígena (LEI) de la UPN es pionera en este campo de la educación, pues ninguna otra universidad tuvo la “osadía pedagógica” de plantear dentro de su currículum una licenciatura con estas características, coincidieron Elsa Mendiola Sanz, encargada del despacho de la Secretaría Académica, y Jorge Tirzo Gómez, coordinador del Área Académica 2 Diversidad e Interculturalidad, durante la inauguración del coloquio Pueblos Indígenas y Educación: Experiencias y Nuevos Desafíos, que se realizó en fechas recientes en el auditorio A.

En este marco, Tirzo Gómez impartió la conferencia inaugural “Políticas de Estado, desafíos educativos y problemas persistentes en la educación indígena mexicana”, en la que dio a conocer un breve balance de la situación actual de la población indígena en México en el contexto educativo.

De acuerdo con información de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), presentada por el académico, en el año 2000 la población total en México era de 97 millones 483 mil 412 personas, de la cual 10 millones 253 mil 627 eran indígenas; es decir, 9.8% de los habitantes del país; sin embargo, para 2005 el conteo registró 150 mil indígenas menos.

Señaló que en 2015 había 7 millones 382 mil 785 personas de 3 años de edad, o más, hablantes de una lengua indígena (HLI), que representaba 6.5% del total nacional. “Lo que tenemos aquí es que el dato está dado en HLI, no nos habla solamente de estos 7 millones, sino de los 10 millones de 2005, porque el factor lingüístico es importante para determinar el conteo de quién es indígena o quién no es indígena que hable una lengua, sea monolingüe o tenga algún grado de monolingüismo. 

La problemática educativa

“La distribución en el sistema educativo nacional es compleja, aseguró, pues para el inicio del ciclo escolar 2013-2014, en el país se atendieron 30.6 millones de alumnos sumando educación básica y media superior; de ese total, 1.3 millones eran hli en algún grado, desde monolingüe hasta bilingüe en todas las expresiones que tenemos. 

“En educación básica, de un total de 26 millones de alumnos matriculados en ese mismo periodo, se registró la presencia de al menos 121 mil alumnos hli monolingües “distribuidos en todas partes; esto le da complejidad al asunto y nos pone un reto en la educación básica”.

De los 121 mil, continuó, más de 87 mil asistían a preescolares y primarias indígenas, poco más de 10 mil a servicios de tipo general y más de 5 mil a los distintos tipos de servicio en secundaria, con la dificultad que esto representa, ya que “cuando hablamos de educación indígena ponemos de referencia la educación básica, la primaria en particular, y desdibujamos la situación de la educación secundaria, donde pocos se acuerdan de lo que pasa y en donde el abanico de educación preescolar y primaria indígena se cierra y sólo queda la opción de la secundaria general, en la que el reto de la educación bilingüe y monolingüe se pierde.

Estos 5 mil que viven la situación del monolingüismo en secundaria son también un reto para nosotros”.

Así mismo afirmó que de los alumnos hli en primaria, 53.4% asistían a escuelas indígenas y 43.4% a escuelas generales. Del universo de 5 mil alumnos HLI en secundaria, 52.4% asisten a telesecundarias, 23.3% a secundarias técnicas y 21.4% a secundarias generales, y no vemos un porcentaje dedicado a secundaria indígena.

En el ámbito de la educación media superior, ocho de cada 10 alumnos hli asisten a bachilleratos generales, los otros dos deben estar en algún bachillerato comunitario, cuando existe cerca de sus comunidades. 

En este sentido, ofreció un dato que tiene que ver con la presencia de docentes HLI: tan sólo en educación básica se registraron 52 mil 194, mientras que en EMS había mil 572. “Si tenemos un universo considerable entre bilingües y monolingües sería deseable que el número de profesores hablantes bilingües y monolingües estuviera en concordancia, porque volvemos a observar que la concentración mayoritaria de HLI está dada en la educación básica, y en la medida en que aumenta el nivel escolar, la presencia de docentes, alumnos y escuelas indígenas hli disminuye.

“Pero me gustaría señalar también que al hablar de la presencia de la educación indígena en el siglo XX, tenemos que referirnos a qué nivel estamos considerando; es decir, se puede hablar del sistema educativo nacional o del subsistema de educación indígena no como privativo de la educación de las primeras letras y conocimientos, sino ya de instituciones que dan énfasis a la formación de profesionales indígenas.

Políticas de Estado 

“Actualmente, afirmó, para la definición de políticas educativas es muy importante la participación del Estado, pero la sociedad, los grupos organizados, las ONG, las universidades y grupos académicos, tienen una fuerza muy importante para que una acción cotidiana se convierta en una política. La educación intercultural es una política y ahí entra la educación intercultural bilingüe o bilingüe intercultural; el orden no sólo es gramatical, tiene que ver con el énfasis que ese grupo da a la cuestión que se va a impulsar”.

Los retos a afrontar en educación indígena

Finalmente, enumeró al menos cinco retos que debe enfrentar la educación indígena y los profesionales que intervienen en ella. Uno tiene que ver con la persistencia del bilingüismo y la lengua materna en las instituciones educativas porque “notamos que el número de alumnos hli disminuye conforme avanzan los grados y niveles escolares, ¿es eso lo que queremos?, ¿que las lenguas vayan desapareciendo por el contacto escolar?, es un reto transversal en todo nuestro sistema educativo que debemos considerar”. 

Otros dos retos que tienen que ver con la necesidad de que la educación bilingüe deje de ser una denominación y se convierta en una propuesta educativa, al igual que la lengua materna se incorpore al currículum y se construyan alternativas pedagógicas para su pleno desarrollo en las aulas, “como profesionistas en educación ese debemos convertirlo en un desafío a futuro”.

Aseguró que también se puede aprender a ser indígena en las aulas con profesores que enseñen la importancia de todo lo que conforma la identidad y cultura indígena. Así, un desafío más sería que la educación superior indígena siguiera aumentando porque “no basta una Licenciatura en Educación Indígena para todo el país”.

Chatinos en el campo laboral

En un segundo momento, se llevó a cabo la mesa De políticas lingüísticas y educativas, donde participó Sergio Hernández, académico de la lei, quien destacó la trayectoria escolar y vida profesional de los estudiantes chatinos de esta licenciatura. 

Hernández presentó un panorama del comportamiento escolar de estos jóvenes en las últimas ocho generaciones y su ingreso al campo laboral, donde se inscribe su propia experiencia profesional. Destacó que de 17 estudiantes de origen chatino que han ingresado a la LEI (UPN) desde 2002 a 2013, la generación que tuvo mayor número de alumnos de esta etnia fue la 2006-2010, con siete; en este periodo ha habido algunas deserciones y, al corte del estudio, 12 concluyeron su proceso y 10 de ellos se titularon.

En relación con el ámbito laboral, mencionó que estos jóvenes han obtenido espacios en escuelas primarias, secretarías de gobierno local, secretarías de Estado e instituciones de educación superior con presencia en la Ciudad de México y su estado de origen, Oaxaca.

Las funciones que la mayoría desempeña tienen que ver con gestión, diseño, política pública, programas de mejoramiento, evaluación, asesoría, docencia e investigación.

ENBIO

Quien también participó en esta mesa fue Enrique Francisco Antonio, egresado de la LEI y ahora director de la Escuela Normal Bilingüe Intercultural de Oaxaca (ENBIO). 

Durante su intervención destacó la labor que realiza desde el cargo honorífico al que fue nombrado. Señaló que más de 60% de los profesores que dirige en la normal son egresados de la LEI de la Unidad Ajusco, y que juntos tienen el compromiso con las comunidades del estado para preservar la riqueza cultural de su pueblo, en especial, la lengua materna. El eje que trabajamos es el de los saberes y conocimientos comunitarios”.

Habló de la oferta educativa de la ENBIO, por ejemplo, la Licenciatura en Educación Primaria Intercultural Bilingüe y la Licenciatura en Educación Preescolar Intercultural Bilingüe, así como de los diplomados a través de los cuales se brinda formación continua y actualización a los profesores de educación básica. 

Se refirió también al convenio de colaboración que tiene la enbio con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para la maestría y doctorado en Pedagogía, así como a la búsqueda de la certificación institucional de la lengua.

Habló acerca del área de lengua y cultura de la ENBIO, que “no tiene ninguna otra normal”, cuyo objetivo es el mantenimiento de la lengua. “Desde primero hasta sexto semestre los estudiantes llevan teoría y práctica de la lengua, y los que llegaron medio hablando su lengua salen cantando y silbando su lengua”.

Por último, comentó acerca de los antecedentes de la formación del profesorado indígena y la creación de la enbio en el año 2000, como un espacio de profesionalización que antes no existía en la comunidad “para dar voz a los invisibilizados”.