El libro Educación higiénica y cine de salud en México 1925-1960, de María Rosa Gudiño Cejudo, académica de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) Unidad Ajusco, obtuvo el Premio Francisco Javier Clavijero en Historia y Etnohistoria a la mejor investigación, que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El documento galardonado se publicó en 2016 y recibió el reconocimiento en la ceremonia de premiación celebrada en el Museo Nacional de Antropología e Historia, en noviembre pasado.

La doctora Gudiño Cejudo explicó en entrevista para la Gaceta UPN que su investigación sigue dos rutas de análisis sobre la salud pública en México.

La primera se refiere a las campañas de salud dedicadas a contrarrestar la sífilis y el paludismo, en el periodo 1925 a 1960, y la campaña Salud para las Américas.

La segunda corresponde a las representaciones cinematográficas que utilizaron los gobiernos en turno para persuadir a la población sobre el cuidado de la salud. Es decir, “la propuesta de educación higiénica de esas campañas, basada en el uso de películas como instrumentos educativos”, se lee en la introducción del libro.

La investigación se centra especialmente en estas campañas porque, de acuerdo con la historiadora, se trataba de acciones por parte del gobierno para combatir enfermedades recurrentes en la población de la época, y, en consecuencia, la realización de una mayor cantidad de propaganda sanitaria.

Sobre Salud para las Américas explica que la campaña venía desde Estados Unidos y comprendía la prevención para otras enfermedades.

Según la autora “el binomio campañas sanitarias-cine tiene una dimensión social y cultural poco estudiada en México”.

Un libro documentado con fuentes escritas y audiovisuales

El libro se basa en la tesis doctoral realizada por Gudiño Cejudo en el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México. “Me interesó la salud pública como una rama de la historia que se trabaja discretamente.

“Empecé a interesarme por la salud pública y las campañas de salud porque hay procesos de relación entre salud y educación. Por el tipo de fuentes que estaba revisando, encontré esa faceta educativa que tuvo el cine para involucrar a la población mexicana, y entonces inicié la revisión de fuentes oficiales”.

Una de las fuentes fue el Departamento de Educación Higiénica y Propaganda, encargado de elaborar y difundir propaganda a través de carteles, folletos, banderines y programas de radio con mensajes apropiados para la población.

“Lo que me llamó la atención es que mencionaba muchas películas, nacionales y estadounidenses, lo que hablaba de un proceso educativo que desde los años veinte se realizaba con el cine.

“La fuente me decía que se habían filmado películas e incluía los títulos, pero no las tenían. Yo necesitaba ver si los títulos tenían correlación con las campañas que el gobierno posrevolucionario había organizado”.

Con la inquietud de encontrar más información sobre estos filmes “entré en una etapa muy interesante de investigación, porque entre los historiadores el uso del cine como una fuente para la historia ha sido poco trabajada; tenemos a los historiadores del cine que han documentado su historia en México, pero no hay muchos historiadores que trabajen una película como fuente para la investigación, y eso fue lo que yo hice”.

La investigación la llevó a conseguir una estancia de seis meses en la Jonhs Hopkins University, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, considerada una de las instituciones pioneras en la enseñanza de la salud pública.

Su estadía en este país le permitió también visitar la Biblioteca del Congreso, la Biblioteca Nacional de Medicina y consultar los archivos de la Fundación Rockefeller, donde localizó las películas a las que referían las fuentes mexicanas.

“Tuve la oportunidad de encontrarlas, verlas y, a partir de ahí, hacer mi propia interpretación sobre ellas; empecé a relacionar las películas, lo que me permitió armar el contexto entre la educación higiénica y el cine de salud”.

La caja de Pandora

“Pero estábamos en México y me preguntaba sobre la filmografía nacional. A veces los historiadores somos detectives porque tenemos que rastrear la fuente y buscar los archivos”.

Encontró que la Secretaría de Salud (Ssa) tenía su propio archivo histórico y fue a revisarlo; el acervo estaba a punto de ser entregado a la Filmoteca de la UNAM sin ningún tipo de catalogación por tema o contenido. No obstante, la académica del Ajusco tuvo la oportunidad de realizar esa ardua labor que le sirvió de mucho en su trabajo de tesis.

“Para mí se abrió la caja de Pandora, una caja llena de sorpresas porque cada película que revisaba iba abriendo este panorama que había iniciado desde 1925 el cine estadounidense.

“Durante un año y medio me dediqué a ver películas e hice un catálogo con todas las que había en el acervo de la Ssa, lo que me permitió identificar temáticas, directores de cine mexicano, y a la Secretaría de Salubridad y Asistencia y la Lotería Nacional como las instituciones que financiaron estos cortometrajes (no más de 10 minutos), con un claro origen documental donde se mostraba a los mexicanos de la época qué tenían que hacer en materia de salud”.

La doctora Gudiño Contreras encontró 180 películas cuyos contenidos indicaban los temas de interés sanitario para el gobierno del país: campañas contra la rabia, a favor de la lactancia materna y de salud.

En los filmes aparecían los actores de la salud pública, enfermeras, vacunadores, trabajadores sociales, notificadores, rociadores y maestros.

Todo esto le “pareció un tema de mucho interés. Esto me vinculó a la SEP, y en el contenido del libro voy documentando el trabajo que realizaban en equipo la sep y la Secretaría de Salubridad y Asistencia”.

Análisis cinematográfico y contexto histórico-sanitario

En el libro, la autora se refiere además a la creación de la Sección de Educación Higiénica y Propaganda del Departamento de Salubridad Pública, que fue la encargada de diseñar las estrategias educativas que buscaban promover las campañas de prevención de determinadas enfermedades.

Para entender la importancia e impacto del cine en México en los años de la posrevolución, la doctora Gudiño Cejudo ofrece antecedentes del cine en nuestro país para posteriormente enfocarse en el cine de salud.

Analizó los contenidos de algunas películas estadunidenses con temas de salud que se proyectaron en México durante las campañas contra el paludismo, así como la producción cinematográfica nacional y otros trabajos de propaganda en torno a la salud.

Dedica un capítulo completo a la campaña Salud para las Américas, orquestada por el gobierno de Estados Unidos en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.

Esa campaña contó con la participación de Walt Disney como productor de cortometrajes educativos en materia de salud.

“Trabajé los 13 cortos de dibujos animados que realizó Walt Disney, se doblaron al español y portugués en un afán de llegar a los países latinoamericanos. Analizarlos fue muy interesante porque revisé cómo circularon los cortos y cuál fue la población a la que iban dirigidos en México.

“Estoy considerando el cine como instrumento educativo y me detengo en 1960 porque la campaña contra el paludismo y su erradicación  inicia en 1957. Para los años sesenta, la televisión empieza a posicionarse y comienza su proceso de masificación, automáticamente el cine con características educativas pasa a segundo plano. Después de esa década ya no tengo registro de campañas cinematográficas”.

Un libro hecho con paciencia y gusto

Cuando la académica recibió la noticia del premio a su libro se sintió “muy bien, me dio mucho gusto porque es mi primer libro de autor, además es una investigación que disfruté enormemente y creo que está plasmada en el trabajo final”.

Recordó que el libro es resultado de alrededor de cinco años de trabajo para su tesis doctoral, y dos años más para madurar ideas y reescribirla como libro.

“La distinción me llena de emoción, es un libro hecho con paciencia, con gusto, con disfrute al ver las películas con ojos de una historiadora que las está usando como fuente de investigación.

“Finalmente me motiva a seguir haciendo investigación porque es una manera de compartir conocimientos, luego vienen las recompensas y los lectores. Puedo decir que es un libro documentado con fuentes escritas y audiovisuales. Fue un trabajo bastante arduo porque le aposté a revisar películas por un largo tiempo.

“Hacer investigación requiere de tiempo, paciencia, rigor, trabajo constante, ideas y madurar esas ideas”.

Desde su punto de vista, el tema de la salud pública se está posicionando en el interés del ámbito académico, “hay generaciones interesadas en el tema de la historia de la salud pública y está llamando la atención como rama de la historia social y cultural”.

Finalmente, Gudiño señaló que “ahora nos toca hacer un balance de cuáles son los temas de salud pública que aquejan al país, [como] obesidad y lo que de ella deriva, embarazos en adolescentes; habría que mirar qué tipo de propuestas educativas hay al respecto”.