Con la finalidad de ver a la pedagogía desde otras disciplinas, los estudiantes de octavo semestre de la Licenciatura en Pedagogía, organizaron la mesa redonda La conformación de la pedagogía: miradas críticas, filosóficas y formativas en el proceso educativo.

A lo largo de dos días, los estudiantes del campo Investigación Educativa, Teoría Pedagógica y Práctica Docente, bajo la tutela de los académicos Jeannette Escalera Bourillon y Mario Aguirre Beltrán (quienes coordinaron las mesas), presentaron disertaciones sobre cómo se puede mirar a la pedagogía desde la filosofía, el humanismo y el marxismo.

En la primera mesa, Fundamentos filosóficos en la pedagogía y la educación: escuela de Elea, Heráclito, Platón y Aristóteles, la doctora Escalera Bourillon presentó el trabajo Unidad y existencia, movimiento y cambio: Escuela de Elea y Heráclito, donde se revisó el pensamiento de Parménides –perteneciente a la escuela de Elea–, en contraposición con el de Heráclito.

Explicó que las personas “somos fruto, dentro de nuestro mestizaje, de una herencia cultural, que aunque a veces no nos guste, está allí, no sólo en la sangre de muchos de nosotros, sino también en nuestras formas de hacer y concebir conocimientos.

 

Los principios básicos

“Heredamos de la escuela de Elea, por ejemplo, los principios básicos de la lógica: las cosas son o no son, porque no pueden ser y no ser al mismo tiempo, principio fundamental de Parménides, que dejó plasmado en su Poema ontológico. Para él, algo puede ser blanco o negro, pero nunca gris. No existe una multiplicidad de opciones, sólo una: la correcta. 

“Este principio básico es el que utilizamos cada vez que elaboramos un examen de evaluación, en donde se le pide al estudiante que conteste si una aseveración es falsa o verdadera, sin darle opción a otra respuesta. 

“¿Qué hubiera pasado si en lugar de seguir el método parmenidiano de la Escuela de Elea, hubiéramos seguido otro distinto, uno donde lo que es no es al mismo tiempo? 

“Heráclito, en el fragmento 12 de sus Fragmentos filosóficos, nos dice que ‘aun los que se bañan en los mismos ríos dos veces, se bañan en diversas aguas’; es decir, las aguas en las que se bañan aquellos son las mismas, porque pertenecen al mismo río, pero no son las mismas porque han dejado de ser al correr por el cauce mientras se bañan. Para Heráclito todo fluye, nada permanece en un ser fijo. No existe, como para Parménides, esa inquebrantable tensión entre el ser y el no ser, pues todo es para él un constante devenir.

 

¿Dos soluciones para un problema? 

“¿Qué hubiera pasado si la humanidad hubiera seguido por el camino de Heráclito en el desarrollo de sus ideas y conceptos, donde al mismo tiempo tendríamos dos soluciones para un mismo problema?

“Ahora, ¿cómo sería la manera de educar y de hacer pedagogía siguiendo la perspectiva heraclitana donde la unidad se realiza mediante la armonía de los contrarios? Quizá así no nos hubiera sorprendido la dualidad de la luz, que se comporta como una onda y como un corpúsculo al mismo tiempo, así, el universo sería visto desde un paradigma diferente, lo mismo que la educación”, afirmó la académica.

En su intervención titulada La academia de Platón: una perspectiva pedagógica, Eduardo Segoviano Salinas habló sobre la academia que Platón fundó en el año 387 a. C., institución precursora de lo que ahora es la universidad tal y como la conocemos.

De acuerdo con Segoviano Salinas, a la muerte de Sócrates, su maestro, Platón compra un terreno en Atenas junto a un gimnasio para crear una institución con locales, edificios y jardines propios de una gran escuela.

 

Escuela, discusión y diálogo

El filósofo cree que si se educa a los ciudadanos de acuerdo con sus aptitudes, se logrará una polis más armónica, con un amplio sentido de responsabilidad entre sus ciudadanos, preparados para convivir conforme a las necesidades del Estado. 

Explicó que lo que se daba en esa escuela no sólo se quedaba como conocimientos teórico-pedagógicos, sino que era indispensable llevarlos a la práctica reflexiva a través de la discusión y el diálogo.

En dicha institución es fundamental el estudio de las matemáticas, música, danza, geometría y astronomía, así como de la educación física. En resumen, su idea era formar al hombre de manera íntegra, no sólo adiestrar o brindarle información.

Sostuvo que “el pensamiento platónico no ha podido ser destronado del justo lugar que ocupa en la filosofía, tanto así que el proyecto educativo de la academia fue la base para las universidades tal y como las conocemos, lo que es prueba del profundo legado que dejó Platón a la humanidad y de cómo su pensamiento educativo debe ser perpetuado por los estudiantes de pedagogía, y, sobre todo, por los educadores como un proceso de humanización”. 

Enfadarse de modo correcto

Por su parte, José Raúl Estrada Hernández presentó su texto llamado Enfadarse del modo correcto no resulta tan sencillo: Aristóteles y el problema de las emociones, donde destaca cómo, desde la filosofía, nace el interés de estudiar un factor psicológico que “ha estado presente en el mundo educativo sin que se le haya prestado el suficiente interés: el problema de las emociones”. 

De acuerdo con Estrada Hernández, la importancia de estudiar el tema se debe a que “los juicios de la realidad se hacen siempre desde la emoción que experimenta la persona, de la misma forma en la que los juicios pueden provocar estados emocionales que llevarán a nuevas interpretaciones de la realidad y de todos los factores que la determinan”.

Es por eso que cuestionó el hecho de que en las instituciones educativas no se preste más atención a este tema, pues sólo se enfocan a “fortalecer la inteligencia racional”, y dejan de lado las emociones o sólo las abordan por conveniencia, porque así lo requiere la educación por competencias, de esa manera “únicamente se nos instruye en ellas, pero no se nos enseña a formarlas para nuestro propio progreso”, opinó Estrada Hernández.

Autorregular emociones

Sostuvo que, desde su punto de vista, “el conocer y autorregular las emociones en la educación debe ser un proceso continuo y permanente a realizar a lo largo de toda la vida, porque el aprendizaje emocional se logra a través de la experiencia. 

“El hecho de que la sensibilidad sea el elemento que da comienzo a una emoción, permite al sujeto desenvolverse de una manera diversa y abierta para ser un sujeto pro social, lo que se traduce como una conducta voluntaria dirigida a ayudar a los otros”.

Durante el desarrollo del evento, la doctora Escalera Bourillon explicó que uno de los propósitos del campo Investigación Educativa, Teoría Pedagógica y Práctica Docente es “formar alumnos para que puedan presentar su trabajo como ponencia. El año pasado, por ejemplo, Alejo Ortiz Cirilo, ex alumno del campo, presentó una ponencia en Guatemala”.

En las mesas redondas La conformación de la pedagogía: miradas críticas, filosóficas y formativas en el proceso educativo, también participaron los estudiantes Nancy Miriam Contreras Mejía, con el trabajo Similitudes entre el escultismo y el Emilio o de la educación de Rousseau; Jazmín Monserrat Silva Chicón, con El desarrollo de la formación integral a través de la danza folclórica mexicana; y Gabriel Espinoza Montero, con el texto La educación en Marx como proceso de emancipación; entre otros.