La cuestión es qué reflejamos socialmente, cómo vemos el mundo y cómo valoramos a las personas y generamos sus condiciones de vida”, explicó Isabella Esquivel Ventura, durante la conferencia Análisis lingüístico de género.

Durante su ponencia, la maestra en Políticas Públicas y Género sostuvo que “el análisis de género es una herramienta para entender mejor las realidades en que viven mujeres, hombres, niñas y niños, cuyas vidas son afectadas por el desarrollo planificado; además, ayuda a incidir públicamente en la transformación de los ámbitos sociales y así lograr una efectiva igualdad de género”.

En este sentido, sostuvo que es importante estudiar la forma en que nos comunicamos porque “el lenguaje es un medio para el proceso de socialización y mediante éste se realiza el aprendizaje de los modelos de pensamiento y comportamiento según las normas, creencias y valores que cada cultura dicta, así como de los roles sociales, en función de las expectativas sociales; además, puede llevarnos a conformar nuestra percepción del mundo, e incluso a que nuestra actuación se oriente de una determinada manera, por lo que puede ser un instrumento de cambio, de transferencia de conocimiento y cultura”.

Exclusión, limitación y opresión

Comentó que la discriminación y la violencia a través del lenguaje crea divisiones entre los roles y estereotipos, también genera desigualdades (como la sub o sobrerrepresentación, diferencia en el trato y oportunidades, así como distinciones en el acceso a derechos), además, puede provocar exclusión, limitación y opresión.

“Si pudiéramos agrupar todo lo anterior [discriminaciones y violencias] en formas de cómo se representan en el lenguaje encontramos dos: el sexismo (contenido o mensaje discriminatorio o excluyente por razón del sexo que reproduce las divisiones por roles o estereotipos de género) y los sesgos androcéntricos (los hombres y lo masculino como modelo universal, siendo sus formas más extremas la ginopia y la misoginia)”.

Esto se debe a que lo masculino se encuentra simbólica y materialmente como algo con mayores privilegios, comparado con las mujeres, que se encuentran en una situación de subordinación.

Lenguaje incluyente

En respuesta a esta forma de usar el lenguaje, declaró la maestra Esquivel Ventura, nació el lenguaje incluyente, definición que causó polémica, pues “muchas universidades e incluso la Real Academia Española (RAE), salieron a decir que algo como el lenguaje incluyente no existía, pero si bien el tema recurre al aspecto lingüístico o técnico, tiene que ver con el análisis social, pues el lenguaje expresa el orden social del género, no sólo es cuestión de qué palabras usamos y cuáles no, es una cuestión de lo que reflejamos socialmente, de cómo vemos el mundo y cómo valoramos a las personas y generamos sus condiciones de vida; de ahí la importancia del análisis lingüístico de género”.

De acuerdo con la ponente, el lenguaje incluyente reconoce a las mujeres y a los hombres; manifiesta la diversidad social e intenta equilibrar las desigualdades; contribuye a forjar una sociedad que reconozca e integre la diversidad, la igualdad y la igualdad de género; hace referencia a toda expresión verbal, escrita, visual y simbólica, y utiliza preferiblemente vocabulario neutro, o bien, hace evidente el masculino y el femenino.

Además, trata de que toda comunicación elimine expresiones y palabras que denigran a las personas o que promuevan la reproducción de roles y estereotipos; evita reproducir la idea de que hay comportamientos, valores, trabajos, actitudes, espacios u otros propios de mujeres y de hombres; evita generalizaciones del masculino, implica reconocer la riqueza del idioma español, con términos y conceptos neutros, sin inventar o alterar el idioma, así que es más que decir “los/las” en las palabras y abarca contenidos y significados del lenguaje.

La ponente comentó que los objetivos del lenguaje incluyente son:

1) Que las personas identifiquen y comprendan el significado e importancia del lenguaje incluyente en tres vertientes: en la significación individual, en las relaciones interpersonales y en la sociedad.

2) Que las personas identifiquen y comprendan el lenguaje incluyente como parte del marco de los derechos humanos y la igualdad de género que deben cumplir las instituciones del Estado mexicano.

3) Que las personas cuenten con criterios y herramientas que les permitan identificar sesgos en su vida diaria y utilizar de forma correcta el lenguaje incluyente en su ámbito laboral.

4) Que las personas cuenten con criterios y herramientas para reconocer y cumplir sus responsabilidades y obligaciones en la materia, como servidores públicos, como actores públicos y como institución del Estado mexicano.

La conferencia Análisis lingüístico de género se realizó en el marco de las actividades que lleva a cabo el Seminario Permanente de Investigación sobre la Nueva Epistemología (SPINE).