También conocida como Convención de Oslo, la CMR prohíbe el uso, la producción, la transferencia y el almacenamiento de las municiones en racimo, y provee lineamientos para asistir a las víctimas y poblaciones afectadas.

La Delegación de México en la Conferencia es encabezada por el embajador Jorge Lomónaco Tonda, representante permanente de México ante los Organismos Internacionales con sede en Suiza.

Las municiones en racimo son armas con un impacto indiscriminado, ya que constan de un contenedor que se abre en el aire y dispersa grandes cantidades de submuniciones explosivas. Estos explosivos permanecen como un peligro latente para la población civil, inclusive muchos años después de terminado un conflicto bélico.

México fue uno de los principales promotores de la Convención de Olso, y parte del grupo núcleo que negoció la CMR, en concordancia con su tradición diplomática y activismo en favor del desarme y de la prohibición de armas de efecto indiscriminado.

La CMR entró en vigor en 2010 y al día de hoy cuenta con 117 países signatarios, 95 de los cuales la han ratificado. En la Primera Conferencia de Examen se espera alcanzar la meta de 100 Estados parte de este importante tratado, que ha demostrado ser un eficaz e innovador instrumento jurídico con elevados estándares del derecho internacional humanitario, de desarme y de derechos humanos.

Sólo en los primeros cinco años de vigencia de la Convención, 1.3 millones de municiones en racimo y 160 millones de submuniciones han sido destruidas, lo que representa 88% y 90%, respectivamente del total de estas armas.

En 2010, 91 países almacenaban millones de municiones en racimo con más de mil millones de submuniciones. Hoy quedan 47 países con arsenales. De 34 países productores en 2010, hoy quedan sólo 16. Ello muestra el valor de las prohibiciones establecidas en la Convención.

Aun así, entre 2010 y 2014 se reportaron al menos 1968 víctimas de municiones en racimo, tan solo en Siria, la cifra más alta de víctimas registrada en la historia. Desde septiembre de 2014, se ha reportado el empleo de municiones en racimo en cinco países no Parte de la Convención (Libia, Siria, Ucrania, Sudán y Yemen).

México condena el uso de municiones en racimo por cualquier actor y bajo cualquier circunstancia, y hace un llamado a todos los países que producen y emplean estas armas a que establezcan una moratoria y se sumen a la CMR, a fin de evitar que víctimas civiles inocentes sigan sufriendo las consecuencias de la existencia de estas armas indiscriminadas.

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