Mensaje inicial del Canciller Luis Videgaray Caso: Con su permiso, señor Presidente, muchas gracias.

Muy buenas tardes a las y los senadores de la República.

Quiero agradecer al Senado de la República el que, desde los primeros días en cumplimiento del encargo que el Presidente de la República me ha conferido como Secretario de Relaciones Exteriores, me han permitido tener un contacto inmediato, cercano y fluido con el Senado de la República.

En cumplimiento al mandato constitucional, el Senado de la República debe de contar con todos los elementos para el análisis de la política exterior, coadyuvar en su formación y participar de forma activa en ella.

De esta manera, el día 24 de enero tuve el honor de ser recibido por la Junta de Coordinación Política en este Senado de la República, y ante la cual propuse, solicité el que se me concediera esta oportunidad de diálogo con el Pleno del Senado de la República. Agradezco a la Mesa Directiva la realización de esta sesión.

Asimismo, hemos tenido reuniones de trabajo con los integrantes de la Junta de Coordinación Política posteriormente, el 15 de febrero.

Quiero agradecer la colaboración institucional del Senado de la República en todos los aspectos que constituyen la política exterior, y me refiero particularmente a la reciente ratificación de los embajadores de México ante los Estados Unidos de América y ante la República Popular China.

Asimismo, quiero felicitar al Senado por la aprobación, este mismo día de hoy, por la Iniciativa Preferente del Presidente de la República en materia de revalidaciones, que sin duda fortalecerá la posición de los mexicanos, particularmente a los estudiantes que quieran continuar o darle validez a sus estudios en México.

Como Canciller de la República, estoy convencido de que el reto que enfrenta nuestro país desde el exterior, particularmente a partir de la toma de posesión del nuevo Presidente de los Estados Unidos, requiere no solamente una respuesta del Ejecutivo, sino una política exterior de Estado.

Con esa lógica, con esa convicción es que hemos venido trabajando con el Senado de la República desde el principio de mi encargo como Canciller.

La política exterior de Estado es algo que debe de construirse, construirse a partir del consenso; y es mi convicción que corresponde al Senado de la República participar activamente, ser protagonista en la definición de esta política.

Si bien la fracción X, del artículo 89 constitucional establece la responsabilidad al Ejecutivo, es sin duda la relevancia del momento político internacional que exige la participación de todos.

Más allá de una unidad que nace de un sentimiento, debemos de articular política pública, posturas frente al exterior que nazcan del consenso de la estrategia de las distintas fuerzas políticas articuladas particularmente en el Congreso de la Unión.

Por lo tanto, celebro yo y aliento las propuestas, las iniciativas de distintos grupos parlamentarios expresadas a través de la Junta de Coordinación Política para la construcción de instrumentos legislativos en los términos que define el propio Senado, que permitan articular precisamente una política exterior de Estado frente a los retos que hoy como país enfrentamos.

La Secretaría de Relaciones Exteriores y el Canciller de la República se ponen a las órdenes del Senado para trabajar como un solo equipo en la formulación de estos instrumentos de carácter legislativo que fortalezcan nuestra posición como país ante el mundo, y particularmente ante nuestro vecino del norte.

El día 23 de enero, el Presidente de la República realizó un pronunciamiento con respecto a cuáles deben de ser los lineamientos de política exterior, ante la circunstancia que hoy en día encaramos.

El Presidente estableció dos lineamientos fundamentales, dos líneas de acción para la conducción de la política exterior:

En primer lugar, la necesidad imperiosa hoy más que nunca de diversificar nuestras relaciones en exterior, particularmente nuestras relaciones económicas de comercio y de inversión hacia otras regiones del mundo, más allá de América del Norte.

Y en segundo lugar, estableció objetivos precisos y principios de política exterior para la conducción de la relación con los Estados Unidos.

Permítanme referirme brevemente en primer lugar a los esfuerzos de diversificación de nuestra relación económica con el mundo, para después destinar la mayor parte de mi intervención a nuestra relación con los Estados Unidos de América.

Con respecto a la diversificación de nuestra relación con el mundo, lo primero que debemos decir es que México es, siempre ha sido y siempre seguirá siendo un país latinoamericano. Como tal, debemos acercarnos no solamente en el discurso, no solamente en el diálogo político, sino estrechar nuestros lazos de cooperación económica, de comercio y de inversión con América Latina.

Durante la presente administración, sin duda, el esfuerzo más exitoso de integración con América Latina ha sido la Alianza del Pacífico; una alianza que debemos promover, fortalecer como un instrumento no solamente de diálogo político y de cooperación, sino de genuina integración entre cuatro países latinoamericanos: México, Colombia, Perú y Chile.

Seguiremos trabajando muy de cerca con los países que integran la Alianza del Pacífico para buscar nuevos horizontes que permitan fortalecer nuestra integración.

Con respecto a las dos principales economías del CONOSUR: Brasil y Argentina, hay que reconocer que la relación económica ha estado por debajo de su potencial, en parte debido a la falta de encuentro, a la falta de voluntad recíproca para establecer acuerdos comerciales.

Esta circunstancia ha cambiado, y hoy es prioridad de la política comercial mexicana, el establecer en el corto plazo acuerdos comerciales con éstas, las dos principales economías del CONOSUR: Brasil y Argentina.

Para eso estamos trabajando, y este esfuerzo que es encabezado por la Secretaría de Economía, avanza de manera alentadora.

Finalmente, permítanme referirme a Centroamérica. Centroamérica, una región en la que compartimos retos y en la que compartimos oportunidades.

Debemos estrechar de manera profunda, real y concreta nuestros vínculos de cooperación, nuestros vínculos económicos y de inversión con los países centroamericanos. En particular, reconocer que los retos de Centroamérica son de desarrollo, no son retos de control migratorio y, por lo tanto, México debe de tener un compromiso efectivo, particularmente con las tres naciones que constituyen el llamado “Triángulo Norte”, Guatemala, Honduras y El Salvador, para tener una presencia más activa, una presencia más solidaria en esta región.

Con respecto a Europa, nuestra prioridad indudablemente en este 2017 es concretar la modernización de nuestro acuerdo integral, que consiste en acuerdos en materia comercial, en materia de libre comercio, acuerdos de carácter político y acuerdos de cooperación.

La modernización particularmente de los aspectos comerciales del acuerdo con Europa, representan una de las oportunidades más grandes que tenemos para la diversificación de nuestros mercados de exportación.

Las negociaciones se han acelerado y avanzan por buen camino, conducidas por la Secretaría de Economía en materia comercial y por la Secretaría de Relaciones Exteriores en materia de diálogo político y de cooperación.

Esperamos, este es el objetivo que hemos expresado a nuestros socios en Europa, poder concretar la modernización del acuerdo dentro de este mismo 2017.

Con respecto a Asia-Pacífico, debemos de reconocer, que ahí están algunos de los principales socios comerciales y origen de inversión que llega a México.

Con Japón, un país que durante décadas ha confiado en México, donde tenemos presencia palpable de empresas japonesas generando empleos y oportunidades de crecimiento en todo el territorio nacional, debemos estrechar nuestros vínculos de cooperación.

Ya tenemos un Acuerdo de Libre Comercio con Japón. Sin embargo, tenemos enormes oportunidades de darle mayor vitalidad a este importante vínculo con una nación líder del continente asiático.

Corea es una nación que ha crecido cada vez como un origen más importante de inversiones que llegan a México, particularmente inversiones de carácter manufacturero, que hoy representan la creación sustancial de empleos en distintas regiones del país.

Es un país con el que todavía no tenemos un acuerdo de libre comercio, pero la Secretaría de Economía ha iniciado el proceso para llegar a este objetivo. Indudablemente una de nuestras prioridades en la relación con Asia-Pacífico es estrechar nuestros vínculos con Corea del Sur.

Con China, que es ya hoy la economía más grande del mundo, una economía con la que tenemos una relación comercial ya muy importante, particularmente por el lado de las importaciones que México hace de China; son casi 70 mil millones de dólares los que importamos cada año de China y, sin embargo, las exportaciones de México a este gran país asiático siguen estando por debajo de su potencial, aunque están creciendo desde una base pequeña, siguen teniendo un nivel que implica un desequilibrio importante en nuestra balanza comercial con China.

Así pues, uno de nuestros objetivos es lograr un mayor equilibrio en el comercio con China, a partir de un incremento en nuestras exportaciones a ese país amigo, con quien tenemos una alianza estratégica, una asociación estratégica integral formada el año 2013, a partir de la visita de Estado del presidente Xi Jinping a nuestro país.

Por otro lado, China constituye una oportunidad importante de atracción de inversiones, inversión en infraestructura, inversión manufacturera, inversión en sectores financieros, como ha venido ocurriendo a partir de haberse estrechado nuestras relaciones diplomáticas con este país amigo, seguiremos por ese camino.

Seguiremos acercándonos a China, seguiremos buscando inversiones y seguiremos buscando ampliar oportunidades para que los exportadores mexicanos tengan un mayor éxito en el acceso a este gran mercado asiático.

Finalmente, en Asia–Pacífico debo destacar la importancia estratégica que tiene el reiniciar conversaciones de carácter comercial con algunos de los países que integraron el TPP. El TPP, que fue un esfuerzo muy importante, en el que participó el gobierno mexicano con lealtad y convicción, sin duda ante el retiro de Estados Unidos es de muy baja probabilidad que el TPP tenga un futuro.

Sin embargo, lo que seguirá teniendo un enorme futuro que hay que hacer realidad es la relación comercial con los países que integraban el TPP, particularmente me refiero a países como Australia, Nueva Zelandia, Malasia o Singapur, con quienes hemos iniciado conversaciones para, a partir de los avances que se lograron en la negociación del TPP, establecer negociaciones que pueden ser bilaterales o que pueden ser a través de un subgrupo de países que integraban el TPP.

Sin duda, es un mercado importante para México, es un mercado de mucho potencial para las exportaciones mexicanas y queremos seguir avanzando por este camino.

Quiero destacar los esfuerzos de atracción de inversiones del Medio Oriente, a partir de la visita de Estado del Presidente de la República a un conjunto de países del Medio Oriente, donde hemos empezado a traer con mayor intensidad inversiones de países que conocen poco a México y que sin embargo cuando lo conocen encuentran un socio confiable, un país atractivo para generar inversiones productivas creadores de empleo.

Vamos a seguir por este camino capitalizando los esfuerzos que hemos hecho en materia de atracción de inversiones con estos países con los que, insisto, el potencial no ha sido aprovechado debidamente.

Es decir, cuando después de este breve recorrido por la geografía internacional, observamos que el mundo presenta oportunidades muy importantes para México.

Oportunidades que se han venido capitalizando a lo largo de los últimos años, pero que hoy nos corresponde con mayor ímpetu, con mayor vigor, desarrollarlas a plenitud.

Quiero, antes de referirme a los aspectos de la relación bilateral con Estados Unidos, establecer que uno de los objetivos más importantes de la política exterior mexicana es nuestra participación multilateral.

México, es un país que cree que el mundo es mejor cuando existen instituciones multilaterales que garantizan la paz. Promueven el desarrollo, protegen el medio ambiente o protegen los derechos humanos.

Creemos y reiteramos nuestra convicción en el sistema de las Naciones Unidas y en las otras arquitecturas multilaterales en un contexto en el cual los nacionalismos exacerbados que empiezan a brotar en algunas geografías, ponen en duda y ponen bajo riesgo la arquitectura multilateral.

México, desde 1945, ha sido promotor de las instituciones multilaterales y la diplomacia mexicana ha tenido momentos estelares en la construcción de este andamiaje.

Hoy, más que nunca, reiteramos nuestra convicción de participar abiertamente de manera activa en los foros y organismos multilaterales.

Con respecto a la relación con Estados Unidos, es innegable que México y el mundo enfrentan un reto inédito.

Un país que durante muchos años fue el principal promotor de las instituciones globales de libre comercio y de la integración de las naciones a través de las relaciones económicas, hoy es un país que tiene un gobierno que las cuestiona.

Indudablemente este cuestionamiento surge a partir de la frustración de muchos ciudadanos norteamericanos, como ocurre también en otras latitudes ante los resultados de esta experiencia de globalización.

Esta realidad, es una realidad innegable que ahí está. Es una realidad que le da un mandato electoral, robusto, claro, al nuevo Presidente de los Estados Unidos.

Sin embargo, y dejo claramente, respetamos el mandato que el electorado norteamericano le ha dado a su Presidente.

Esta posición no debe de reflejarse, no debe de traducirse en agresiones hacia países amigos y, mucho menos, hacia una nación vecina que durante muchos años ha trabajado con lealtad, con transparencia, con convicción, para construir un futuro juntos en América del Norte.

Ante el reto que enfrentamos proveniente de Estados Unidos y su nueva administración, el Presidente de la República ha definido, ha propuesto principios y objetivos muy claros.

Estos principios y objetivos parten, en primer lugar, del absoluto respeto a nuestra soberanía.

México siempre ha sido, es y seguirá siendo un país soberano y actuaremos como tal.

Esto no significa aislarnos del mundo. Por el contrario: significa actuar con convicción, con seguridad en nuestra relación con otros países y así será, como nación soberana que habremos de conducir nuestra relación con los Estados Unidos.

En segundo lugar, un respeto irrestricto al Estado de Derecho, a la Constitución y a las leyes que de ella emanan en México, al derecho internacional y también a las leyes de los Estados Unidos.

Tercero, siempre habrán de encontrar nuestros interlocutores, como principio, una postura constructiva. Entendemos la importancia que tiene la relación con Estados Unidos para millones de familias mexicanas; sabemos que de la relación con Estados Unidos dependen de millones de empleos, exportaciones, flujos de turistas, el flujo de remesas; entendemos la importancia que tiene esta relación y por lo tanto, México habrá de insistir en tener una postura que nos permita construir y acercarnos sobre la base del respeto mutuo e insisto, respeto a nuestra soberanía y al Estado de Derecho.

Un principio adicional es que entendemos a Norteamérica como la coexistencia de tres naciones, no solamente como una relación bilateral. Cualquier conversación, particularmente en materia comercial, debe de ser una conversación entre los tres socios norteamericanos: México, Estados Unidos y por supuesto Canadá.

En reuniones la semana pasada con la Canciller canadiense así ha quedado públicamente expresada la convicción, el acuerdo de ambas naciones, porque las conversaciones, el diálogo y posibles modificaciones al tratado comercial, sean siempre entre tres, es decir, de manera trilateral.

Y finalmente, me refiero al principio rector de cualquier diálogo y negociación con los Estados Unidos, que hemos reiterado ampliamente a nuestros interlocutores, que es el principio de integralidad.

Entendemos que hay muchos temas para los cuales México es importante para los Estados Unidos. Por supuesto en materia comercial México representa un gran mercado para las exportaciones estadounidenses. Hay estados, como el estado de Texas, que tiene una balanza comercial notablemente superavitaria con México; otros estados, por ejemplo Wisconsin, donde las exportaciones de sus productos hacia el mundo, encuentran en México el mercado más importante.

Sabemos que México es un país importante para ellos en materia comercial, sabemos también que para Estados Unidos México es un país importante en materia de seguridad, en materia de combate al crimen organizado, de prevención del terrorismo y por supuesto de cooperación migratoria.

Todos estos temas son importantes para ambas partes, es una realidad que ocurre a partir de la convivencia que la geografía nos ha regalado por la vecindad. Sin embargo, en este momento de definición, ante el reto que representa la nueva postura en Estados Unidos, la postura de nuestro país ha sido clara, expresada en privado y en público reiteradamente, acerca del principio de integralidad; es decir, todos los temas están en la mesa de manera simultánea.

Asimismo, tener principios nos lleva a definir objetivos precisos, no hay una negociación exitosa si no sabemos cuáles son los objetivos que queremos lograr. El Presidente de la República ha expuesto diez objetivos puntuales:

El primero de ellos es el respeto a los derechos humanos y a los derechos civiles, al debido proceso de los mexicanos en los Estados Unidos.

En segundo lugar, que la coordinación migratoria debe de prevalecer, las decisiones migratorias si bien son un ejercicio soberano de las naciones; cuando afectan a terceros, en este caso a países vecinos como es México, no pueden establecerse de manera unilateral; tienen que haber, como ha habido hasta ahora convenios, acuerdos, mecanismos para la gestión del fenómeno migratorio.

En tercer lugar, Estados Unidos y México deben de involucrarse en Centroamérica con un enfoque de desarrollo; no basta con establecer controles migratorios para administrar los flujos de ciudadanos de esos países, que intentan llegar a Estados Unidos atravesando México. Es necesario que Estados Unidos y también México inviertan, nos involucremos, reconozcamos que solamente a través del desarrollo y de la estabilidad de los pueblos centroamericanos; podremos lograr avances en el enfrentar este problema, que es parte hoy de la realidad cotidiana en la convivencia en la región.

En cuarto lugar, la protección como un principio indeclinable a las remesas que envían los mexicanos y mexicanas desde Estados Unidos a México. Las remesas, que hoy representan un volumen muy importante de divisas para nuestro país; tienen más allá de su carácter económico un profundo contenido social.

Las remesas son un acto de solidaridad, de quienes fueron a aportar su esfuerzo a una economía extranjera, que todas las semanas, cada mes envían recursos a los familiares que dejaron atrás.

Una prioridad de la política exterior en nuestra relación bilateral será, por lo tanto, la protección de las remesas, que éstas continúen, y no solamente que continúen sino que no se entorpezcan o no se encarezcan.

En quinto lugar, respecto al fenómeno del crimen organizado, particularmente al tráfico ilegal de estupefacientes, Estados Unidos debe asumir una responsabilidad que históricamente no ha asumido.

 

En primer lugar, reconociendo que uno de los determinantes de este mercado criminal es el consumo, y debe tomar acciones mucho más decididas y eficaces para prevenir el consumo de estupefacientes, pero también atender el flujo ilegal de norte a sur de armas que llegan a manos de las organizaciones criminales en México, y también de dinero muchas veces en efectivo que permite el financiamiento de las operaciones criminales.

En sexto lugar, en materia comercial, el Acuerdo de Libre Comercio debe ser un acuerdo de libre comercio. México no habrá de aceptar aranceles, cuotas o restricciones al comercio.

El Acuerdo de Libre Comercio lo que permite es, precisamente, generar una región donde el libre movimiento de mercancías contribuya a la competitividad, al crecimiento y a la inversión en las tres naciones.

México no rehúye la posibilidad de mejorar un acuerdo comercial que tiene ya más de 20 años en vigor y que, sin duda, puede y debe actualizarse. Sin embargo, su naturaleza fundamental de regir el comercio entre México, Estados Unidos y Canadá bajo el principio fundamental de libertad económica, debe de mantenerse.

También en materia comercial, un séptimo principio es incluir en el Tratado de Libre Comercio nuevos sectores, sectores que no existían cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio, como por ejemplo el comercio electrónico, o sectores que han sido liberalizados en nuestro país, como son las telecomunicaciones o el sector energético.

En octavo lugar, con respecto al libre comercio, cualquier modificación que se haga al tratado debe de contribuir a la elevación de los salarios en México.

No es correcto promover un modelo de integración comercial en el cual las inversiones llegan a México porque en México los trabajadores ganan poco.

Debemos de incorporar a los trabajadores mexicanos a la prosperidad que debe de implicar la globalización y acabar con modelos, establecer incentivos y reglas que permitan acabar con modelos productivos, cuya rentabilidad depende exclusivamente de los bajos salarios en México.

Noveno. Cualquier acuerdo con los Estados Unidos debe reconocer un principio de protección e inversiones.

México ha sido un destino confiable para inversiones no solamente de origen norteamericano sino de todo el mundo, que han llegado a nuestro país confiando en las condiciones económicas que encuentran en México.

Esto debe de prevalecer, esto debe de continuar. Cualquier acuerdo con los Estados Unidos debe tener como premisa que se protejan las inversiones mexicanas, estadounidenses o de cualquier otro lugar del mundo.

Y, por supuesto, un décimo principio es que México cree en los puentes, México no cree en los muros. México aspira a tener una frontera funcional donde se facilite el tránsito de personas y de mercancías.

Una frontera moderna con más tecnología, con más inversión, pero una inversión que facilite y promueva la convivencia entre las naciones. Una frontera que nos una, no una frontera que nos divida.

Por supuesto, al tener este diálogo con los Estados Unidos, un elemento fundamental de la negociación es establecer límites, límites claros y precisos.

Por ejemplo, la no aplicación extraterritorialidad de decisiones del Ejecutivo. Y aquí me estoy refiriendo a las reglas que conocimos a través de memoranda del Departamento de Seguridad Interior sobre el posible envío a México de deportados de otras nacionalidades.

Si bien México es un país solidario con todas las naciones del mundo, México no tiene por qué y no recibirá deportaciones que vengan de Estados Unidos, personas que no sean mexicanas y mexicanos, y así se lo hemos hecho saber a nuestros interlocutores.

Insisto, estos principios, estos límites, estos objetivos específicos deben ser materia de debate, deben ser materia de debate, particularmente en el Congreso de la Unión y en el Senado de la República y deben de, en opinión de un servidor, ser el eje fundamental para la construcción de algún instrumento legislativo como el que se discute ya en el Senado para definir una política exterior de Estado.

Señor presidente, creo que estoy excediendo por mucho el tiempo que me ha sido concedido, apelo a su comprensión para continuar con la exposición o si no lo puedo hacer más adelante, en las respuestas.

Senador Pablo Escudero Morales: Continúe, Secretario.

Canciller Luis Videgaray Caso: Gracias Presidente.

Quiero referirme a las reuniones de trabajo que hemos tenido con nuestros interlocutores del gobierno de los Estados Unidos. La semana pasada recibimos en México y siempre será como país hospitalario que somos, siempre será un honor para el gobierno mexicano recibir a representantes distinguidos de otras naciones, incluyendo nuestro vecino del norte, a los secretarios de Estado y de Seguridad Interna de los Estados Unidos.

El primer tema que tratamos con ellos fueron, precisamente, los decretos que emitió el presidente de los Estados Unidos, el 25 de enero y la memoranda de implementación que fueron publicados la semana pasada.

Respecto a esto, quiero decir, que hemos expresado claramente algunos puntos que para nosotros no son negociables.

En primer lugar, el que debe de existir un absoluto respeto a los derechos humanos de los mexicanos en los Estados Unidos y hemos expresado y lo hicimos públicamente, que en caso de que Estados Unidos no respete los derechos humanos de los mexicanos y las mexicanas, no habremos de titubear ni dudar en acudir a la justicia en los Estados Unidos y también a los organismos internacionales, incluyendo la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, con quien hemos tenido ya reuniones de trabajo en este sentido.

En segundo lugar, hemos establecido nuestro absoluto rechazo a la aplicación extraterritorial de decretos del Ejecutivo en estados en la materia que ya me he referido.

Hemos también expresado la importancia de que en la coordinación en materia migratoria prevalezca, incluyendo los acuerdos locales de repatriación y los distintos mecanismos que ya existen con el gobierno de los Estados Unidos. Por supuesto nuestra actitud siempre será de apertura para revisarlos y hacerlos mejores, pero este es un hecho que debe de continuar.

Por supuesto, rechazamos cualquier intento de militarización de las operaciones migratorias y, debo decirlo también, un tema que tratamos a los secretarios de Estado y de Seguridad Interior de los Estados Unidos, es el tema del Acuerdo de Totalización.

El Acuerdo de Totalización, es un acuerdo ya firmado por México y Estados Unidos en 2004, en el cual se establece la coordinación entre el Instituto Mexicano de Seguridad Social y la Administración de Seguridad Social de los Estados Unidos, para permitir que los trabajadores mexicanos que sean repatriados de manera voluntaria o por deportación, puedan acceder a sus ahorros, a sus depósitos de seguridad social hechos en los Estados Unidos.

Estados Unidos ha firmado acuerdos de totalización en materia de seguridad social con diversos países, casi todos ellos han entrado en vigor. Sin embargo, uno de los pocos que no ha entrado en vigor es este acuerdo con México.

Hemos expresado a los secretarios de Estado y Seguridad que un elemento fundamental de las prioridades del gobierno mexicano, es que se le dé vigencia a este Acuerdo de Totalización, que permitiría generar una red de protección económica muy importante a los migrantes mexicanos que regresan, insisto, de manera voluntaria o por ser deportados.

Un elemento muy importante de la conversación, fue sobre Centroamérica, donde tenemos una coincidencia de que el enfoque estrictamente de control migratorio es insuficiente y atiende los síntomas y no los problemas de origen.

Y, por lo tanto, hemos acordado el que en los próximos meses México y Estados Unidos habremos de ser anfitriones de una reunión de alto nivel, en la que convocaremos a los países del Triángulo Norte, Guatemala, Honduras y El Salvador.

Convocaremos también a los países que tienen un interés en el fenómeno migratorio centroamericano, como es por ejemplo Colombia, como es también Canadá, para participar en un diálogo de alto nivel sobre el desarrollo, sobre la estabilidad de la Región.

De antemano señor Presidente, me permito, desde ahora, invitar al Senado de la República a que sea parte conforme el propio Senado así lo determine y sea parte de este Foro de Discusión.

Finalmente, el último tema que se trató en las reuniones con los secretarios, fue el tema de la seguridad.

Y aquí el Gobierno Mexicano, por conducto del Secretario de Gobernación y también por conducto del Secretario de Hacienda en materia aduanera y de combate al lavado de dinero, hicieron una exposición de las diferentes formas en las que colabora el Gobierno Mexicano con el gobierno de los Estados Unidos, expresando con claridad que México quiere seguir una relación de amplia colaboración, de estrecha comunicación, pero para ello, es necesario que la relación en su integralidad sea una relación genuina, de asociación y de diálogo constructivo en la que dejemos atrás las amenazas y los agravios.

Finalmente, los secretarios de Estado y de Seguridad de Estados Unidos, hicieron una visita de cortesía al Presidente de la República, fue una visita breve, en la cual el Presidente les expresó su preocupación por el estado de la relación bilateral y les enfatizó la importancia de velar por los derechos de los migrantes en los Estados Unidos, de los mexicanos y mexicanas que todos los días aportan a esa nación.

¿Qué hemos logrado en estas primeras cinco semanas de diálogo con la nueva administración?

En primer lugar, hemos abierto todos los canales de comunicación.

Las contrapartes, en los casos donde ya están nombradas en Estados Unidos ya están trabajando y este diálogo habrá de continuar.

Seguimos teniendo muchas diferencias, diferencias que son públicas y notorias pero solamente a través de un diálogo respetuoso y activo habremos de encontrar un camino para soluciones comunes.

El siguiente encuentro de trabajo con el Secretario de Estado ocurrirá en Washington, en reciprocidad a la reciente visita que realizaron y otras contrapartes del Gobierno Mexicano también estarán ya trabajando.

Por ejemplo, la semana que entra el Secretario de Hacienda y Crédito Público habrá de tener su primera reunión de trabajo con el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos.

Hemos logrado en estas reuniones, no solamente abrir los canales de comunicación sino comunicar de manera clara, sin duda alguna, algunas de las posiciones importantes del Gobierno Mexicano.

En primer lugar, comunicar al gobierno de los Estados Unidos, de manera formal, el sentimiento de agravio e indignación que existe en México por las actitudes y las posturas expresadas en la reciente elección presidencial y lamentablemente algunas de ellas que continúan ya en esta etapa de gobierno.

Hemos establecido con claridad algunos de nuestros límites en la relación con Estados Unidos.

Hemos expresado el principio de integralidad que habrá de regir cualquier proceso de diálogo y negociación.

Y finalmente hemos reiterado, siempre, nuestra voluntad de dialogar, de construir de una manera respetuosa.

En materia comercial, quiero precisar que no ha iniciado ningún tipo de conversación.

El Gobierno Mexicano ha tomado la decisión, a través de la Secretaría de Economía, de establecer un periodo de consulta, en un periodo de 90 días.

Quiero aquí también, señor Presidente, reiterar la invitación que por conducto de la Secretaría de Economía, el Ejecutivo Federal extiende al Senado de la República para que, como órgano de Estado preponderante en la política exterior, participe en este proceso de consulta en las modalidades y formatos que el propio Senado de la República determine.

Me quiero referir, y lo haré brevemente porque seguramente habrá preguntas al respecto en materia de protección. Perdón.

Antes de pasar a la protección consular, señor Presidente, quiero entregar a usted por escrito un reporte que estará hecho público, que hacemos un reporte con respecto a las reuniones de trabajo que hemos sostenido la semana pasada con los secretarios del gobierno Americano que nos visitaron.

Entrego a usted formalmente este informe por escrito.

Con respecto a la protección consular quiero decir, y sé que esto ha sido preocupación, una preocupación ampliamente justificada de senadoras y senadores, hemos anunciado el día de hoy una serie de nombramientos tanto en la titularidad del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, el IME, como en algunos consulados que permanecían vacantes, tanto consulados generales, que necesitarán la aprobación del Senado como consulados de carrera.

Los perfiles son todos predominantemente perfiles del servicio exterior, todos con experiencia en la representación consular. Agradezco de antemano la consideración que tenga el Senado de la República a estos nombramientos, que habrán de llegar al Senado esta misma semana y que hemos hecho ya públicos.

Quiero agradecer la solidaridad del Senado con los mexicanos en el exterior, particularmente la gestión de senadoras y senadores de distintos grupos parlamentarios para ampliar el presupuesto de la Red Consular, específicamente dedicado a la protección jurídica de los mexicanos en Estados Unidos.

El día 17 de febrero la Secretaría de Hacienda realizó una ampliación presupuestal; el 23 de febrero recibimos la ampliación líquida; ésta ha sido ya calendarizada para el periodo de febrero a diciembre. Ya se definieron de manera detallada los programas a los cuales habrá de dedicarse y se realizó ya la primera dispersión.

Señor Presidente, entrego a usted también un reporte detallado sobre el destino de estos recursos, que estará disponible a partir del día de hoy en la página de internet de la Secretaría de Relaciones Exteriores y que habremos de actualizar semana a semana, particularmente de manera georreferencial.

¿Qué estamos haciendo en materia de protección consular?

Algunas de las prioridades son:

Primero, una amplia difusión de los derechos de los mexicanos en el exterior frente a las autoridades migratorias y recomendaciones específicas y puntuales de cómo enfrentar los procesos migratorios, tanto para la defensa del acto migratorio, como para la protección de su patrimonio, incluyendo bienes muebles e inmuebles y activos financieros.

En segundo lugar, la Secretaría de Relaciones Exteriores a través de los Consulados, está ofreciendo a todos los connacionales que así lo busquen, diagnósticos migratorios. Esto quiere decir que los connacionales pueden acercarse a su Consulado, exponer su situación y tener por parte de la autoridad mexicana, un diagnóstico de cuál es su situación real de carácter migratorio y, por lo tanto, tener recomendaciones específicas al respecto.

Un tercer elemento muy importante, es la asistencia legal, el grueso de los recursos que ha transferido la Secretaría de Hacienda por gestiones del Poder Legislativo, habrán de dedicarse específicamente a la defensoría legal, a la asistencia de casos individuales, ya sea con despachos externos o con abogados que sean parte del equipo consular.

Asimismo, estamos trabajando en la detección de casos de alto impacto que puedan contribuir a generar precedentes de aplicación general.

Finalmente, señor Presidente, quiero felicitar, agradecer a las senadoras y senadores que han tenido una participación activa y solidaria con los mexicanos en el exterior. Muchas y muchos de ustedes han acudido a los Estados Unidos, han acudido a dialogar con las organizaciones de migrantes y con su trabajo están contribuyendo a enfrentar de mejor manera este enorme reto.

Destaco, por ejemplo, a las y los senadores que se han integrado a esto que se ha llamado la Operación Monarca y que, sin duda, es un esfuerzo que vemos con muy buenos ojos desde el Ejecutivo Federal.

Ofrezco, propongo al Senado de la República sumar esfuerzo, con pleno respeto a la soberanía del Senado de la República, estamos listos para trabajar en equipo. Si así lo requiere el Senado, si así lo solicita, tenemos ya propuestas de próximas giras, de próximos viajes, interlocutores con quienes trabajar.

Aquí hay que hacer un esfuerzo, creemos, un esfuerzo de Estado; un esfuerzo no solamente del Ejecutivo para tener una presencia activa, coordinada, estratégica del Estado mexicano en los distintos órganos de disensión del complejo mapa político de los Estados Unidos de América, en Washington y en todas las regiones.

Insisto, señor Presidente, felicito a las y los senadores por este esfuerzo generoso que están haciendo a favor de los mexicanos en el exterior y nos ponemos a sus órdenes para contribuir, para asistirles, para apoyarles y trabajar en equipo en este esfuerzo que hoy se necesita más que nunca.

Gracias por su tolerancia, señor Presidente y gracias por su atención.

 

Segunda participación del Canciller Luis Videgaray:

Gracias, con su venia presidente.

Trataré de referirme a las intervenciones de todas las senadoras y senadores que hicieron uso de la palabra. De antemano agradeciendo a todas y a todos sus posiciones y sus preguntas.

De hacerlo, quiero dar una opinión de carácter personal; que la doy como mexicano y al doy como Canciller, porque sin duda en la pluralidad del Senado, en el ejercicio de nuestras libertades democráticas, todos tenemos derecho a nuestra opinión y aquí hemos escuchado opiniones distintas.

En mi opinión, en mi convicción la postura del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos frente al nuevo gobierno de los Estados Unidos ha suido firme, ha sido clara, ha sido inteligente y ha sido oportuna.

Que no se confunda las buenas formas de la democracia y de la diplomacia con la falta de firmeza; que no se confunda la prudencia con falta de claridad; que no se confunda la falta de estridencia con la falta de estrategia.

El presidente de México y su gobierno enfrentan el reto histórico con claridad de miras y con claridad de estrategia y quiero referirme a un tema que en varios de los cuestionamientos aparece y que comparto, que es contrario a la parte mexicana, la falta de claridad que observamos en las posturas, en los dichos de nuestras contrapartes norteamericanas.

Preguntaban algunos de ustedes cuál es la postura del gobierno norteamericano, a quién creerle de las diferentes voces que escuchamos.

Aquí es donde destaca algo que algunos de ustedes mencionaron con lo que yo coincido y que lo dijimos claramente a los secretarios que nos visitaron, los secretarios de Estados Unidos que nos visitaron la semana pasada: más que fijarnos en los dichos, México observa los hechos y habremos de responder con claridad, oportunidad, inteligencia y contundencia, ante los hechos, no solamente no a la confusión de las palabras expresadas a través de discursos o a través de las redes sociales.

De eso no debe quedar ninguna duda y creo que tenemos una clara coincidencia de que enfrentamos incertidumbre.

Con respecto a otro tema recurrente, en las intervenciones, es la relación entre la Cancillería y el Senado y la participación del Senado en la política exterior.

Quiero expresar aquí un punto de diferencia y una amplia coincidencia con lo que dijo la senadora Gabriela Cuevas: diferencia, senadora, el Ejecutivo en ningún momento de la administración del presidente Enrique Peña Nieto ha dejado de cumplir con la Constitución.

Las facultades del Senado, expresadas en el artículo 76, fracción primera de la Constitución, son claras: analizar la política exterior a partir de los informes que presenten el Presidente de la República y el Secretario del ramo y en ningún momento ha dejado de respetar la atribución constitucional del Senado, el Ejecutivo. En eso expreso una clara diferencia.

Pero déjenme expresar una coincidencia que creo que es mucho más importante, en algo que usted dijo y que yo comparto plenamente: tal vez hemos desaprovechado una oportunidad, una oportunidad más allá del marco constitucional, una oportunidad de hacer equipo con mayor efectividad.

Usted lo dijo con mucha claridad: la diplomacia de Estado puede ser más eficaz que simplemente la diplomacia del Ejecutivo.

Desde aquí, desde esta Tribuna, como lo dije desde el día 26 de enero que tuve la primera reunión de trabajo con la Junta de Coordinación Política, que mucho agradezco, reitero la voluntad de la Cancillería de hacer equipo por México en los formatos, en los tiempos, en los procedimientos que el propio Senado determine.

No le corresponde  a la Cancillería –y eso lo quiero dejar muy claro- determinar las formas de participación que elija el Senado de la República.

Pero nosotros estamos listos para trabajar en diversos frentes. Por ejemplo:

La presencia de los senadores y senadoras en los Estados Unidos.

Sabemos que es algo que muchos de ustedes lo hacen y como lo dije en mi intervención inicial, lo alentamos y felicitamos.

Pero creemos que seríamos más efectivos si lo hiciéramos de una manera ordenada y estratégica.

Estamos listos, tenemos una propuesta. La propuesta la habremos de presentar al Senado, si es interés del Senado.

No le corresponde al Ejecutivo de manera espontánea presentar una propuesta a esta Soberanía. Pero si el Senado nos la solicita, estamos listos para hacerlo.

Creemos que seríamos mucho más eficaces si multiplicamos las voces y nos coordinamos en la presencia frente a las autoridades del Ejecutivo en Estados Unidos, el Ejecutivo Federal, frente a los gobiernos estatales, a los gobiernos municipales, a los legisladores, al sector privado y por supuesto en los medios de comunicación y los formadores de opinión.

Tenemos una propuesta, será un honor para la Cancillería presentarla en el momento que así nos dé oportunidad el Senado de la República, si es algo que sea de interés de esta Soberanía.

Con respecto a la formación de una política de Estado.

Lo reitero: celebramos la intención del Senado de la República de construir un instrumento legislativo.

En la forma que éste tenga, eso le corresponde al Senado, no a la Cancillería, donde se establezcan con claridad principios, objetivos, límites a la estrategia que deba seguir la política exterior.

Si bien esta es una facultad exclusiva del Ejecutivo Federal, claramente señalada en el Artículo 89, Fracción Décima de la Constitución, creemos que la circunstancia exige que vayamos más allá. La circunstancia, como usted bien dijo, exige que hagamos equipo, que hagamos equipo por México.

Y esto lo refrendo y aspiro a que la presencia de la Cancillería y del Canciller frente al Senado sea frecuente, en los términos en los que así lo decida esta Soberanía.

Por lo pronto aspiro a que pronto tengamos en los próximos días la siguiente reunión de trabajo con el grupo que ha sido determinado por la Junta de Coordinación Política para los efectos que ahí se han señalado.

Senador Bartlett: Me refiero simplemente a una pregunta que usted hacía: ¿Por qué México quiere mantener el Tratado de Libre Comercio de América del Norte?

Lo vamos a mantener si le conviene a México.

Lo dijo muy bien el senador Larios, con quien coincido: el Senado no aprobaría una modificación al Tratado que no convenga a México.

Esto no es un acto de fe, esto no es una profesión dogmática.

El Tratado es un instrumento para generar empleos, para atraer inversiones y si lo que pretende el gobierno de los Estados Unidos, que como bien decía nuevamente el senador Larios, todavía no está claro, es algo que desvirtúe la esencia, la funcionalidad y sobre todo los beneficios para este país, lo hemos dicho muchas veces, es preferible entonces no estar en el Tratado de Libre Comercio.

Aspiramos, aspiramos a que cualquier modificación al Tratado, primero, preserve su naturaleza como Tratado de Libre Comercio y, segundo, cualquier modificación que implique daño y no beneficio a la economía nacional, no la aceptaría el Ejecutivo por conducto dela Secretaría de Economía, que es a quien compete este ámbito y mucho menos, estoy seguro, lo aceptaría el Senado de la República.

Y por cierto, creo que no debemos darle la espalda tampoco a China y creo que China si bien es una nación con la que tenemos un profundo desequilibrio comercial; es una economía grande, es una economía que está creciendo y no tenemos por qué cerrarnos a esa posibilidad de crecer nuestra relación.

Algunos comentarios respecto a la intervención de la senadora Padierna:

Primero, me pregunta senadora por qué no fue el Presidente a CELAC. El Presidente canceló de último momento su participación en CELAC porque fue claramente una reunión que no estaba cumpliendo sus propósitos: no asistieron los presidentes, algunos de ellos cancelando también en las últimas horas previas a la realización de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno; no asistieron los presidentes de Argentina, de Chile, de Brasil, de Colombia, de Costa Rica, por una razón:

La Cumbre no estaba logrando los consensos que tendría que lograr, particularmente México no estaba de acuerdo en que se incluyeran dentro del comunicado resultado de la Cumbre, algunos pronunciamientos que hubieran sido agresiones a otras naciones latinoamericanas.

Creemos que la CELAC no debe ser nunca un instrumento para que se profundicen divisiones en América Latina, al contrario, CELAC debe de ser un instrumento para consolidar la unidad de los pueblos latinoamericanos y del Caribe; y aspiramos a que la siguiente cumbre de CELAC, que habrá de celebrarse hacia el final del año en El Salvador, sea una cumbre exitosa donde se manifieste genuinamente el espíritu de unidad latinoamericano y caribeño.

Hemos acudido a los organismos internacionales. En mi primer mes como Secretario de Relaciones Exteriores acudí a las Naciones Unidas, me entrevisté con el Secretario General de las Naciones Unidas; me entrevisté también con el Secretario General de la Organización de Estados Americanos; con la Secretaria General de la Cumbre Iberoamericana.

Y particularmente en la ONU y en la OEA, lo que hemos pedido es que estos organismos tengan un estado de alerta, que haya una vigilancia cercana de lo que está ocurriendo en el trato a los mexicanos y a los migrantes de otras nacionalidades en los Estados Unidos.

Y como lo expresé hace unos días, la semana pasada con motivo del convenio en el que renovamos nuestra colaboración con la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas; México no habrá de dudar de acudir a todos los organismos internacionales, incluyendo las Naciones Unidas, en caso de presentarse violaciones a los derechos humanos.

Esa es una posición firme, clara y creo, oportuna, del Gobierno mexicano.

Lo mismo en el caso de los arbitrajes. A los arbitrajes acudiremos cuando haya materia para dirimir en un arbitraje; los arbitrajes funcionan en el ámbito económico incluyendo los arbitrajes que están previstos en el propio Tratado de Libre Comercio de América del Norte, por ejemplo el capítulo 19, donde hasta el momento no ha habido modificaciones al Tratado y no ha habido acciones unilaterales del gobierno o incluso de empresas norteamericanas que dieran motivo a nuevos procesos arbitrales, adicionales a los que están en curso.

Hace usted una pregunta muy profunda, senadora, y es una pregunta pertinente: ¿aspira el Gobierno de México a la amistad, al afecto del Gobierno de los Estados Unidos?

A lo que aspiramos es a hacer evidente que al pueblo de Estados Unidos y al Gobierno de Estados Unidos les conviene tener una buena relación con México; como a nosotros nos conviene tener una buena relación con Estados Unidos.

El primer paso es hacer valer las contribuciones, primero, de los mexicanos en Estados Unidos; y en segundo lugar el valor estratégico de la relación con México que tiene Estados Unidos. Estamos convencidos de que es en el mejor interés de los Estados Unidos, tener una relación constructiva con México y eso es a lo que aspiramos hacer valer.

Los afectos siempre serán bienvenidos, siempre serán gratos y apreciados; pero a final de cuentas la convivencia entre las naciones se construye a partir de una comunidad de intereses.

Otra buena pregunta, senadora: el plan fiscal, el plan impositivo del nuevo gobierno de los Estados Unidos.

Al igual que en el tema comercial, sigue siendo un tema de alta incertidumbre. Sería apresurado en este momento alzar la voz o acudir incluso a instancias jurídicas respecto a un plan que ni siquiera conocemos. Hay mucha especulación mediática, muchas veces contradictoria, pasa un poco como con el tema comercial.

Pero de lo que no debe de quedar duda es que México tiene que tener la apertura, el Ejecutivo y el Poder Legislativo a reaccionar y reaccionar rápido.

Si se modifica el marco tributario en los Estados Unidos de tal manera que afecte los intereses y la competitividad de la economía mexicana, México tiene que estar preparado para reaccionar y tal vez modificar su propio marco tributario.

¿Cómo? Todavía no lo podemos saber, porque todavía no conocemos cuál será el destino específico que tenga, primero, la propuesta del Ejecutivo y segundo cuál será el producto legislativo que finalmente emane del Congreso Norteamericano.

Senadora Cuevas, me pregunta específicamente sobre el caso Avena. El caso Avena es un caso importante, siempre lo ha sido porque estamos hablando de la protección de vidas humanas; de vidas humanas de mexicanos a los que se les sentenció a muerte en parte por una falla procesal grave del gobierno norteamericano, que desatendió sus obligaciones en la Convención de Viena en materia de relaciones consulares.

Este es un caso exitoso en el que el gobierno mexicano llevó ante la Corte Internacional de Justicia al gobierno de los Estados Unidos y que en 2004 falló en favor del gobierno mexicano. De los 54 casos, se le dio razón en 51 de los casos al gobierno mexicano.

Este es un precedente, insisto, más allá del altísimo valor que tiene la protección de la vida humana, este es un caso que sienta un precedente muy importante el día de hoy, porque nos habla específicamente de cómo las instancias internacionales pueden proteger a los mexicanos ante la violación al derecho internacional por parte del gobierno de Estados Unidos en caso de que ocurriera. En este caso particularmente, un derecho fundamental para la protección de los mexicanos en el exterior, que es el derecho a la protección consular, a la visita consular en el debido proceso.

El fallo Avena sin duda ha sido exitoso. Diez de los 51 casos ya tuvieron una sentencia que fue conmutada a cadena perpetua. Otros casos están todavía en proceso.

Y tal vez lo más lamentable del caso Avena fue que, si bien el presidente de los Estados Unidos, en ese entonces George W. Bush emitió una orden ejecutiva para obligar a todas las autoridades jurisdiccionales a respetar el fallo, un gobierno estatal, que fue el gobierno de Texas, se opuso y ganó un litigio, por lo tanto no tiene hoy en día validez en los Estados Unidos ante el fallo de la Suprema Corte por el litigio texano.

El fallo de la Corte es que para que tuviera aplicación general, y en particular para estos casos, tendría que emitirse una ley por parte del congreso americano, cosa que lamentablemente no ha ocurrido. Y es algo, por cierto, que en la diplomacia parlamentaria las y los senadores, creo que debe ser una causa importante el que se legisle en los Estados Unidos sobre la aplicación de la Convención de Viena sobre relaciones consulares y las obligaciones que derivan del caso Avena.

Con mucho gusto le hago llegar las cifras particulares de cómo han evolucionado estos 51 casos.

Senadora Sansores, gracias por sus preguntas.

Mire, con respecto a la conversación del presidente Peña Nieto con el presidente de los Estados Unidos, yo no necesito una grabación porque yo estaba presente. Y le puedo asegurar, primero, que la postura del presidente de los Estados Unidos Mexicanos fue de absoluta firmeza, claridad, dignidad y respeto a la soberanía; de eso no debe de quedar ninguna duda.

Y esas filtraciones que conocimos en los medios son absolutamente falsas. De hecho hay varias versiones de esas filtraciones, son tres medios distintos que cada uno presenta una filtración diferente. Lo cual no es el primer caso en el que ocurre; hemos visto una proliferación de filtraciones relacionadas con el gobierno mexicano que no tiene sustento.

Es muy lamentable que especial contexto en el que está ocurriendo la política norteamericana y cómo nos afecta. Pero no debe de quedar duda sobre la actuación del Presidente de México en ésta y en todos los contactos que ha tenido con representantes del gobierno de los Estados Unidos.

Usted dijo una frase que yo suscribo plenamente: la esencia de la negociación o del diálogo debe ser la gente no las mercancías. Por supuesto y así lo dije al inicio de esta comparecencia, la prioridad del gobierno de México es el respeto a los derechos humanos, a los derechos civiles, al debido proceso hacia los mexicanos en el exterior.

Los temas comerciales son de toral importancia, no los minimizo, pero antes de los temas comerciales están los temas humanos y ahí es donde debemos creo que todos y nuevamente el Senado de la República puede contribuir de manera muy importante, y estamos ávidos de tener esta colaboración, podemos contribuir muy importante a la protección de los mexicanos en el exterior.

¿A qué me refería yo cuando hablé de una responsabilidad compartida? Me refería a Centroamérica y me refería particularmente al triángulo norte, a Honduras, El Salvador y Guatemala.

No podemos pretender atender este fenómeno migratorio que se ha acelerado de manera considerable en los últimos tres o cuatro años, si no asumimos también una responsabilidad con respecto al desarrollo y a la estabilidad en la región.

México tiene un fondo de acuerdo a las capacidades presupuestales del Estado Mexicano, en el cual colaboran proyectos de desarrollo en la región centroamericana, no sólo el triángulo norte, asumimos nuestra responsabilidad, pero el gobierno de los Estados Unidos también tiene que asumir su responsabilidad, tiene que compartir la responsabilidad con los gobiernos centroamericanos, con el gobierno de México y por cierto con otros gobiernos que quieren participar, el gobierno de Colombia, el gobierno de Canadá, por ejemplo.A eso me refería yo con una responsabilidad compartida y es un principio fundamental de nuestra relación con los pueblos hermanos de Centroamérica.

Me pregunta usted puntualmente por los haitianos y cubanos, son dos casos distintos desde el punto de vista jurídico. El caso de los haitianos que han llegado fundamentalmente a Baja California, la mayoría de ellos en Tijuana, otros en Mexicali, llegaron ahí por una expectativa generada por el propio gobierno de los Estados Unidos.

Es una migración legal, no entraron a México de manera ilegal y entraron porque iniciaron un proceso en el cual entrarían de manera legal a Estados Unidos bajo la figura del refugio bacilo.

El gobierno de los Estados Unidos, desde los últimos meses de la administración Obama, ha sido particularmente lento en la resolución de cada uno de los casos.

De los aproximadamente 5 mil casos que teníamos a principios del año, han sido ya resueltos poco más de mil, pero quedan todavía 4 mil. Este fue uno de los temas que hablamos en la reunión con los secretarios, en los cuales les pedimos de manera enfática que necesitamos una respuesta, porque al no haber una respuesta definitiva, incluso una negativa, es natural que la persona no se quiera mover.

Si la respuesta es una negativa, asistiríamos a estos ciudadanos haitianos en la mayoría de nuestras posibilidades a retornar a su país de origen o a donde quisieran, pero el problema es que ahorita no hay todavía una respuesta, están a la expectativa.

Claramente aquí es una política de los Estados Unidos y tal vez un cambio en la forma de aplicar esta política, insisto, no por parte de la actual administración, sino esto viene de los últimos meses de la administración anterior, que está generando esta problemática.

El caso de los cubanos es un caso un poco diferente, porque aquí resulta de un cambio de la política migratoria con respecto a Cuba. Usted conoce muy bien esta política que tenían los Estados Unidos de los llamados “pies secos, pies mojados”, en los cuales los cubanos que llegaran a territorio estadounidense por tierra podían solicitar de manera inmediata el asilo político.

Esto generaba un flujo recurrente de hombres, mujeres, niños, familias enteras cubanas, que llegaban a México muchas veces por Centroamérica, a veces por otros puntos de entrada, para llegar a los Estados Unidos.

En los últimos días de la administración Obama cambió esta política y se canceló, lo cual generó que había un número relevante de personas de origen cubana en nuestro país que de pronto veían frustrada su aspiración de entrar a Estados Unidos conforme a las reglas que hasta hace unos días eran vigentes.

Aquí lo que hemos hecho es tener una colaboración muy cercana con un gobierno amigo, que es el gobierno cubano, lo cual nos ha permitido, con el apoyo de la Policía Federal, del Instituto Nacional de Migración, asistir el retorno de estos ciudadanos a su país de origen que es Cuba, conforme nos lo han establecido.

Senador Puente: Coincido con usted. Éste será un proceso largo y difícil. No es un proceso que vayamos a resolver en unos cuantos días.

El Gobierno Mexicano enfrenta este proceso sin pausas pero sin prisas porque no por apresurarnos habremos de llegar a permitir un mal resultado.

Es difícil estimar, conforme a su pregunta puntual, los tiempos de la negociación.

Todo indica que la negociación en materia comercial habrá de iniciar a partir de junio o incluso después y por lo tanto no podemos vaticinar un escenario en el cual en unas cuantas semanas resolviéramos todos los temas y no necesariamente, insisto, es en el interés de México llegar a un resultado apresurado.

Entendemos que hay incertidumbre, esa incertidumbre que queremos atender, particularmente en materia económica, no solamente en los mercados financieros sino también las decisiones de inversión, pero habremos de hacerlo con la prudencia del caso, privilegiando el resultado y no el apresurarnos.

Creo que un buen resultado sería que en este mismo 2017 tuviéramos claridad acerca de por lo menos del marco fundamental de la negociación fundamental, creo que esa es una meta razonable.

Senador Demédicis: gracias por sus expresiones. Tres preguntas puntuales:

¿Cómo respetar los derechos de los ciudadanos mexicanos?

Primero, un elemento muy importante es que los mexicanos en Estados Unidos conozcan cuáles son sus derechos y no solamente es difundir la información sino proveerles de un diagnóstico migratorio, que sepan realmente cuál es su estatus y qué es lo que pueden hacer, qué opciones tienen.

Y, segundo, la defensoría.

La defensoría, ante todas las instancias en los Estados Unidos y ante todas las instancias internacionales, como lo hemos dicho ya reiteradamente:

El Gobierno Mexicano tiene una obligación de acudir ante todas las instancias que nos permitan la protección de los mexicanos en los Estados Unidos.

Y eso es lo que estamos haciendo y eso es para lo que venimos trabajando.

En los casos individuales y los casos de carácter emblemático que pudieran sentar precedentes, precedentes de aplicación colectiva.

Así lo estamos haciendo, los recursos que por iniciativa de la Comisión Permanente, de muchas senadoras y senadores ha recibido ya la red consular se están aplicando específicamente para eso en los términos del Informe que he presentado ya al Presidente de la Mesa Directiva y que está disponible ya en nuestra página de Internet.

Hace una pregunta muy inteligente respecto al muro. Y usted lo dijo con mucha crudeza:

Es una facultad soberana de un país proteger sus fronteras y en estricto sentido no le compete a un gobierno extranjero intervenir.

No escatimamos y no regateamos la soberanía de los Estados Unidos.

No entendemos el muro ni lo entendimos desde 1986 cuando se emitió la primera autorización para empezar la construcción del muro; que empezó en los 90’s y ha continuado en los últimos años, y que hoy tiene ya más de 600 kilómetros. Nunca lo hemos entendido como un tema bilateral.

Es una decisión unilateral, que entonces ya ahora consideramos un gesto hostil, un gesto no amistoso que en nada contribuye a la buena relación entre dos pueblos vecinos, socios y amigos.

Esto lo digo sin menoscabo de que existan elementos específicos dentro del derecho internacional, como aquellos a los que se ha referido el senador don Patricio Martínez, por ejemplo en materia limítrofe y es un caso que estaremos, senador, estudiando y agradecemos mucho la iniciativa que ha tomado usted de estudiar este caso en materia limítrofe y habrá, estamos listos en la Secretaría, particularmente a partir de la CILA, para hacer el estudio técnico del caso que usted generosamente estará presentándonos.

Pero no solamente es en materia limítrofe, puede sr en materia de aguas, puede ser en materia ambiental, puede ser en materia de derechos de los pueblos indígenas; donde pudiera haber elementos que nos dieran, conforme al derecho internacional, capacidad jurídica para actuar en contra de esta decisión unilateral del gobierno de los Estados Unidos, y lo vamos a hacer, no tenga la menor duda; y lo haremos además con transparencia y con pleno conocimiento y participación, en su caso, del Senado de la República.

¿Cómo garantizar el buen trabajo de los Consulados?

Quiero aprovechar esta pregunta, senador, primero para hacer un gran reconocimiento a todos los trabajadores y trabajadoras mexicanas, en esta extraordinaria Red Consular que tenemos en los Estados Unidos; particularmente al Servicio Exterior Mexicano, que no siempre con las condiciones materiales correctas y a veces con un apoyo insuficiente, hacen la tarea apasionada, cotidiana y con un gran amor a México y a los mexicanos en la defensa de los intereses de los mexicanos en el exterior.

Creo que nos corresponde a todos apoyarlos, la mejor manera de garantizar que hagan bien su trabajo es precisamente apoyarlos, como los ha apoyado ya sin duda el Poder Legislativo al promover la transferencia de estos recursos adicionales que habremos de aplicar con toda transparencia, y que sí hacen una diferencia, sí son recursos que hacen una diferencia.

Por supuesto habremos también de monitorear, de vigilar que el trato a los mexicanos por parte de los Consulados y los empleados consulares siempre sea digno. Y aquí agradeceremos mucho que se nos informe los casos en los cuales no sea así; creo que una mayor presencia del Senado acompañando a la Red Consular, puede ser también una manera de enterarnos de estos casos y habremos de actuar por supuesto en consecuencia.

Senador Larios:

Mire, la verdad es que coincido prácticamente con todo lo que usted ha dicho. No podemos partir de la premisa, falsa, de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha sido solamente benéfico para una de las partes, que es México. No vamos a negociar el Tratado de Libre Comercio desde el banquillo de los acusados: cualquier renegociación del tratado la vamos a hacer bajo la premisa de que ha sido un tratado que ha generado beneficios importantes para las tres partes involucradas.

Y tiene usted razón cuando señala que el principal problema que tenemos hoy en la coyuntura, es que no está realmente clara cuál es la posición de los Estados Unidos frente a la negociación del tratado. Nos queda claro que el presidente de los Estados Unidos quiere revisar el tratado; pero en parte porque todavía, hasta el día de ayer apenas se ratificó al secretario de Comercio. No está todavía ratificado el representante comercial, quien es quien típicamente lleva a cabo esas negociaciones.

Los contactos que ha tenido el Gobierno mexicano, particularmente la Secretaría de Economía con su contraparte todavía no han empezado, por una razón práctica e ineludible, no había contrapartes.

En las próximas semanas, y tiene usted razón con respecto a los tiempos, tengo el mismo diagnóstico, en las próximas semanas, ahora que ya hay por lo menos un secretario de comercio, nuestro Secretario de Economía iniciará este proceso de diálogo. Y creo que la sugerencia que usted hace, la propuesta que usted hace es muy pertinente.

Debemos de solicitar con claridad y de manera pública qué es lo que están buscando. Tenemos algo de información, por ejemplo, en la comparecencia ante el Senado de Estados Unidos del recién ratificado secretario de comercio, donde hablaba del capítulo de reglas de origen.

Yo por lo que he platicado con representantes del sector privado de muy diversas regiones del país, no necesariamente debemos estar cerrados a esa discusión. ¿Pero a qué se refieren? ¿En qué términos? ¿En qué tiempos? ¿Con qué objetivos específicos?

Esa conversación no ha empezado y creo que es una propuesta más que atinada el que se haga una solicitud pública respecto a la posición al respecto.

Coincido, no hay que darnos tiros en el pie. No queremos encarecer cosas para el consumidor mexicano, para las familias mexicanas. No debemos entrar en una estrategia de forcejeo comercial, teniendo como principal afectado la canasta básica o a las familias mexicanas, o la competitividad en nuestra economía. Sin embargo, creo que hay espacio, como lo ha habido en el pasado, para establecer una estrategia inteligente que nos dé mejores condiciones de negociación.

Y reitero nuestra voluntad, nuestra convicción de que debe el Senado tener una participación destacada, una participación real de acompañamiento en la negociación de cualquier acuerdo comercial.

A mí en lo personal creo que no debe aplicarse al Senado de la República el concepto o el término de “cuarto de al lado”, ese es un concepto para el sector privado que creo que no reconoce la función constitucional que tiene el Senado, la atribución constitucional que tiene el Senado de aprobar los tratados internacionales, incluyendo los tratados de libre comercio.

Creo, desde el punto de vista del Ejecutivo, que ante la circunstancia y en general como procedimiento regular, es mejor la participación del Senado desde el principio que al final de la negociación llegar y presentarles una sorpresa que puede no necesariamente resultar, tener el mejor resultado en la ratificación del tratado.

En esta circunstancia en particular, creo que con más razón es esencial, es fundamental y así lo he platicado con el Secretario de Economía y esa es la lógica en la que el Gobierno de la República quiere conducir este esfuerzo, insisto, sumando esfuerzos.

Y aquí quiero terminar refiriéndome a algo que dijo, y lo dejo para el final porque es algo que dijo y que tiene que ver con lo que mencionaba el senador Larios, que dijo la senadora Guerra y que yo suscribo plenamente.

Estamos en un momento de tener una diplomacia abierta; de tener una negociación abierta, y así es, senadora, como lo queremos hacer.

Estamos listos para trabajar con el Senado conforme a los instrumentos o los formatos que lo dispongan, la Mesa Directiva, la Junta de Coordinación Política, la Comisión de Relaciones Exteriores, la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte que juega un papel naturalmente clave en este momento.

En el formato, en los tiempos que esta Soberanía lo determine, estamos listos para tener una negociación abierta al Senado y una diplomacia abierta al Senado. Y de antemano le agradezco sus expresiones generosas de apoyo.

Muchas gracias, presidente.

Tercera intervención del Canciller Luis Videgaray:

Muchas gracias.

Gracias, señor Presidente, y agradezco mucho la deferencia de las senadoras y senadores de permanecer en esta comparecencia a pesar de que se ha extendido por mucho ya el tiempo.

Primero intentar ser breve en las respuestas siguientes, pero creo que es importante por la importancia del tema no escatimar en las respuestas a las preguntas individuales.

Senadora Tagle, al inicio de su intervención hizo un comentario con el que yo estoy absolutamente de acuerdo, respecto al papel del Senado. Y creo que sería perder una gran oportunidad como Estado mexicano, limitarnos a una lectura textual de los artículos 76, fracción I; y 89, fracción X, de la Constitución.

Creo que en una interpretación moderna de la Constitución debemos de fortalecer la participación del Senado y en general del Poder Legislativo, incluyendo la Cámara de Diputados, como órganos de contrapeso y rendición de cuentas. Esto como un principio fundamental de coincidencia.

En este momento con mayor razón. En este momento en que la nación se ve amenazada creo que debemos de construir, como se ha dicho muchas veces en esta comparecencia, una auténtica política exterior de Estado, no simplemente la conducida por la Secretaría de Relaciones Exteriores o por el Ejecutivo.

Y coincido también con usted, no debe de aspirar nunca el Ejecutivo a un respaldo casi incondicional o irreflexivo por parte del Senado de la República; por el contrario, lo que nos fortalece, lo que nos da vitalidad democrática en el mejor sentido de la palabra es precisamente la discusión de las ideas.

Y yo nunca voy a interpretar, nunca interpretaré la crítica o la diferencia de opinión que exprese alguna senadora, algún senador como algo que no sea constructivo para la labor que desempeñamos.

Y aquí me refiero a algo que decía el senador Héctor Flores en su intervención. Por supuesto, senador, hay que reconocer los errores; estamos más que abiertos a la crítica. Hay que estar abiertos a la crítica y a la autocrítica.

Me refería yo a un punto en particular, a lo mejor es lo que motivó su intervención, yo no creo que el Ejecutivo haya violado la Constitución en la rendición de cuentas al Senado o en la participación del Senado; sin embargo, y también lo dije con motivo de la senadora Cuevas, y lo digo ahora, la senadora Tagle, podemos hacer mucho más juntos.

Más allá de las interpretaciones constitucionales, creo que tenemos una exigencia histórica, y hay una oportunidad, pero creo que tenemos que dar el paso que le toca a los órganos de Estado de pasar de una unidad nacional fundada principalmente en reacciones emotivas, a cómo articulamos una política de Estado que nos dé fortaleza como nación frente a los retos que vienen del exterior. En ese sentido, por supuesto la crítica siempre será bienvenida.

Aspiro también que a quienes hablamos representando al Ejecutivo también se nos tolere tener diferencias de opinión, que creo que se valen, son sanas y es lo que se espera de una democracia vigente.

Continuando senadora Tagle con sus preguntas, la participación de México en los foros latinoamericanos ha sido siempre activa y va a seguir siendo muy activa.

Debo decirle que hemos recibido con gran alegría las muestras de solidaridad de distintas naciones de América Latina, en pronunciamientos de presidentes o presidentas, en las cancillerías y hemos entrado en comunicación muy directa.

Hemos hablado con ellos, he hablado ya prácticamente con todos mis pares, con algunos me he reunido; estaré pasado mañana en Costa Rica en una reunión del Sistema de Integración Centroamericana, del SICA, donde tendré la oportunidad de platicar nuevamente con varios de ellos y a todos les agradecemos la solidaridad.

Les pedimos que alcen la voz en defensa de México, que lo hagan pensando en México como una nación fuerte y soberana. México no debe asumirse ni nos asumimos como víctimas. Somos una nación soberana, así encaramos las negociaciones, con el orgullo que nos da ser mexicanos, entendiendo las enormes fortalezas que tiene este país y así se lo hemos comunicado a las naciones de América Latina.

Por cierto, con algunas de ellas, con las que no tenemos acuerdos comerciales, les hemos señalado que la mejor manera de apoyar a México en este momento, más allá de las declaraciones solidarias que mucho se agradecen o de los pronunciamientos de los órganos multilaterales, es acelerar nuestras negociaciones comerciales. Es el caso, por ejemplo, de Brasil y de Argentina, de quienes hemos tenido una respuesta francamente positiva.

Me he referido ya a las medidas específicas para proteger a los migrantes en Estados Unidos. Creo que lo más importante es que podamos dar una atención jurídica oportuna y eso significa primero que el mexicano o mexicana conozca su situación, entienda su situación, entienda sus derechos, conozca el procedimiento, y acuda a nosotros a tiempo.

Por eso el primer paso es información y es el diagnosticar a cada uno de los mexicanos que se acercan con nosotros, cuál es su situación migrante.

El siguiente paso es acudir a los órganos jurisdiccionales y para eso necesitamos abogados y para eso necesitamos recursos. Por eso son importantes los mil 70 millones de pesos que nos ha transferido ya la Secretaría de Hacienda y ahí está el reporte que hemos presentado al Senado y que  hemos hecho público, y que seguiremos reportando de manera frecuente sobre cómo va el avance, que no se defina otra cosa.

Lo estamos realmente destinando a este propósito, porque la defensa jurídica necesita más allá de voluntad, necesita primero recursos humanos, estamos contratando a 320 trabajadores temporales que nos ayuden en esta tarea, pero necesitamos contratar despachos de abogados, necesitamos financiar casos.

Hay algunos casos que son costosos pero que vale la pena mucho defender, no solamente por el interés propio de la persona en cuestión, sino porque pueden establecer precedentes y algunos casos son complejos y necesitamos especialistas, eso es lo que estamos haciendo.

Hemos hecho la distribución del dinero que aparece en los anexos del informe que les presentamos al presidente de la Mesa Directiva, donde viene renglón por renglón a qué programa lo estamos dedicando, son cuatro programas fundamentalmente, incluyendo el PALE, el Programa de Asistencia Legal en el Extranjero y también la distribución que estamos haciendo por consulado.

Porque estamos tratando a partir de la experiencia de los propios cónsules y de la Secretaría, de anticipar los volúmenes de demanda.

Lo que estamos viendo es un crecimiento muy importante en el primer mes de la administración nueva en Estados Unidos, de la demanda por acercarse a los consulados. Entonces tenemos que estar preparados.

Pero en concreto ¿qué estamos haciendo? Activar la defensa jurídica, no podemos ser omisos en ello y la defensa jurídica tiene además una ventaja muy importante: el involucrarnos en los casos nos permite también conocer posibles elementos de litigio internacional, donde se presenten violaciones a los derechos humanos, a los derechos respecto a la visita consular o a la Convención de Viena o a otros instrumentos de derecho internacional, el involucrarnos en los casos concretos nos permite generar elementos de prueba para sustanciar estas acciones a nivel internacional.

Entonces, aquí no hay sustituto ahora. Algo que estamos haciendo es que lo estamos haciendo trabajando de manera muy cercana con las organizaciones. Hay organizaciones que ya están participando en la defensa legal y queremos sumar esfuerzos con ellos.

La Secretaría conservará el liderazgo estratégico en algunos casos que consideramos pueden sentar precedentes.

Pero en otros casos lo que conviene es darle el apoyo a las organizaciones que tienen capacidad jurídica de hacer defensoría que tiene práctica exitosa en el litigio. Esta es no solamente una convicción sino una necesidad.

Con respecto a Canadá, la pregunta específica: creo que se generó una especulación sin fundamento respecto a la postura del gobierno canadiense, tal vez del Gobierno Mexicano.

Afortunadamente tuvimos la oportunidad de tener una reunión de trabajo con el gobierno canadiense la semana pasada en Toronto y como se pudo ver en las declaraciones de prensa que hicimos nosotros y que hizo el gobierno canadiense, es muy clara la convicción de trabajar juntos para cualquier modificación que se haga al Tratado de Libre Comercio, es un Tratado Trilateral y así habrá de llevarse a cabo la negociación.

Con respecto a la protección de los empleos, en buena medida depende de la negociación comercial y una de nuestras prioridades en la negociación comercial, que todavía no ha empezado, como lo he señalado antes, ya no quiero repetir el procedimiento, pero es precisamente la protección de los empleos.

Y debemos de ir más allá de simplemente la conservación del puesto de trabajo, sino generar condiciones, un entorno que favorezca el mejoramiento salarial sostenido.

Insisto: no podemos pretender que la competitividad de México en el exterior sean los bajos salarios de los mexicanos. Eso beneficia a las empresas nacionales o globales, pero no beneficia a la gente.

Tenemos que ir a un modelo de libre comercio en el cual el trabajador mexicano esté en el centro de la discusión y no sea un accesorio para la competitividad ajena.

Respecto a la retención de los mexicanos, hay que reconocer que los flujos migratorios han cambiado enormemente. Hoy los flujos migratorios entre México y Estados Unidos son positivos a favor de México. Es decir, hay más mexicanos que regresan de manera voluntaria o por la vía de la deportación, que los que van hacia Estados Unidos.

Es decir, el fenómeno migratorio que en buena medida fue un fenómeno económico, hoy está siendo revertido y no es un fenómeno de un solo año, es una cosa que ha ocurrido conforme los mexicanos encuentran mejores oportunidades en México que en Estados Unidos.

¿Es suficiente lo que estamos haciendo? Definitivamente no. Y la respuesta tiene que ser la creación de empleos y empleos bien remunerados y dignos.

Senador Bartlett: agradezco su precisión sobre China. Creo que entendí mejor en esta segunda exposición su comentario y coincido con usted en algo fundamental que usted dice:

No se puede entender nuestro déficit comercial, nuestro superávit comercial con Estados Unidos si no analizamos a la luz del déficit más grande que tenemos con China.

Es evidente que la plataforma de libre comercio en América del Norte interactúa con otras naciones, es el caso particularmente de China.

Usted se refiere a esto como un efecto de triangulación, tal vez es un buen calificativo para referirse al fenómeno.

Esto pone en evidencia lo importante que es la discusión respecto a algo que decía el Senador Larios hace un ratito, cuando hablaba de las reglas de origen.

Reglas de origen demasiado laxas lo que permiten es precisamente este fenómeno que además acentúa el uso de mano de obra mexicana en condiciones de bajos salarios. Será sin duda uno de los temas en la discusión.

Efectivamente la Iniciativa Mérida está ya en su última etapa.

Independientemente de calificar si fue buena o mala, lo que le puedo asegurar senador, es que no será una ficha de negociación para aspectos comerciales o alguna otra naturaleza.

No vamos a permitir que se utilice la Iniciativa Mérida como algo que influya en las decisiones del Gobierno Mexicano hacia adelante, insisto, sin emitir juicio sobre las bondades de la Iniciativa Mérida.

Con respecto a la inspección:

Habla usted de la modificación que se hizo a la Ley de Armas de fuego. Me pregunta si estoy al tanto:

Senador: la conozco bien. Esta modificación no e hizo porque fuera parte del uniforme la portación del arma de cargo.

Se hizo para permitir una mejora sustancial en la eficiencia aduanera del país, en particular gracias a esta reforma se ha permitido instalar en algunas aduanas del país, no todas, son pocas, han sido principalmente proyectos piloto; el primero de ellos fue en el aeropuerto de Laredo, de lado americano, donde tenemos agentes mexicanos portando un arma, que están realizando la revisión aduanal de productos que van a ingresar a México, y se hace la revisión aduanal al mismo tiempo entre los agentes mexicanos y los agentes americanos.

Esto lo que ha permitido es reducir los tiempos de espera en las aduanas en cerca de 75 por ciento. Tenemos el segundo proyecto, fue en Tijuana, en Otay, donde para la exportación de productos agrícolas a Estados Unidos se tiene una revisión en territorio mexicano. Portan los agentes el arma de cargo, eso les permite llevar a cabo con legalidad su función aduanera y esto está reduciendo de manera muy importante los tiempos de espera para la exportación de productos perecederos hacia Estados Unidos.

Esto es un beneficio muy importante para la competitividad del país. No se pretende que a partir… no hay agentes, por cierto, migratorios, no hay ninguna operación de inspección conjunta migratoria que esté funcionado; las que se han habilitado son de carácter exclusivamente aduanales.

Y creo que es una cosa que debe de continuar, es una cosa que debe de continuar; no creo que el que tengamos un grupo de ocho o diez agentes migratorios cargando un arma de cargo, represente una amenaza grave a la soberanía; por el contrario, lo que sí representa es una ganancia muy importante en eficiencia y en competitividad para los productos mexicanos que se exportan a los Estados Unidos.

Senador Aréchiga:

Con respecto a las naciones centroamericanas, me pregunta usted sobre cuál es la estrategia; de alguna manera lo he esbozado ya en mis intervenciones anteriores, me permito repetir que nuestra estrategia frente a los países centroamericanos, particularmente los del Triángulo Norte, parte primero del absoluto respeto a los derechos humanos, lo cual representa un reto importante y hemos creo que avanzado de manera relevante, aunque todavía hay mucho que hacer.

Segundo, un enfoque que no sea de control migratorio, sino que sea un enfoque de desarrollo y donde estamos pidiendo a los Estados Unidos de América que se involucre en el desarrollo de la región, más de lo que hasta ahora han hecho, han hecho algunos esfuerzos en la administración anterior, pero a todas luces son incipientes o insuficientes.

Creo que es algo que debe de ocurrir. Ya tuve yo una reunión de trabajo con los cancilleres de estas tres naciones, les expusimos la posición mexicana. Y también les dijimos algo que creo que es importante: cualquier acuerdo que México llegue con Estados Unidos o con cualquier otro país, que tenga un impacto sobre nuestra relación con estos tres países, no será una sorpresa para ellos; habremos de involucrarlos como deben hacer las naciones que son vecinos, que son amigos y que son socios, como lo somos de las naciones de América Central.

Senador Ríos Piter: Coincido, senador, creo que la percepción no está a la altura de la realidad y eso debe a todos hacernos más activos y reconocer que es algo en donde podemos contribuir todos. Creo que la importancia de consolidar una política exterior de Estado, con la participación del Senado, uno de los beneficios importantes que puede tener es eso, es que si hay un acuerdo amplio no necesariamente unánime, pero sí un consenso muy amplio; nos permitiría llevar una sola voz y multiplicarnos entre todos. Creo que el reto de la percepción es real.

Repito, nuestra posición con respecto al muro es la que usted ha escuchado tanto en esta comparecencia como en otras expresiones públicas anteriores e insisto, en el momento en que exista materia, por supuesto que acudiremos a los organismos internacionales.

La materia, y aquí me adelanto a un comentario y pregunta del senador Flores, de Acción Nacional, respecto a cuál es nuestra posición. Nuestra posición siempre va a ser el respeto a la soberanía de México y el reconocimiento a la soberanía de las naciones, en estricta reciprocidad.

La construcción de cualquier tipo, una barrera física o de cualquier otra naturaleza que haga el gobierno norteamericano en territorio americano, es en ejercicio de su soberanía. Y si no somos capaces de tener la madurez a pesar de la intensidad del momento de reconocer ese principio fundamental del derecho internacional, muy poco estamos haciendo para la legitimidad de la defensa de nuestros derechos también en materia internacional cuando se afecte la soberanía de México.

Esto no significa que demos nuestro beneplácito a semejante acción unilateral del gobierno de los Estados Unidos. Rechazamos categóricamente esta acción; la consideramos un gesto hostil, un gesto no amistoso y por supuesto no habremos de colaborar en ella de ninguna forma.

Y por supuesto, en caso de que en su desarrollo se viole cualquier tipo de precepto internacional y de carácter jurídico, habremos de actuar en consecuencia.

Pero insisto, el reconocimiento de la soberanía de cualquier nación, incluyendo la de los Estados Unidos, es una parte fundamental de la exigencia de reconocimiento y respeto a la soberanía nacional.

Con respecto al dinero de los consulados, he presentado un informe, senador, espero que sea satisfactorio. Ya se realizó la primera ministración a los consulados en febrero, hace apenas unos días, y ya se calendarizó para el resto del año, consulado por consulado y programa por programa.

Creo que es una materia de alto interés. Por supuesto, si el Senado de la República quiere tener alguna reunión de trabajo o algún otro acto de rendición de cuentas específico, estamos a sus órdenes para hacerlo en los términos que determine el Senado.

Senador Flores, con respecto al tema de los derechos humanos. Primero, independientemente de cuáles sean las condiciones objetivas al interior del país, eso no debe de ser motivo para suavizar o renunciar a la promoción de los derechos humanos de los mexicanos en el extranjero.

Reconocemos que México es un país que tiene enormes retos en materia de derechos humanos. Reconocemos que el escrutinio internacional, somos un país abierto al mundo en la materia, es algo que fortalece esta transformación institucional necesaria e impostergable.

Y por supuesto un foco en el que tenemos que poner especial atención es, como usted lo señala, el respeto a los derechos humanos de quienes transitan por México.

Hay casos que sin duda alguna son inaceptables. Creo que ha mejorado la incidencia de estos casos es menor que en el pasado, gracias a una serie de protocolos de colaboración que tenemos, incluyendo con los países centroamericanos pero es una asignatura pendiente.

No eludimos la responsabilidad, debemos reconocerla, debemos trabajar en ello, pero eso no debe de ser en ningún momento argumento para dejar de defender con todo vigor el respeto a los derechos humanos de los mexicanos en el exterior.

Y con respecto a su último comentario, coincido, es un señalamiento recurrente en distintas comunidades y medios de opinión en el mundo, no solamente en Estados Unidos. Y coincido con usted con la importancia de acabar la implementación de la reforma en toda su plenitud. Creo que es una asignatura pendiente y coincido con usted, es una asignatura urgente.

Finalmente, senadora Ortiz, coincido sobre el principio de integralidad, eso es algo que debemos de insistir. Ha sido la posición firme y clara desde el principio de la negociación.

Con respecto a esta nota periodística, amablemente el presidente del Senado me la compartió mientras estábamos en la mesa. Miren, no he leído la nota. Por supuesto este tipo de expresiones si son reales, si van en serio son bienvenidas, pero hasta no ver no creer.

Seamos cautos y seamos pacientes en el tema, pero por supuesto es algo que, de ser cierto, es bienvenido y me lleva a una pregunta del senador Flores, que hablaba sobre la posición de México ante una reforma migratoria en los Estados Unidos.

Yo creo que por supuesto una reforma migratoria en los Estados Unidos, que le dé certidumbre jurídica a los mexicanos que trabajan allá, es de gran interés para México y para el gobierno mexicano.

Debemos entender que se trata de un asunto estrictamente doméstico y no los sentimientos de solidaridad no deben de hacernos confundir la naturaleza jurídica del debate, se trata de una discusión interna en los Estados Unidos, que tiene un enorme impacto hacia los mexicanos allá y a las familias que están acá.

Cuando el gobierno mexicano se ha involucrado activamente en el cabildeo de reformas de esta naturaleza, no necesariamente los resultados han sido los más positivos. Creo que tenemos que tener una estrategia inteligente, puede ser un cabildeo directo o indirecto, según convenga, pero coincido con usted y eso es algo muy importante, es un tema que tiene que estar en la agenda, con una estrategia inteligente, pero es sin  duda algo que tiene que estar en la agenda y analizaremos cualquier anuncio, por cierto, que venga a partir de las notas que estamos conociendo apenas en estos minutos.

Finalmente, para concluir, retomo un punto que mencionaba la senadora Graciela Ortiz: creo que si algo ha quedado claro en esta comparecencia es que tenemos una coincidencia fundamental. Hay distintas opiniones, podemos estar de acuerdo o no en la política pública, en la evaluación que se hace de la actuación gubernamental, estamos abiertos por supuesto a la crítica, pero hay algo en lo que creo que hoy es más evidente que nunca, que nos une, y decía Graciela es el amor a México.

Me permito añadir algo, senadora: creo que es el amor a México y es el orgullo de ser mexicanos y no hay una posición donde uno siente un orgullo más profundo, creo yo, que el de representar a México en el exterior, como lo hace el servicio exterior mexicano y como hoy tengo el privilegio de hacerlo.

Estamos sin duda ante un proceso complejo, un proceso difícil, no será corto, pero tenemos una enorme fortaleza que es la fortaleza de ser mexicanos y el orgullo de pertenecer a esta gran nación.

Agradezco, señor Presidente, la paciencia del Senado de la República y me reitero a las órdenes del Senado, no solamente un servidor, sino toda la Cancillería para continuar en este ejercicio republicano de dialogo y construcción de acuerdos.

Muchas gracias.

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