Canciller Claudia Ruiz Massieu: General de División, Diplomado del Estado Mayor, Tomás Jaime Aguirre, Director General de Personal de la Secretaría de la Defensa Nacional, Contraalmirante de Cuerpo General Diplomado del Estado Mayor, Enrique Luis de Jesús Pinillos Fonseca, Director General Adjunto de Control de Personal de la Secretaría de Marina, Subsecretarios, miembros del Servicio Exterior Mexicano y personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores, miembros de las Fuerzas Armadas de México, muy buenos días, tengan todos ustedes.

Es un verdadero honor presidir esta ceremonia de izamiento de nuestro Lábaro Patrio, venimos con profundo respeto y orgullo a ver ondear nuestra bandera, en este Campo Marte que no sólo simboliza el heroísmo y lealtad de las fuerzas armadas de México, sino que es punto de unión entre quienes defienden la integridad de la patria y el pueblo de México que les tiene irreductible confianza y se enorgullece de ustedes.

En la Secretaría de Relaciones Exteriores, sabemos bien lo que nuestra bandera representa, es la expresión más evidente de la unidad nacional, aquí y en el exterior y símbolo de nuestra convicción compartida de que el futuro de México, sólo puede ser concebido en términos de grandeza, es esa certeza precisamente, la que nos hace trabajar día a día en la defensa y promoción de los intereses de México en el mundo.

Intereses que para nosotros, no son un ideal abstracto, sino el conjunto de anhelos y aspiraciones de los mexicanos que dentro y fuera de nuestras fronteras, contribuyen al desarrollo nacional, en esa tarea confirmamos que la bandera de la patria, no es un símbolo estático, sino la expresión de una comunidad en movimiento, un proyecto que se consume día a día con nuestro esfuerzos y nuestra determinación y que se cristaliza cada vez que nuestras acciones, permiten transformar para bien, las condiciones de vida de los mexicanos y contribuir al engrandecimiento de México.

Por generaciones, los mexicanos, hemos mantenido la inquebrantable lealtad a las instituciones democráticas y la convicción de que construir el México de derechos, libertades y prosperidad incluyente que se contiene en nuestra Constitución, es tarea de todos.

Bajo el liderazgo del Presidente de la República, el Licenciado Enrique Peña Nieto, esa visión se ha transformado además en una tarea central, la de trabajar de manera total, sin descanso para sentar las bases del desarrollo económico y social de México en el Siglo XXII.

Como en 1917, hace tres años entendimos que era necesario dar un paso adelante para poner en marcha una serie de reformas transformadoras, capaces de responder como en los hechos, lo han hecho a la exigencia de hacer vigente en México una sociedad más integrada y con un futuro brillante para la mayoría, un México cada vez más próspero e incluyente.

A la mitad del camino, tenemos ya una certeza, el ciclo de reformas, impulsado por el Presidente de la República, rinde ya resultados tangibles y significativos y darán más por los años que tenemos por delante.

Por lo que toca a la política exterior, con nuestras acciones en el mundo sentamos las bases para que México, sea un motor de progreso global y para que el mundo se convierta en una fuente de oportunidades para los mexicanos dentro y fuera de nuestras fronteras.

México, es grande, por historia, por presente y por el futuro que nos corresponde, con responsabilidad decidida y contundente aportamos a esta grandeza, la construcción de un orden global, favorable al desarrollo sostenible y a la preservación de la paz y la seguridad internacional.

Señoras y señores, con decisión incólume y un alto sentido de la responsabilidad, nuestro Primer Mandatario ha dado pasos claros para llevar a México a su máximo potencial, los frutos de las reformas que impulsó al inicio de su administración, tendrán efectos multiplicadores para el bienestar económico y social de nuestro país, serán cada vez más tangibles en el futuro inmediato.

Todos nosotros compartimos el honor y responsabilidad de ser parte de ese esfuerzo transformador, debemos demostrar con hechos y no sólo con palabras que trabajamos diariamente para hacer realidad el México en paz, prospero, incluyente, con oportunidades de calidad para todos y que se despliega con responsabilidad en el ámbito global.

A ese apasionante proyecto, la patria concebida como comunidad en ejercicio que se realiza diariamente a través de las acciones comprometidas de cada uno de nosotros debemos consagrar nuestra voluntad, nuestra inteligencia y nuestro orgullo de sabernos mujeres y hombres libres, ciudadanos plenamente entregados a la construcción de esta gran nación, que es México.

Los convoco a que el día de hoy honremos a los mártires de la patria, honremos a nuestra bandera como una expresión viva de nuestro proyecto de nación como un simple símbolo claro y contundente  de nuestra identidad y como un recordatorio de que el destino de la patria, se proyecta hacia el futuro, gracia a las acciones que hoy tomamos para ser frente a los desafíos que se nos presentan, frente al lábaro patrio, renovemos ese compromiso de entrega y trabajo permanente para hacer realidad nuestras aspiraciones nacionales.

Muchas gracias.  

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