Señora Lilianne Ploumen, Ministra de Comercio Exterior y Cooperación para el Desarrollo de los Países Bajos; Isabella Lövin, Ministra de Cooperación Internacional para el Desarrollo de Suecia; Newby Kumwembe, Secretario Principal del Ministerio de Finanzas de Malaui;  Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres; María Eugenia Casar, Administradora Asociada del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; Gabriela Ramos, Directora del Gabinete de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico;  Geraldine Fraser-Moleketi, enviada especial para cuestiones de género del Banco Africano de Desarrollo; Alejandra Scampini, Asociación por los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo; respetables panelistas y asistentes.

Agradezco su presencia. Es una gran satisfacción copresidir este encuentro de la Alianza Global para la Cooperación Eficaz al Desarrollo.

La cooperación internacional es un principio rector de la política exterior mexicana; un principio normativo incluido en la Carta Magna de mi país.

Cooperar implica ser parte del esfuerzo global en favor del crecimiento y el bienestar. En una palabra, cooperación es desarrollo compartido.

Sin embargo, la realidad actual es compleja y las necesidades son numerosas. Requerimos de la reingeniería de las políticas de desarrollo y de respaldo financiero y técnico para atender este reto. Requerimos, también, de actuar en conjunto y de sumar voluntades.

Así lo entiende México. Desde hace cuatro años, nuestra Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la llamada AMEXCID, busca aportar al éxito del combate global contra la pobreza y la desigualdad.

Su esfuerzo se finca en fórmulas innovadoras, cooperación triangular, vertical y horizontal, suma de cooperantes tradicionales y emergentes, participación del sector privado, académico y las entidades subnacionales de gobierno.

Asumimos que los paradigmas de la cooperación están cambiando, y por ello como copresidentes de la Alianza Global, promovemos los principios de la efectividad: la apropiación por los países de sus propias estrategias de desarrollo, el enfoque en resultados, las alianzas incluyentes, y la transparencia y la responsabilidad compartidas.

El fortalecimiento institucional y el monitoreo de las acciones de cada país serán medios esenciales en los procesos de aprendizaje y en el mejoramiento de comportamientos.

Ningún actor por sí sólo puede encarar el desafío de la cooperación y aportar las soluciones requeridas. Tampoco  llegaremos lejos si en el esfuerzo colectivo dejamos de lado a grupos o sectores.

La cooperación debe ser por ello incluyente, y asumir como lección la aportación histórica de las mujeres al crecimiento y el bienestar.

Por esta razón, México es consciente de la estrecha relación que existe entre igualdad de género y desarrollo, por lo cual nuestro país ha impulsado medidas concretas que son sensibles al género.

Señalo dos ejemplos de ello. El primero tiene que ver con estadísticas e información, las cuales México considera cruciales para la formulación de la política pública. En el XVI Encuentro Internacional de Estadísticas de Género, realizado en México, fortalecimos las metodologías para generar información estadística e indicadores relacionados con el género, y compartimos conocimientos con una diversidad de actores, avanzando así hacia una mayor igualdad y hacia la erradicación de la violencia de género.

Sólo podremos empoderar a la mujer con información veraz, avanzada, que nos permita formular planes nacionales con perspectiva de género y monitorear las acciones emprendidas, en un marco de transparencia y rendición de cuentas.

Las experiencias en México y América Latina nos muestran que el diálogo entre técnica y política ha ayudado a identificar metas y medir el avance hacia ellas.

El segundo ejemplo se vincula con el establecimiento en México de la perspectiva de género como una estrategia transversal de gobierno. En el rubro presupuestario, desde 2008 México estableció parámetros básicos para la construcción de un presupuesto orientado a reducir y eliminar las brechas de desigualdad entre mujeres y hombres.

De un universo de 602 programas presupuestarios con Matriz de Indicadores de Resultados, hoy utilizamos metodologías que garantizan erogaciones para la igualdad entre mujeres y hombres en prácticamente todos los ramos y rubros en los que se clasifica el gasto público. El modelo presupuestario mexicano nos permite identificar quién y en qué se gasta en beneficio de la igualdad entre mujeres y hombres.

Las erogaciones específicas para mujeres y de impulso a la igualdad de género se han triplicado, manteniendo una tendencia al alza en cada ejercicio fiscal. Por ejemplo, para el ejercicio 2016, de acuerdo a datos del Paquete Económico enviado por la Secretaría de Hacienda de México, el 85.61% de las erogaciones del Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario tiene impacto en beneficio de la igualdad entre mujeres y hombres.

Con acciones como éstas, y con una activa participación en foros y espacios incluyentes como el que hoy nos convoca, México avanza en transversalizar la perspectiva de género en el ejercicio del gasto, en su legislación, y en la coordinación de sus políticas de cooperación al desarrollo.

Sin duda, la igualdad de género es una de las herramientas más importantes para alcanzar un desarrollo más eficaz.

Señoras y señores:

No habrá desarrollo sustentable sin igualdad. Nuestra Alianza Global debe consolidarse como un foro multiactores, plural e incluyente, cuyas acciones consideren a la mujer como un pilar fundamental.

En este sentido, damos la bienvenida a la iniciativa de Kenya de incluir la dimensión de género como uno de los temas centrales de la Segunda Reunión de Alto Nivel de la Alianza Global, que tendrá lugar en Nairobi en 2016.

Aprovechemos este evento para seguir impulsando el cambio, para sumar capacidades técnicas a la voluntad política, para promover la igualdad y asegurar que la cooperación al desarrollo sea plenamente eficaz.

Muchas gracias.