El Gobierno de México se ha destacado por su congruencia política y diplomática durante este primer año de gobierno. Desde el inicio, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró mirar hacia el sur, proteger a los mexicanos en el exterior, trabajar en una diplomacia transparente y fortalecer la presencia en la agenda multilateral y derechos humanos. 
 
Durante este año, bajo la coordinación de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se creó e implementó el Plan de Desarrollo Integral, apuesta inédita por la cooperación internacional para impulsar un desarrollo económico igualitario y sustentable en la región. La prioridad es el desarrollo del sur de México y de los países del norte de Centroamérica para que migrar sea una opción y no una necesidad.

Un objetivo central de la política exterior de México es la protección de los ciudadanos mexicanos en el exterior, con énfasis en nuestra diáspora en Estados Unidos, para hacer de nuestras representaciones en el exterior defensorías del migrante mexicano y sus derechos humanos. 

La SRE ha impulsado el ejercicio de la diplomacia transparente, por lo que se ha llevado a cabo un esfuerzo sin precedentes para construir una relación sólida y transparente con el Poder Legislativo. 

En el mismo sentido, la participación de México en el entorno internacional permite aprovechar dos grandes oportunidades: i) reafirmar el liderazgo diplomático de México frente a los retos globales y ii) invitar a la comunidad internacional para acompañar los esfuerzos del gobierno en favor del desarrollo y la protección de los derechos humanos al interior de México. Por lo que durante este año, se han firmado distintos convenios con la UNOPS, la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, ONU-Hábitat, ONU Mujeres y la UNESCO. 

México ha desplegado una estrategia diplomática para retomar nuestro liderazgo en América Latina, una prioridad de nuestra política exterior. El papel mexicano está basado en nuestros principios constitucionales, apegados a nuestra tradición histórica de no intervencionismo, así como en una vocación por el diálogo y la cooperación internacional. 

A partir de nuestra relación con Estados Unidos se ha alcanzado el compromiso de nuestro vecino del norte para impulsar el desarrollo económico en el sur de México y el norte de Centroamérica. Ambas naciones declararon el compromiso de 4.8 mil millones de dólares para el desarrollo en el sur de México y 5.8 mil millones de dólares para el norte de Centroamérica. 

Se impulsó la diversificación inteligente de nuestros vínculos políticos y económicos. Se recibieron y realizaron visitas de alto nivel hacia Europa, Asia-Pacífico, África y Medio Oriente, además de América Latina y Norteamérica. Se identificaron oportunidades concretas para ampliar los intercambios comerciales y atraer inversión productiva, ampliar la cooperación y trabajar con países afines en el ámbito multilateral.

La actual administración está comprometida con renovar la relación de México con el mundo. Los puestos claves de las relaciones de México en el escenario internacional han sido asignados a miembros del cuerpo diplomático con amplia experiencia en los distintos rubros de política exterior. Se observa una cifra récord en el porcentaje de nombramientos de miembros de carrera del Servicio Exterior Mexicano como titulares de las Representaciones de México en el Exterior: 114 nombramientos, que equivale al 73% del total.

Por otro lado, las negociaciones entre las autoridades de México y Estados Unidos han permitido evitar la imposición de aranceles al acero y aluminio mexicanos, así como acompañar a la industria del tomate en su negociación para dar continuidad al acuerdo que elimina los aranceles compensatorios. Al tiempo que se han sorteado estas amenazas, han continuado los avances en el proceso de ratificación del T-MEC en las tres naciones de América del Norte.

En junio, el Senado de la República aprobó el T-MEC, lo que representa un avance sustancial en el proceso de implementación del acuerdo trilateral. El T-MEC moderniza las disciplinas del acuerdo previo (TLCAN) para adaptarse a las necesidades de la economía y comercio del siglo XXI. 

A través de la diplomacia cultural se fortalece la promoción de la imagen de México en el mundo, al tiempo que se diversifica la cooperación cultural con otros países, con el objetivo de que la cultura constituya un instrumento de gobernanza global, cooperación y desarrollo de México. 

El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, reafirma su compromiso de basar su política exterior en los principios de la defensa a los derechos humanos, respeto a la soberanía y una diplomacia eficaz y transparente.