La Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, contempla la prevención, la atención, la sanción y la erradicación de todos los tipos de violencia contra las mujeres durante su ciclo de vida, que incluye la niñez, juventud, madurez y vejez.

Por la importancia del tema, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizó la Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo que arrojó cifras como:

  • El 15% de las y los jóvenes han experimentado al menos un incidente de violencia física en su relación de noviazgo.
  • La violencia psicológica la han vivido 76% de las y los jóvenes.
  • Dos de cada tres mujeres jóvenes señalaron que fueron forzadas a tener relaciones sexuales. 

Por otro lado, a través de la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) se conoce que 5 de cada 10 mujeres de 15 años o más han sido víctimas de violencia por parte de su pareja durante su última relación. Destaca la violencia emocional entre las más frecuentes (43%).

¿Pero dónde o cuándo comienza esta violencia de género contra las mujeres jóvenes? La escuela, las reuniones entre amistades o eventos sociales son los espacios más frecuentes para conocer a la probable pareja.

En las escuelas, la convivencia entre pares ha facilitado crear vínculos estrechos que derivan en relaciones sentimentales entre las y los jóvenes. Por lo que, el personal académico tiene a su alcance la posibilidad de generar diálogos con alumnas y alumnos a fin de reconocer signos y síntomas de violencia en el noviazgo que victimiza fundamentalmente a las mujeres.

El primer paso para erradicar la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus modalidades es reconocerla y detectarla.

Los celos exacerbados, el control sobre la vestimenta, las prohibiciones, las amenazas o chantajes son parte de la violencia en muchas parejas de jóvenes. De hecho, algunas de estas prácticas se encuentran “normalizadas” en nuestra sociedad como parte del proceso de noviazgo y son vistas como “pruebas de amor”.  Nada más equivocado.

Combatir la violencia en el noviazgo que afecta mayoritariamente a las jóvenes, significa analizar y cuestionar las ideas, las creencias, las actitudes, los estereotipos y roles tradicionales de género; pero también las prácticas de la masculinidad en los jóvenes como son el machismo y las microviolencias derivadas del mismo.

Detectar la violencia en el noviazgo, por lo tanto, es clave para prevenir futuros problemas de violencia entre parejas y familias, maltrato a mujeres que en grado extremo ha conducido al feminicidio. Por ello es imperativo continuar construyendo una cultura de prevención y denuncia.

#IgualdadDeGéneroSRE

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