Por: Unidad de Política de Igualdad de Género.
La igualdad tiene beneficios directos para los hombres.
Ser un hombre más igualitario supone asumir mayores responsabilidades en el cuidado de las demás personas y de uno mismo, aumenta la autoestima, favorece el crecimiento personal y mejora la calidad en las relaciones entre hombres y mujeres.
En el proceso de construcción de una sociedad igualitaria es necesario cambiar las actitudes de los hombres hacia prácticas más igualitarias, tanto en el ámbito privado como en el público.
Es importante comenzar desde la aceptación de que los modelos masculinos son una expresión de nuestro tiempo y nuestra cultura, pero cuando consolidan la desigualdad, deben ser cuestionados y revisados.
No todos los hombres reproducen los estereotipos de género o comportamientos sexistas del modelo masculino hegemónico en el que todos los hombres han sido socializados.
En esta revisión de la masculinidad, se debe superar la idea tradicional de que los hombres restan importancia a las emociones para así construir personas que valoren el afecto y sean más libres y autónomas.
La participación activa de los hombres en la lucha social contra la violencia hacia las mujeres es un elemento positivo, que debe adoptar una posición de denuncia de ésta y otras violencias. No se debe tolerar ni justificar la violencia machista sea ésta de caracter físico, sexual o psicológico.
Cualidades con masculinidades positivas:
• Compartir el control de la realidad con las mujeres, no utilizar el poder para imponerse sobre otros.
• Promover formas justas de vivir en sociedad, luchar por disfrutar de su trabajo y de su hogar por igual, compartir las labores domésticas y el cuidado de los hijos e hijas.
• Estar consciente de la construcción cultural de la masculinidad, promover la no violencia en sus hijos/hijas y en otros hombres y cuestionar la visión esencialista de los conceptos de masculinidad y feminidad.
• Aceptar otras manifestaciones de la masculinidad distintas de la tradicional, cuestionar la concepción tradicional de la misma y oponerse al machismo.
• Reconocer las consecuencias negativas que el machismo ha traído a sus relaciones interpersonales, definirse a partir de sí mismo y no perfilándose a través de alteridades opuestas y negativas que él haya creado.
• Ser capaz de desarrollar capacidades positivas de los dos géneros, no ver amenazada su masculinidad por compartir sus puntos de vista con las mujeres.
• Asumir su sexualidad de forma versátil, conservar algunas cualidades masculinas tradicionales positivas, ser contrario a una educación sexista y homofóbica para los hijos.
• La madre debe participar en el proceso de hacer al hijo un hombre, buscar que el hijo, desde temprano, no desarrolle una identidad masculina agresiva ni egocéntrica.
• Mostrarse abierto y receptivo ante los demás, no considerar la heterosexualidad el único patrón para definir su virilidad y su vida social.
El concepto compuesto de nuevas masculinidades positivas no impone ni sugiere un nuevo modelo a seguir, ni constituye una serie de requisitos para catalogar a un varón como no machista y no homofóbico. Es un concepto que reúne distintas expresiones masculinas que sirven para identificar comportamientos masculinos nuevos y positivos.
Cada hombre tiene la libertad de decidir la clase de masculinidad con la que se siente más cómodo aunque las cualidades sean incompatibles con la noción tradicional de la masculinidad.
Este hecho puede servir para identificar a aquellos varones que han comenzado a establecer un cambio real en su modo de actuar y de pensar; e incluso para señalar a aquellos que, viviendo una situación contradictoria, aún permanecen presos de un posición inauténtica.