La cocina mexicana fue reconocida por la UNESCO como parte de su Patrimonio Cultural Inmaterial en 2010. Este lugar de honor solo lo comparte con la dieta mediterránea y los usos sociales de las cocinas francesa y japonesa. ¿Qué implica este reconocimiento? Pues que nuestra gastronomía ha sido transmitida como herencia a través de las generaciones, que se mantiene vigente; que representa un factor de identidad y cohesión social, además de que contribuye al desarrollo de la comunidad y al diálogo de ésta con el resto de los grupos sociales.

Para impulsar nuestro patrimonio culinario como se merece y aprovechar todo su potencial, ahora forma parte de los ocho sectores prioritarios para el diseño de políticas públicas. La encargada de articular los esfuerzos que se realicen para apoyar este sector, de forma participativa, incluyente y transversal, es la Política de Fomento a la Gastronomía Nacional que presentó el Presidente Peña Nieto. Se contempla la participación de 20 dependencias del Gobierno de la República.

Con estas acciones, la gastronomía mexicana promoverá la riqueza natural y cultural de México, fomentará el turismo y fortalecerá la cadena de valor productiva en las cocinas tradicionales. Sirva para ejemplificar su relevancia económica decir que representa, aproximadamente, 30% del gasto turístico total.

El plan de trabajo que se diseñó robustecerá la producción primaria, la comercialización, la capacitación laboral y el financiamiento productivo, también apoyará a los pequeños empresarios para que aumenten la capacidad de sus unidades a lo largo y ancho del país.

Aunado a esto, se planea la realización de eventos internacionales para promover el patrimonio culinario de México alrededor del mundo y la creación de un Consejo Consultivo con expertos del sector, organismos internacionales, cámaras empresariales y chefs reconocidos.

Para más información sobre el tema, consultar http://www.gob.mx/productividad/articulos/politica-de-fomento-a-la-gastronomia-nacional-14077