Muy buenos días, muchas gracias, es para mí un privilegio saludar a todos esta mañana y sean ustedes muy bienvenidas y bienvenidos a la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

En primer lugar, saludo a los titulares de las representaciones mexicanas en el exterior, a las y los Embajadores, las y los Cónsules, muchas gracias por el esfuerzo que representa estar aquí, en este que es una tradición que empezó en los tiempos de un entrañable ex Canciller que fue Fernando Solana y que se ha convertido en una de las mejores prácticas de trabajo para esta Cancillería.

Saludo a los Legisladores Federales que nos acompañan, a las y los Senadores, a las y los Diputados, muchas gracias por hacer esto en tiempo para estar aquí con nosotros y muchas gracias por el acompañamiento que de manera continua nos ha dado el poder Legislativo a la política exterior.

Saludo con gran aprecio a los ex Cancilleres que aquí nos acompañan, a los Embajadores Eméritos, y Eminentes, muchas gracias por estar aquí y por supuesto al cuerpo diplomático acreditado en México que hoy nos acompaña. Muchas gracias Embajadoras y Embajadores, siempre por estar presentes en un diálogo cercano y fructífero con la Cancillería.

Antes de referirme a los temas de la política exterior para el 2018, quiero hacer un comentario referente al trabajo de nuestras representaciones en el exterior por motivo de los sismos que vivimos en septiembre del año pasado. Fue un momento profundamente doloroso para México, en el cual también fue un momento para darnos cuenta que México no está solo en el mundo, que México tiene amigos, que tiene amigos que nos respaldan, que nos respaldaron en un momento difícil y para hacer esto posible fue necesario el trabajo generoso, que con convicción de parte de nuestras Embajadas y muy particularmente de nuestros consulados, muchas gracias a todos quienes durante el mes de septiembre y más allá del mes de septiembre trabajaron en este esfuerzo y también a las distintas áreas de la Cancillería, destacadamente al AMEXCID que se dedicaron de una manera ejemplar a lograr que esta ayuda internacional se canalizara a donde tiene que llegar con transparencia y oportunidad.

Indudablemente, el mundo enfrenta un proceso de cambio, un proceso de retos y de incertidumbres, un cambio tecnológico, los efectos todavía presentes de la gran recesión de 2008 y de 2009, y en general un cuestionamiento de los beneficios de la globalización, se han ya traducido en cambios políticos vertiginosos y que afectan la manera en que México se relaciona con el mundo.

Ante estos retos, la política exterior mexicana está obligada a una reflexión. Una reflexión que implica cuestionarnos cómo debemos relacionarnos con el mundo, cuáles son nuestros objetivos y cuáles son nuestras estrategias para salvaguardar y promover el interés nacional.

En este entorno, en este entorno complejo y de retos reafirmamos que lo más importante es ser fieles a nuestros principios y a nuestras tradiciones diplomáticas. En particular, aquellas que están trazadas de manera inequívoca en la fracción 10ª del Artículo 89 Constitucional, que son los principios rectores que dan a México un lineamiento claro de cómo actuar frente al resto del Mundo.

No cabe duda que, una de las grandes fortalezas de México en su política exterior, a lo largo de su historia, es su gran tradición multilateralista; la participación de México en las Naciones Unidas y en los distintos foros de carácter multilateral, siempre, trabajando de manera eficaz y muy destacada, promoviendo las mejores causas de la humanidad.

Y esta es, tal vez, una de las fortalezas más importantes a destacar y utilizar en un contexto en el cual, al cuestionarse las ventajas de la globalización, se cuestiona también de manera frontal el multilateralismo como una forma de convivencia entre naciones.

Por primera vez en mucho tiempo, hemos escuchado discursos en la Asamblea General de Naciones Unidas cuestionando frontalmente la multilateralidad y, por lo tanto, ante este cuestionamiento la respuesta de México es invariable: es apostar y reafirmar nuestra convicción multilateral, entendiendo que es un falso dilema, el que se plantea entre soberanía y multilateralidad.

La soberanía, en opinión de México se ejerce precisamente participando en los foros multilaterales, sean las Naciones Unidas, sean la Organización de los Estados Americanos o cualquier otro de los foros en los que México participa. Por lo tanto, vamos a continuar participando en los foros multilaterales, convencidos de que no hay ninguna nación que sea lo suficientemente grande o poderosa para hacer frente a los retos globales por sí misma.

Y convencidos también que la convivencia entre naciones no es simplemente un contexto de coexistencia transaccional, sino que es a través de promover valores comunes, sistemas jurídicos que nos obliguen a todos, y políticas públicas que trasciendan fronteras, como vamos a poder enfrentar los enormes retos del cambio tecnológico, el cambio climático, la migración y por supuesto, el reto de las armas nucleares.

Quiero destacar este último, como uno de los temas más importantes para México en su participación multilateral. 2017 pasará a la historia como un año en que finalmente se presentó de manera exitosa ante Naciones Unidas un nuevo tratado de prohibición de armas nucleares, y a pesar de la oposición de muchas naciones poderosas, México y otros quince países promovieron desde el año 2014 la creación de este tratado, este tratado de prohibición que finalmente nace a su vigencia en el año 2017; tuve el privilegio de firmarlo el día 20 de septiembre del año pasado, fue ratificado por el Senado, lo cual reconocemos y agradecemos enormemente antes del final del periodo de sesiones y será depositado esta misma semana en Naciones Unidas.

De esta manera, México confirma algo que todos sabemos desde hace más de cincuenta años, cuando se negoció y estableció el tratado de Tlatelolco, que México seguirá siendo un actor fundamental, un actor que trabajará con convicción sin dar receso o pausa a la prohibición y la eliminación de las armas nucleares.

Por eso mismo también, enfrentamos con todos los recursos diplomáticos que disponemos, el reto que representa la actividad nuclear de Corea del Norte y desde el año 2016 hemos ido tomando medidas diplomáticas progresivas para dejar en claro que México no está de acuerdo con la actividad de un país que amenaza a sus vecinos y amenaza el orden de la paz mundial en materia nuclear.

Un tema en el cual, de manera multilateral, México participará de manera entusiasta como lo ha venido haciendo es en la celebración del nuevo Pacto Global para la Migración.

Este Pacto para la Migración Segura, Ordenada y Regular, en el cual hemos tenido el honor de ser uno de los países cofacilitadores de su proceso de preparación junto con Suiza, fuimos sede de la Reunión Preparatoria a finales del año pasado en Puerto Vallarta y de lo que se trata, a final del día es de tener un marco jurídico, si bien no vinculante, sí que establezca las mejores prácticas, los mejores principios para una migración que reconozca y proteja la dignidad, la seguridad y los derechos humanos de los migrantes.

México, como un país que es al mismo tiempo origen, destino, lugar de tránsito y de retorno de migrantes y reconoce en este como uno de los temas fundamentales para la humanidad, un tema que una vez más no puede resolverse de manera bilateral exclusivamente o de manera individual. Requerimos una conversación global sobre el tema migratorio y requerimos de cubrir principios y políticas públicas para atender correctamente el fenómeno migratorio. Por eso habremos de participar en este proceso que esperemos que llegue a buen puerto antes de que termine este año y que represente, sobre todo, un reconocimiento al valor de los migrantes del país en el que se encuentran con independencia de su situación jurídica.

Hemos, en las reuniones que hemos tenido durante la semana pasada, establecido a todas y todos los Embajadores que la promoción de este Pacto Global será una de las prioridades que debemos tener para el año 2018 y lo hacemos con gusto, lo hacemos con enorme convicción.

Seguiremos trabajando de manera multilateral para contribuir a resolver algunos de los más difíciles conflictos que se enfrentan hoy en el mundo. Uno de ellos es la cuestión Israelí-Palestina, donde México seguirá promoviendo ante las Naciones Unidas y cualquier otro foro en el que la cuestión se discuta, que la solución debe ser una solución de 2 Estados, una solución que derive del diálogo directo integral entre las partes y, por lo tanto, nuestras posiciones habrán de reflejar el deseo de generar condiciones para que así sea y para que exista siempre, en el ámbito multilateral, un apoyo a este proceso complejo de negociación. Por eso, hemos señalado que México mantendrá su embajada en Tel Aviv y que no estamos de acuerdo en que alterar la condición jurídica de la ciudad de Jerusalén sea, en este momento, la mejor forma de abonar a la solución del conflicto y también nos hemos abstenido de apoyar resoluciones que estigmatizan países clave que deben de ser parte de la solución, de lo que se trata es de promover las mejores condiciones para alcanzar una solución al conflicto.

Igualmente, México seguirá trabajando, haciendo nuestros mejores esfuerzos diplomáticos para promover una solución en el caso de la crisis venezolana. Lo hemos hecho desde el principio de este periodo de enorme deterioro de las condiciones políticas en Venezuela, señalando como país firmante que somos de la Carta Democrática Interamericana, que la democracia representativa debe ser la única forma de gobierno que prevalezca en América Latina y lo hacemos siempre por la vía diplomática y únicamente por la vía diplomática.

Rechazamos cualquier insinuación que implique el uso de la fuerza, interna o externa, para la solución del conflicto venezolano. Seguiremos trabajando a través de la Organización de Estados Americanos o a través del Grupo de Lima, creado exprofeso por un grupo de naciones del continente para tratar la crisis venezolana y seguiremos participando siempre y cuando las condiciones sean buenas en el proceso de negociación que se lleva a cabo bajo los auspicios de la República Dominicana, entre el gobierno venezolano y la oposición de aquel país. Lo hacemos de buena fe, lo hacemos porque creemos que es solamente a través de la negociación política, directamente entre los venezolanos, atendiendo a los principios básicos de nuestra política exterior de no intervención y la libre autodeterminación de los pueblos en que deberá lograrse una solución, una solución a un problema que hoy no solamente refiere al deterioro de las instituciones democráticas, sino también una profunda crisis económica y social.

Venezuela puede contar con la participación de buena fe y con los mejores esfuerzos diplomáticos de México, al final de cuentas, la responsabilidad política de encontrar una solución corresponde exclusivamente a los venezolanos.

Y vamos a seguir en materia multilateral trabajando para promover lo que creemos son las causas más importantes y los asuntos más relevantes en materia multilateral, vamos a promover la adopción y materialización de la Agenda 2030, seguiremos trabajando con las distintas instancias del Gobierno de la República y de los estados para que los objetivos de desarrollo sustentable, el de Naciones Unidas, se conviertan en una auténtica guía de la política pública en México. En ese sentido reconocemos al Congreso de la Unión la aprobación de las recientes iniciativas de reforma presentadas por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a la Ley de Planeación que obligan a que los próximos planes nacionales de desarrollo, por lo tanto los presupuestos de aquí al año 2030, deban regirse por las metas 2030. Agradecemos también el apoyo entusiasta del Senado de la República en esta materia.

En materia de cambio climático, México reafirma con independencia de lo que decidan otros países, nosotros seguiremos, no solamente apoyando, si no cumpliendo con el Acuerdo de Paris. Y habremos de seguir sumando iniciativas, como la anunciada recientemente por el Presidente de la República en Paris el día 12 de diciembre, como es la formación de un mercado de precios del carbón, entre naciones de América Latina y gobiernos subnacionales de los Estados Unidos. Por supuesto, seguiremos en el ámbito multilateral haciendo de la causa de los derechos humanos una prioridad para México, entendiendo que es el escrutinio internacional y la apertura a la actividad de los organismos multilaterales en México en esta materia, un poderoso instrumento de cambio, un cambio que México necesita y que abrimos los brazos a él.

En materia bilateral, 2017 inevitablemente será recordado como un año de cambios profundos y de retos nuevos en nuestra relación con Norteamérica, particularmente con los Estados Unidos. Inició el año pasado con un reto sin precedentes, no solamente para México, si no para el resto del mundo, entender un nuevo planteamiento del gobierno de los Estados Unidos en su relación con otras naciones. Ante este reto, respondimos de la única manera que lo podíamos hacer, atendiendo a nuestros principios, a nuestras convicciones y reafirmando que México es y siempre será una nación soberana, una nación que toma decisiones por sí misma y que habrá de trabajar en todos los frentes, atendiendo exclusivamente lo que convenga a México.

De esta manera comunicamos al gobierno de los Estados Unidos, nuestros principios, nuestros objetivos y también nuestros límites y establecimos de buena fe una relación constructiva. A lo largo de los últimos 12 meses, indudablemente hemos avanzado, de forma significativa en establecer una buena relación de trabajo, una relación al más alto nivel, que ha implicado contacto directo en decenas de reuniones entre miembros de los gabinetes presidenciales y que se ha traducido en trabajo profesional y técnico en las distintas materias de esta compleja y rica relación con un vecino que es al mismo tiempo, un amigo y un aliado histórico en muchas de nuestras causas.

Así pues, la negociación en materia comercial se ha llevado a cabo a través de un proceso técnico, es un proceso que está en marcha y que encabeza la Secretaría de Economía. El día de mañana, estará aquí con nosotros el Secretario Guajardo, para darnos una actualización de cómo va ese proceso, pero debemos sentirnos indudablemente tranquilos, de que por el lado mexicano el proceso está en buenas manos, en un equipo técnico altamente experimentado y capacitado para defender el interés de México y es un proceso que se lleva a cabo de manera profesional.

Así mismo, los distintos aspectos de la relación bilateral se llevan a cabo también conforme a grupos de trabajo y mecanismos formales, incluyendo la relación en materia de seguridad y la cooperación que México quiere tener, que queremos tener para combatir fenómenos comunes, como es el crimen organizado internacional.

En materia migratoria, en materia de infraestructura en los cruces fronterizos, en materia de intercambios educativos y culturales, es una agenda muy amplia, es una agenda integral, en todos los frentes México ofrece a Estados Unidos seriedad, buena fe y el deseo de construir juntos, como la nación soberana que somos, una nación que tiene límites, pero que también tiene el enorme deseo y la visión de convertir a Norteamérica en la región más competitiva del mundo, la región que sin duda puede ser.

2017, fue un año, particularmente positivo para nuestra relación con Canadá. Recibimos la visita del Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau y hoy tenemos una relación, tal vez, más cercana de la que hemos tenido en décadas con el pueblo y el gobierno canadiense y así vamos a seguir. Vamos a seguir trabajando muy de cerca, no solamente en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sino también impulsando muchas iniciativas de cooperación y de intercambios con Canadá.

Sin duda, una de las prioridades más importantes en la relación América del Norte, no solamente es la relación con los gobiernos, es la protección de los mexicanos en el exterior, particularmente de aquellos que están en Estados Unidos, son casi doce millones de mexicanos y una buena parte de ellos que no necesariamente que tiene un estatus migratorio regular.

Plenamente, Estados Unidos como nación soberana tiene el derecho absoluto de definir su propia política migratoria, tal y como la tenemos nosotros al definir la nuestra, sin embargo también es de reconocerse, el gobierno de México tiene la obligación jurídica y moral de defender a los mexicanos donde quiera que estén en el mundo.

Por eso, quiero agradecer y reconocer el impulso que nació del Congreso de la Unión y el apoyo del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para ampliar las capacidades presupuestales de la Secretaría de Relaciones Exteriores, particularmente de los Consulados, de los 50 Consulados que tenemos en el exterior, para brindar servicios oportunos en materia de asesoría jurídica y de defensa legal de los mexicanos que lo han necesitado.

Hemos establecido Centros de Defensoría que seguirán funcionando durante todo 2018, le hemos dado ya asesoría a más de 580 mil personas y se han atendido casos concretos de asesoría legal y representación de más de 29 mil connacionales.

Hemos establecido ventanillas de orientación financiera y protección al patrimonio que están ya funcionando y el Centro de Información y Asistencia a los Mexicanos que ahora trabaja los siete días de la semana, 24 horas del día.

Este trabajo ha sido un trabajo emocionante, un trabajo que ha mostrado lo mejor de la diplomacia mexicana en defensa de los nuestros y quiero aquí agradecer y reconocer el trabajo de todos los consulados, de las y los 50 Cónsules en los Estados Unidos, y de sus equipos que han estado trabajando horas extra, siete días de la semana, que han ido mucho más allá de lo que estrictamente que se les exige, gracias por lo que han hecho y lo que seguirán haciendo durante 2018.

Quiero decir que este trabajo no lo hacemos solos, este trabajo lo hacemos de la mano de muchas organizaciones de la sociedad civil norteamericana y despachos de delegados que generosamente hacen equipo con nosotros. Tenemos 370 acuerdos de colaboración en las distintas regiones de la Unión Americana para llevar a cabo este trabajo que se manifiesta en cada caso de éxito.

Cada mexicana o mexicano que sale de una consulta sabiendo qué hacer o que encuentre un camino para resolver su situación o que tome una decisión de regresar a México, indudablemente son casos de éxito que valen la pena.

Estamos viviendo un momento extraordinariamente importante, estamos a punto de lograr el acuerdo para modernizar el acuerdo global que tenemos con Europa, que implica 3 pilares: un pilar de diálogo político, un pilar de cooperación y un pilar comercial.

En 2017 hemos cerrado ya esa responsabilidad a la Cancillería, los capítulos o los pilares en materia de cooperación y diálogo político y la Secretaría de Economía (SE) está ya muy cerca de lograr el éxito en la negociación comercial.

La Cancillería seguirá apoyando este trabajo, en un ambiente en el cual ampliar el acceso comercial de México hacia Europa representa un valor importante para la creación de empleos de México, para la atracción de inversiones, pero que también manda el mensaje correcto, cuando los vientos de proteccionismo amenazan al comercio global.

Vamos a seguir acercándonos a nuestros socios y amigos en Europa y vamos a seguir trabajando, no solamente con los países que integran la Unión Europea, vamos a trabajar con el resto de las naciones de la región, eso incluye Rusia, donde tuve la oportunidad de estar hace un par de meses, y es un país donde tenemos una oportunidad de seguir creciendo con una relación económica y política.

Con América Latina vamos a seguir trabajando de una manera cercana y cotidiana. Somos latinoamericanos, nuestro corazón es latinoamericano y también es caribeño, la alianza del Pacífico, con Chile, Perú y Colombia seguirá siendo nuestra plataforma principal de integración, que ahora mira también hacia otras regiones para ampliarse la figura de estado asociado y donde hemos iniciado nuevas acciones formales para un acuerdo de libre comercio en bloque con Australia, Singapur, Nueva Zelanda y también con Canadá.

Pero no debemos limitarnos a la Alianza del Pacífico, estamos en un proceso intenso de diálogo con Brasil, tal vez más cerca que históricamente en décadas de poder ampliar nuestro acuerdo de complementariedad económica y por lo tanto ampliar el acceso a los productos mexicanos a ese gran mercado como es Brasil, lo mismo con Argentina, donde estamos trabajando también de manera bilateral y de manera multilateral con el acercamiento meramente práctico no retórico, entre el MERCOSUR y la Alianza del Pacífico.

Aspiramos a pronto iniciar negociaciones comerciales con Paraguay, donde estará el Presidente de la República en un par de semanas, y seguiremos trabajando con Uruguay que es un país con el que tenemos desde el año 2004 un acuerdo de libre comercio.

Vamos a seguir trabajando con todos los países del Cono Sur, y vamos seguir trabajando muy de cerca con los países de América Central. Particularmente, tenemos una relación cotidiana y de trabajo con los tres países que integran el triángulo norte, Honduras, El Salvador y Guatemala, donde el fenómeno migratorio que todos los días enfrentamos de manera conjunta deriva de una realidad que es sobre la cual debemos asumir responsabilidad, eso, trabajaremos no solamente bajo una lógica de control de ordenamiento migratorio si no bajo una lógica de desarrollo, seguiremos invirtiendo en el triángulo norte y seguiremos proveyendo que otros factores incluyendo los Estados Unidos asuman una perspectiva responsabilidad en el desarrollo de estas tres naciones.

Decía hace un momento, somos latinoamericanos y somos caribeños y México debe de asumir una responsabilidad mayor y más eficaz con respecto a los países del Caribe; particularmente frente al reto que implica el cambio climático, México acordó en la Cumbre reciente, entre el CARICOM y nuestro país; el Presidente Enrique Peña Nieto hizo un compromiso de elevar nuestros esfuerzos concretos de cooperación para promover la resiliencia de la región, vamos a estar trabajando con nuestros socios incluido Francia, con quien en diciembre acabamos de firmar un acuerdo para la cooperación triangular con respecto al Caribe.

El Caribe es un país que muy poco, muy poca responsabilidad tiene respecto al cambio climático, es una región donde las emisiones de carbono son prácticamente inexistentes, sin embargo, las consecuencias del cambio climático se manifiestan desproporcionadamente en las islas del Caribe, tenemos que actuar y tenemos que actuar ya y México asume esta responsabilidad de manera solidaria y de manera prioritaria.

Con Asia Pacífico seguiremos trabajando en diversas iniciativas que nos acerquen aún más, seguimos trabajando junto con la Secretaría de Economía en la materialización del nuevo TTP, el TTP 11, y seguiremos trabajando de manera bilateral con nuestros aliados fundamentales como son China, con quien en esta administración hemos elevado la relación o el carácter de Asociación estratégica integral y por supuesto con Japón y Corea, que son países que invierten en México y que nos han demostrado confianza en este país a lo largo de los años.

Trabajaremos con Asia Pacífico; trabajaremos en el mecanismo, seguiremos convencidos de que Asia Pacífico representa una gran oportunidad todavía no aprovechada a plenitud por nuestro país.

Quiero pasar, si me lo permiten a tocar algunos aspectos internos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Al inicio del año pasado, cuando el Presidente Enrique Peña Nieto me confirió el enorme honor de encabezar esta gran institución, hicimos un diagnóstico de las condiciones estructurales de la institución y encontramos un deterioro, hay que decirlo, de las condiciones de trabajo de los diplomáticos mexicanos, particularmente de quienes integran el Servicio Exterior Mexicano.

Hicimos un diagnóstico en tres etapas, reconociendo que la carrera de una mujer que decide dedicarse a representar a México en el exterior, un hombre que quiere ser diplomático, tiene fundamentalmente tres etapas, una etapa de ingreso, una etapa de desarrollo y una etapa de retiro.

Encontramos que de esas tres etapas, la que mejor funciona, y lo digo con gran orgullo y gratitud, hoy en día, es la etapa de ingreso, tenemos una extraordinaria institución, que es el Instituto Matías Romero que cada año atrae al Servicio Exterior a mujeres jóvenes, hombres jóvenes con gran talento y gran pasión por México y que indudablemente nos hace ser optimistas respecto a lo que va a ser el futuro de la diplomacia mexicana.

Encontramos, sin embargo, problemas importantes en el desarrollo de la carrera de los diplomáticos, particularmente por razones, principalmente de carácter presupuestal y también por obstáculos burocráticos.

Nos encontramos a un Servicio Exterior muchas veces desmotivado que espera muchos años para lograr los ascensos a los que legítimamente aspira, derivado, principalmente de la escasez de lazos, hay que reconocer que hubo un rezago real en el ascenso, en la promoción de muchos miembros del Servicio Exterior que desde hace años lo merecían.

Así que nos dimos a la tarea, como una prioridad en el 2017 de resolver de manera emergente esa situación y gracias al apoyo del Presidente de la República, gracias a buenas ideas de quienes conocen mejor la Cancillería que yo, y gracias al apoyo, hay que decirlo, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, logramos un concurso histórico de promoción y ascenso, que le dio movilidad, por primera vez en muchos años al desarrollo de carreras en esta Secretaría.

Modificamos también el reglamento, facilitando el proceso de desarrollo de carrera, actualizando el reglamento de la ley del Servicio Exterior para generar mayor certidumbre e incentivos para el desarrollo de la carrera profesional de los diplomáticos.

Lo que no podemos darnos el lujo, como nación, es perder el capital humano, perder talento de mujeres y hombres que han decidido ser diplomáticos, porque dejaron de encontrar en la Secretaría de Relaciones Exteriores un lugar para desarrollar su carrera, un lugar de oportunidades, esa es una obligación que teníamos y tenemos el deber ético.

Seguiremos trabajando en 2018 para que los concursos de ascenso puedan darse en números suficientes y conforme a reglas que incentiven, primero, a los más talentosos, las más talentosas quieran quedarse y, segundo, que, efectivamente, las más talentosas y los más talentosos reciban los ascensos que corresponden.

Hay que reconocer, sin embargo, que la mayor asignatura pendiente que tiene el Estado Mexicano con su diplomacia, con el Servicio Exterior, no es ni la etapa de ingreso ni la etapa de desarrollo profesional, es en la etapa de retiro y esa es una asignatura que no hemos atendido, y es una asignatura que nos proponemos hacer de ella una prioridad en el año 2018.

Luis Videgaray Caso: Podemos... Podemos argumentar muchas cosas, podemos dar muchas explicaciones, pero es un hecho y es una verdad que hay que encararla como tal, el Estado Mexicano no ha reconocido debidamente la excepcionalidad de las condiciones de retiro de quienes deciden entregar su vida entera a representar y defender a México en el exterior.

Hoy no tenemos un sistema de retiro que corresponda a la decisión de vida que toman quienes deciden desde muy jóvenes ser miembros del Servicio Exterior Mexicano.

Hemos tomado algunas medidas en esta administración para mitigar esta situación inadecuada y también profundamente injusta. La Cátedra Fernando Solana, por ejemplo, recientemente el año pasado el programa de mentores, prescindida, estas son iniciativas buenas pero que no representan la solución de fondo del problema.

Así, pues, por instrucciones del Presidente de la República, estamos trabajando en una iniciativa que habremos de presentar al Congreso de la Unión durante el próximo periodo ordinario de sesiones para reformar las leyes correspondientes y ofrecer a los miembros del Servicio Exterior el retiro digno, el retiro que merecen.

2018 es un año político para México, se celebrará un proceso electoral sin precedentes por el número de puestos de elección popular que habrán de ser elegidos por los mexicanos a través de un proceso democrático.

Ante este hecho natural de la democracia mexicana quiero ser absolutamente claro respecto a la postura que deben tener las y los embajadores, las y los cónsules y todos quienes integramos la Secretaría de Relaciones Exteriores, si bien como ciudadanos mexicanos tenemos derecho pleno a preferencias políticas y militancias, como miembros de la diplomacia mexicana nuestra obligación legal y moral es a la absoluta neutralidad.

Por eso, instruyo únicamente a todos y cada uno de los integrantes de esta Secretaría, a las y los embajadores, a las y los cónsules de todos los equipos de trabajo a mantener la más estricta neutralidad e imparcialidad con respecto al proceso electoral del 2018.

Es un proceso que, sin dudas, se vivirá con gran intensidad donde cada mexicano podrá tener una opinión diferente, pero nosotros en nuestro trabajo como representantes de México en el exterior lo que nos compete es ser estrictamente imparciales y neutrales.

Por otro lado, también dar a conocer al mundo las características del proceso electoral mexicano; sus instituciones, sus leyes y por lo tanto hemos invitado y van a estar aquí el día de hoy, si no mal recuerdo, por la tarde el Presidente del Instituto Nacional Electoral y la Presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para darnos a conocer el funcionamiento y las fortalezas de nuestras instituciones.

Indudablemente el 2018 se va a hablar mucho de México, se va a hablar por la redefinición de nuestra relación con los Estados Unidos, por nuestro proceso político o por los hechos que acontecen en una nación importante y grande para el mundo como lo es México.

Yo lo que quiero pedirles a mis compañeros de equipo, a mis compañeros de trabajo, de esta Secretaría, particularmente a las y los embajadores y a los cónsules, es que siempre hablemos bien de México.

Hablemos bien, no ocultando los problemas, no tergiversando una realidad, pero siempre recordándole al mundo quiénes somos los mexicanos, qué representamos, cuáles son nuestros valores, haciendo recuento de las cosas buenas que también pasan en México y sobre todo, y recordándole al mundo que somos una nación democrática, con principios y con valores que quiere contribuir todos los días a construir un mundo mejor.

Muchas gracias, y feliz año.