Durante la niñez y adolescencia se sientan las bases físicas, mentales y emocionales de cada persona. En esta edad se conoce el propio cuerpo, se adquieren hábitos para la etapa adulta, se aprenden habilidades matemáticas, de lenguaje, socialización y se descubre el mundo exterior de la mano de las personas adultas que están a su alrededor.

No obstante, para muchas niñas, niños y adolescentes no siempre esos aprendizajes implican la construcción de relaciones positivas con las personas adultas responsables de sus cuidados, ya que en muchos casos son víctimas de violencias que pueden dejar huellas difíciles e incluso imposibles de borrar en sus vidas. Este es el caso de la niñez y adolescencia que ha sufrido de algún tipo de violencia sexual.

Para adentrarnos en el tema, debemos visibilizar y comprender de lo que estamos hablando a fin de identificar ¿qué es la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes?

Es todo contacto y/o actividad sexual entre una niña, niño, adolescente y una persona que ejerce una posición de poder sobre él o ella, sin su consentimiento o valiéndose de amenazas, violencia física, psicológica u obteniendo su consentimiento por medio de engaños. 

Ésta se configura con acciones de naturaleza sexual, que además de comprender la invasión física del cuerpo humano, pueden incluir actos que no involucren penetración o incluso contacto físico alguno, como forzarles a realizar comportamientos eróticos, ver imágenes pornográficas o exponerles a ver relaciones sexuales de otras personas.

El abuso sexual infantil es una de las agresiones más violentas contra la integridad física, psicológica y emocional; cuando éste se manifiesta, afecta de forma significativa y vulnera a una serie de derechos universales que están interconectados y entre los que destacan: el derecho a la paz, a la educación, a la protección de la salud, a la seguridad social y por supuesto a una vida libre de violencias.

Hechos y cifras para reflexionar:

  • En México, ocho de cada 10 agresiones por violencia sexual provienen de parientes o personas conocidas cercanas.
  • De enero a octubre de 2020, se registraron 3,581 casos de egresos hospitalarios por violencia sexual: 3,325 niñas y 256 niños.
  • En 2014, alrededor de 23 mil adolescentes de 12 a 17 años sufrieron algún tipo de agresión sexual, incluyendo acoso, tocamientos y actos sexuales no consentidos.
  • En 2020 hubo 373 mil 661 nacimientos de madres adolescentes, de los que 8 mil 876 son hijas e hijos de niñas menores de 14 años. Niñas entre 10 y 14 años fueron embarazadas por: un amigo, un familiar, un desconocido o el exnovio. La mayoría de éstos, por violación sexual o matrimonios arreglados.

Ante esta terrible realidad, es importante que madres, padres y personas cuidadoras identifiquemos algunas recomendaciones para prevenir la violencia sexual infantil:

  • La comunicación familiar es la mejor forma de prevención: dedica tiempo para comunicarte con niñas, niños y adolescentes, para generar un ambiente de confianza y puedan pedir ayuda en caso de sentirse en peligro.
  • Enséñales a decir “no”: y que hay zonas de su cuerpo que solo pueden tocar ellas y ellos, así como que no están en obligación de tocar el cuerpo de otra persona. Un límite fácil de recordar es la ropa interior.
  • Secretos buenos y malos: crea un clima de confianza y enséñales que un secreto que les preocupa, les hace sentir incomodidad o les asuste, no debe mantenerse en silencio.
  • Enseñarles los riesgos que existen a través de internet y redes sociales: el sexting, el grooming y engaños con fines de trata de personas existen; es importante que les alertemos sobre la falsa identidad de algunas personas que les contacten porque pueden aprovecharse y tener intención de hacerles algún daño.
  • No dejarles solas o solos nunca: explicarles que no se deben aceptar regalos ni favores de personas desconocidas; que no se deben abrir puertas a personas extrañas; además, es necesario conocer a sus amistades y personas con las que pasan su tiempo.
  • No poner en duda su palabra: cuando nos dicen que han sufrido violencia o abuso sexual. Para ella o él significa un gran esfuerzo porque se sienten mal, por eso hay que reconocerles como personas valientes al hablar sobre lo que les ha ocurrido y hacerles saber que mamá o papá van a hacer lo posible para protegerles.

Además de la prevención, es de suma importancia que las personas adultas encargadas del cuidado de niñas, niños y adolescentes conozcamos ¿cómo se puede identificar física, mental o emocionalmente que niñas, niños y adolescentes están siendo violentados sexualmente?

Signos y síntomas físicos

  • Laceración o moretones en el área genital
  • Dolor o molestias en la vulva, vagina, ano
  • Molestia al orinar
  • Retención de heces o heces verdosas
  • Hemorragia rectal o vaginal en niñas prepúberes
  • Infecciones urinarias recurrentes y/o transmisión sexual
  • Embarazo

Signos y síntomas mentales o emocionales

  • Problemas emocionales: miedos, fobias, depresión, ansiedad, baja autoestima, culpa, conductas suicidas, autolesiones.
  • Problemas cognitivos: conductas hiperactivas, problemas de atención y concentración, descenso en el rendimiento académico.
  • Problemas de relación: disminución en la cantidad de amistades, aislamiento social.
  • Problemas funcionales: pesadillas, pérdida del control de esfínteres.
  • Trastornos de la conducta alimentaria: anorexia (evitan la comida, la restringen severamente o sólo comen cantidades muy pequeñas), bulimia (comportamientos para compensar el exceso de comida, como vómitos forzados, uso exagerado de laxantes o diuréticos, ayunos, ejercicio excesivo) y el trastorno por atracón (pierden el control sobre lo que comen).
  • Conducta sexualizada: masturbación compulsiva, imitación de actos sexuales, uso de vocabulario sexual inadecuado.

Es importante señalar que estos signos y síntomas serán diferentes en cada niña, niño o adolescente y varían de acuerdo con la edad, el sexo y su contexto; también es importante mencionar que en general se presenta más de un signo o síntoma de forma simultánea.

Si sospechas o reconoces señales de violencia sexual: ¿qué puedes hacer?

  • Escucha de forma atenta, sin juzgar y tranquilamente, hazle saber que le crees y que no tiene la culpa, no trates de indagar todo lo que pasó, espera la ayuda de una persona especializada.
  • Llama a la línea de emergencia 9-1-1 donde recibirás ayuda y orientación.
  • Acude a los servicios especializados de atención a la violencia de género y violencia sexual a una consulta; en caso de violación, la atención médica debe ser inmediata y las instituciones hospitalarias tienen la obligación de atender de emergencia, sin exigir alguna condición para su admisión. Ubica el más cercano en: https://bit.ly/atencion-violencias
  • Presenta denuncia ante el Ministerio Público.
  • En México, si la niña o adolescente resulta embarazada a consecuencia de la violación, tiene derecho a que se interrumpa el embarazo acudiendo a una institución pública de salud. A partir de los 12 años no se requiere denuncia previa, ni autorización de la madre, padre o persona tutora. (NOM-046-SSA2-2005)

Las niñas, niños y adolescentes que crecen en compañía de personas adultas respetuosas de sus derechos y su dignidad humanatienen más posibilidades de desarrollarse sanos y felices. Erradicar todas las formas de violencia contra la niñez y adolescencia no sólo es éticamente correcto, es parte de su derecho a vivir una vida libre de violencias. #NoTeCalles #Denuncia al 9-1-1 #NiñezSinViolencia

Fuentes: