Este año México celebra 30 años de haber ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño, proclamada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, y en la cual se establecen los derechos humanos básicos que niñas y niños tienen sin importar el lugar del mundo en que se encuentren.

La Convención, sirvió a nuestro país como una de las raíces esenciales de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de 2014 y posteriormente del Sistema Nacional de Protección Integral de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) en 2015.

A 30 años existen retos pendientes: niñas, niños y adolescentes son el grupo más vulnerable a la pobreza, desigualdad, discriminación, desnutrición y la violencia. Esta situación, además de ser un gran reto es una oportunidad para que la prioridad del Gobierno de México se encamine a proteger y garantizar sus derechos y establecer políticas que les coloquen al centro de sus decisiones.

Asimismo, es un llamado a las familias para fomentar los principios fundamentales establecidos en la Convención: no discriminación, interés superior de la niñez, supervivencia y pleno desarrollo y participación.

Dichos principios, pueden ser parte la vida cotidiana de la niñez y adolescencia. Aquí algunas recomendaciones para incluirlos en casa:

  • No discriminación

En familia debemos eliminar situaciones que vulneran la dignidad de otras personas y promover valores como la integración, la tolerancia, el respeto a la diversidad y la igualdad. Eliminemos de los discursos familiares frases como: “los quehaceres del hogar son sólo para niñas” o “los niños no lloran”.

  • Interés Superior de la Niñez

Al tomar cualquier decisión que afecte a niñas, niños y adolescentes, elige la que mejor convenga a sus derechos y dignidad humana. Si ellas y ellos crecen en compañía de personas respetuosas de sus derechos, tendrán más posibilidades de desarrollarse sanos y felices.

  • Supervivencia y pleno desarrollo

Recuerda que es responsabilidad de las personas adultas elegir una alimentación saludable y un desarrollo mental adecuado; para ello enséñales a preferir alimentos sanos y elimina la violencia como pauta para su educación.

  • Participación:

Aprovecha cualquier momento para escuchar sus ideas y propuestas. La ropa que usan, los alimentos que come la familia, los lugares que son seguros para jugar o los quehaceres del hogar, son oportunidades para dialogar y tomar decisiones compartidas con los integrantes de la familia.

Las personas adultas jugamos un papel importante para garantizar los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes. Para ello, tenemos que: reconocerles como sujetos de derechos; tomar en cuenta su opinión y participación en las cuestiones que les afectan, procurar su inclusión en la familia, la escuela y la sociedad sin discriminación y hacer que prevalezca el interés superior de la niñez en su vida cotidiana.

  • SIPINNA. Para hablar de derechos humanos con niñas y niños

https://www.gob.mx/sipinna/articulos/para-hablar-de-derechos-humanos-con-ninas-y-ninos?idiom=es

  • UNICEF. Convención sobre los Derechos del Niño.

https://www.unicef.org/es/convencion-derechos-nino#informacion-sp