La diversidad genética del maíz que se cultiva en México puede apreciarse tanto en las diferentes formas y tamaños de las mazorcas como en la variedad de texturas y colores de sus granos.

El volumen del maíz blanco satisface en su totalidad la demanda nacional y su principal uso es en el consumo humano.

La producción de maíz amarillo satisface el 24% de los requerimientos nacionales; se usa principalmente en la alimentación animal y elaboración de productos industriales.

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El cultivo de otros colores de maíces distintos al blanco y amarillo tiene importancia económica, alimenticia, cultural y turística en algunos estados; por la superficie sembrada y producción obtenida, destacando el Estado de México y Chiapas.

A nivel mundial, el maíz amarillo presenta el mayor porcentaje de superficie sembrada y volumen de producción, en contraste con México, donde el maíz blanco ocupa el primer lugar.

De acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el 54.5% del maíz blanco se produce en cuatro estados: Sinaloa, Jalisco, México y Michoacán y el 59.0% de la producción de maíces de otros colores se concentra en México y Chiapas.