La pesca es una de las principales actividades alimentarias en todo el mundo. Actualmente los procesos que derivan de la pesca y la acuicultura están cobijados por una gran cantidad de tecnología que se ha ido perfeccionando a lo largo de los años, lo que ha permitido que los procesos de la pesca sean cada vez más eficientes, siendo muy diferente la actividad pesquera actual, de la que se llevaba a cabo hace algunos años.

A pesar de que los procesos pesqueros modernos son altamente eficaces, no hay que perder de vista la existencia e importancia de la pesca artesanal, en la cual reside una parte importante, no solo de la obtención de alimento, sino también, costumbres y factores culturales, ya que a través de los conocimientos pesqueros que se han heredado de generación en generación, es como podemos conservar gran parte de la cultura pesquera que en su técnica implica la utilización de trampas, redes, arpones, lanzas, líneas y anzuelos.

Una de los principales aspectos que caracterizan a la actividad pesquera artesanal es que se lleva a cabo a pequeña escala, generalmente para el autoconsumo o para el comercio interno entre las comunidades pequeñas cercanas a las costas.

La infraestructura de la pesca artesanal no requiere a una fuerte inversión económica, al contrario, ésta se lleva a cabo con insumos y herramientas sencillas, lo que limita también sus confines a los espacios cercanos a la costa, dado que al ser pequeñas las embarcaciones no pueden cubrir territorios amplios.

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Debido a esto, las comunidades pesqueras se han convertido en poblaciones vulnerables, que se ven afectadas en gran medida por diversos factores, especialmente los climáticos, ya que al cambiar la temperatura del mar, muchos productos pesqueros migran hacia aguas que permitan adaptarse a sus procesos naturales, teniendo como consecuencia, la escasez en las zonas donde los pescadores podían encontrarlos con regularidad.

Con este tipo de cambios, se modifican también las dinámicas sociales de los pescadores, quienes deben recorrer grandes distancias para poder continuar con su labor.

Esta es solo una de las grandes problemáticas que enfrentan los pescadores artesanales, que de acuerdo con investigaciones del Instituto de Geografía de la UNAM, representan un alto porcentaje de la actividad pesquera nacional.  

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Algunos otros retos que afrontan las comunidades pesqueras actualmente en México y en todo el mundo, se relacionan con la contaminación de los mares, la acidificación de los océanos, la escasez o desaparición de algunas especies de amplio consumo regular, entre otras, para las que se deben implementar y coordinar acciones que permitan el desarrollo del ámbito pesquero de forma integral y digna.

La pesca artesanal aporta múltiples beneficios, especialmente en la práctica de la pesca sustentable, ya que genera menos residuos, minimiza el consumo de energía y reduce el uso de productos químicos que dañan la capa de ozono.

Estas son solo algunas de tantas razones por las que debemos  seguir alentando la pesca artesanal en nuestro país, propiciando y favoreciendo el consumo local, lo que dará a esta práctica el sustento necesario para  prevalecer a través del tiempo, de modo que se sigan conservando los saberes ancestrales ligados a esta bella e importante labor.